Pasaba de la media noche cuando nos adentramos al corazón de Wolverhampton después de un largo y tedioso viaje que por fin terminaba; ya nadie estaba despierto a esa hora, todas las casas se hallaban sumidas en un sueño profundo y abismal como la misma noche, perdidos cada uno de sus habitantes en sus propias fantasías de opio como la que yo estaba viviendo justo en ese momento que por una u otra cosa no creía del todo aún...; las aceras estaba solitarias sin un transeúnte que las transitara con pasos sigilosos, los prados desiertos con sus flores danzando de un lado a otro, mecidas por la cadencia del adagio y el cálido aire de la medianoche vagaba silenciosamente por doquier como un etéreo fantasma, hasta que se unía con la soledad reinante, para transformarse en una atmósfera de tranquilidad y paz que se sentía y se respiraba por doquier, como un exquisito y embriagador efluvio ...
Permanecí así quieto y mudo, mientras miraba pasar a mi lado metros y metros de construcciones sin orden ni concierto, hasta que Zayn colocó su tibia mano sobre mi pierna para devolverme a la realidad.
Volví mi rostro al suyo, para encontrarme con esa benevolente sonrisa que tanto amaba y adoraba; respondí su gesto de ánimo con una falsa imitación de la suya y es que la sola idea de imaginar que en cuestión de minutos me encontraría con nada menos que con Karen después de mucho, muchísimo tiempo que no la veía, me provocaba un largo estremecimiento que me recorría de pies a cabeza y no por el miedo que me pudiese provocar al estar frente a ella, sino que ahora sí tendríamos una larga y extensa plática, plática que había postergado de todas las formas posibles y que ahora ya no podía evadir de ninguna manera si es que la había o existía siquiera.
Zayn redujo la velocidad a unos cuantos metros de mi casa, y siguió el camino a vuelta de rueda. De lejos miré mi casa, era tal cual la recordaba, el tiempo en Wolverhampton parecía no haber pasado un instante siquiera, nada en ella había cambiado, al menos no físicamente.
Pasé saliva con dificultad, imaginando lo que me esperaba. Sabía de ante mano que a estas altas horas de la noche Karen ya estaría acostada y dormida, algo que no sería impedimento para que al percatarse de mi llegada bajara y exigiera que aclaráramos todo aquello que teníamos pendiente. Lo que comprendía de alguna manera, pero no aceptaba del todo, y es ¿quién así lo iba hacer?
Zayn se percató y lanzó una efímera carcajada que reverberó en el interior del auto, como una armoniosa melodía.
-¿Asustado?- inquirió tratando de ocultar una sonrisa en su bello rostro.
Volví mis ojos a los suyos:
-¿Lo parezco?- le respondí con una pregunta, mientras él meneaba la cabeza de una lado a otro, conteniendo las ganas de volver a reír en ese momento.
-No es por nada personal claro y te mentiría si te dijera que no, pero sí, un poco, nada de preocuparse- contestó y después detuvo el automóvil a unas cuantas casas de la mía.- No pasa nada Liam... bueno sólo que Karen... esté hecha una furia porque no le hayas avisado de tu regreso y también molesta por la actitud infantil que tomaste cuando llegué a la casa en la playa; algo en lo que la apoyo indudablemente; ah y casi lo olvidaba el que yo haya tenido que intervenir para que al fin contestaras el teléfono y bueno lo demás ya lo sabes... ¿no?- dijo con una rostro tranquilo, que denotaba que en cualquier momento se soltaría a reír.
Y sin decir nada solté un fuerte golpe contra su pierna...
-¡Oye!- se quejó, para después llevar su mano, sobre su musculosa pierna.
-No ves que me muero de los nervios y tú sometiéndome a más presión- dije con un falso coraje- Así que si no estaba para arrepentirme ahora si lo hago.
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