Capítulo 12

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El apartamento se encuentra vacío cuando se levanta a la mañana siguiente, y no sabe si está decepcionado o aliviado. No tiene posibilidad de pensar mucho, recibe un texto de Taeyong diciendo que está de vuelta de sus vacaciones y Mark le pide que venga a verlo a la cafetería antes de comenzar a trabajar.

Tocan la puerta de cristal aún cerrada, Mark sonríe cuando ve a Taeyong y apresurado se dirige a abrirle, camina fuera de la puerta para poder abrazarlo.

—Hola, me alegra verte.

—A mí también —el menor le da una palmada en la espalda y trata de soltarse para observarlo—. ¿Fueron buenas tus vacaciones?

—Sí. Recargue baterías, ya sabes —hincha el pecho con una sonrisa de orgullo—. Escribí mi discurso de padrino, mientras estaba allá.

—Nada vergonzoso, espero —dice Mark, se ríe.

—Todo vergonzoso, mi amigo. ¿Tienes el conteo final de invitados para el banquete?

—Sí, te lo daré más tarde. Y el viernes debemos ir a recoger tu esmoquin.

—Muy bien, muy bien —señala con el pulgar por encima del hombro—. ¿Vamos adentro para tomarnos un café?

—Claro... —dice y luego vislumbra a Johnny y este captura su atención—. Oye, Johnny —le llama, y cuando el más alto se detiene Mark le pide acercarse—. Johnny, quiero que conozcas a Taeyong, mi padrino. Taeyong, este es el padrino de Yuta, Johnny.

Taeyong lo mira a los ojos, le da la mano—Ah, mi competencia. Encantado de conocerte.

—Igualmente —dice Johnny, con el ceño vagamente fruncido.

—¿A dónde te dirigías? —le pregunta Mark.

Johnny lo mira sin revelar nada—A ningún lugar en especial. Nos vemos a la hora de la cena.

—¿De verdad cenaras mi comida hoy?

—Bueno, ayer me convenciste hablando de esas albóndigas con ajo.

La mención de ayer calienta la sangre de Mark, pero no sabe si siente vergüenza por el recuerdo de cómo el día anterior le hizo sentir. No puede leer nada en la expresión de Johnny, y eso lo frustra.

Taeyong, ajeno a todo ello, dice en broma—Mark sin duda conoce el camino al corazón de un hombre, ¿No es así?

—¿Uh? Sí —Johnny se rasca la frente, inclinando la cabeza, sin mirar a ninguno—Voy a llegar tarde, así que...

—Sí, nos vemos —Mark dice vagamente, viendo cómo se aleja.

Taeyong le da un codazo—Parece agradable.

—No está mal —no tiene idea de qué decir, ¿Cómo podría poner en palabras su opinión sobre Johnny sin meterse en problemas?

—¿Él se quedará por aquí? —le pregunta Taeyong, y es con un poco de amargura que Mark le dice que no, que se marchara de regreso a los Estados Unidos después de la boda.

Dejando a Yuta sin un mejor amigo. Dejándolo a él.

Claro que no le dice esa parte a Taeyong.

Yuta entra en la cafetería más tarde, de manera sorpresiva. Nunca visita a Mark en el trabajo. Pero está aquí hoy, y le da un rápido beso a Mark estirándose sobre la caja registradora.

—Siento que no he estado contigo adecuadamente desde hace mucho. ¿Quieres ir a cenar esta noche?

—Ah, no puedo —dice Mark torpemente mientras parte los brownies que sacó del horno por la mañana—. Ya le dije a Johnny que esta noche cocinaré albóndigas.

El Padrino [JOHNMARK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora