Seonghwa quería creer que estaba acostumbrado al público. Ese que era entusiasta, estruendoso y siempre tenía algo que decir. Casi como su amigo Wooyoung. Sin embargo, la mayor parte del tiempo le era difícil llenar su cabeza de buenos pensamientos.
Aun así, esta vez se sentía diferente. No estaba completamente absorbido y perturbado por los disturbios de su vida o los problemas que hacían a su mente volar dos planetas más allá. Ahora podía decir que se encontraba más tranquilo, pues no había ocurrido algo tan malo como la última vez que piso el campo.
Sólo la repentina ausencia de Hongjoong, a la cual Seonghwa comenzaba a acostumbrarse porque ocurría con constancia y nadie más que él parecía preocuparse demasiado por aquello. Aunque era martes y el bonito chico de pelo castaño no había pronunciado palabra alguna por ningún medio ni anunciado su existencia desde el sábado.
Seonghwa le había preguntado en su chat privado si había llegado bien a casa y si ya se le había pasado el malestar, pero el muchacho no le contestó ni leyó sus mensajes. A pesar de eso, con suma normalidad todos parecían asumir que aquel estaba bien. Tal vez porqué para ellos ya era común que sucediera. Sin embargo, algo se sentía fuera de lugar, como una pieza que no terminaba de encajar en el rompecabezas que se había montado Seonghwa con todo lo que aprendió el sábado en casa de Yeonjun.
Y es que, este último creaba una incógnita con mínimas pistas que resultaban en un vago recuento de los hechos. Y no es que Seonghwa quisiera saber cada detalle de lo sucedido, pero Wooyoung era una persona realmente importante para él y no podía quedarse de brazos cruzados si había algo que le molestaba a su amigo.
Entonces, en la madrugada del domingo, Seonghwa llegó a casa de Wooyoung, quien se encontraba en un estado considerablemente mejor a comparación de cuando lo encontró. Era una casa grande y antigua ubicada casi a las afueras de la ciudad. Cuando Wooyoung metió las llaves en la puerta, el pueblerino no consiguió ver mucho más por la oscuridad, hasta que llegaron a la habitación del moreno.
Lo recibió un cuarto pequeño de paredes negras, lleno de figuras de colección en dos estanterías y posters de todo tipo, incluso habían luces led. No pasó desapercibido el casi todo un armario de ropa tirada en la cama, que Wooyoung de inmediato tiró a una silla, y en el escritorio un montón de productos de cuidado y belleza desparramados. Todo desordenado, pero eso a Seonghwa le importaba bastante poco.
—¿Te gustaría hablar de lo que pasó? —preguntó el futbolista con sutileza una vez ambos se arrojaron a la cama.
—¿Eso va a cambiar algo? —ironizó Wooyoung y se sobó los ojos con cansancio.
—No, pero por lo que me contaste no se lo dijiste a nadie antes. Tal vez desahogarte te va a hacer sentir mejor.
—Supongo...
Guardó silencio por un momento, quizás para organizar sus pensamientos y poner las palabras en un orden que le resultara más fácil de expresar. Carraspeó y Seonghwa esperó pacientemente.
—Todo pasó cuando teníamos catorce. Bueno, solo Yeonjun y yo, Hongjoong es mayor que nosotros por un año como tú. En fin... Después de presentarlos entre ellos, nos volvimos "ese trío insoportable" —recordando esos momentos, Wooyoung no pudo evitar soltar una risa nasal—. Yeonjun me gustaba y Hongjoong fue el primero en saberlo. Pero un día Yeonjun me dijo que... Bueno, ya sabes, sentía cosas por mi super atractivo otro mejor amigo y quería que averiguara si tenía posibilidades con él.
El moreno habló fingiendo cierta gracia. Pero, después de conocerlo por un tiempo, Seonghwa notó que Wooyoung tenía la manía de reírse al hablar de un tema que lo ponía incómodo porque prefería contarlo como si fuera algo gracioso.
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PLAYER | SeongJoong
RomanceA veces necesitas a alguien que tome tu mano en medio del caos. No importa quien, mientras pueda salvarte de esa realidad dolorosa y darte consuelo. Seonghwa necesitaba a ese alguien. Y Hongjoong sabía qué obtendría a cambio de darle consuelo. [h...