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—¿¡Te gusta Hongjoong!? —exclamó Wooyoung exagerando sorpresa en su rostro e hizo que Seonghwa abriera sus grandes ojos aún más—. Es broma, ya lo sabía.

El futbolista se detuvo un par de segundos a procesar lo que su amigo le dijo, pues no le había contado a nadie sobre sus sentimientos hacia Hongjoong y es que realmente Seonghwa nunca se había enamorado.

Debido a sus estrictos horarios de entrenamiento, a penas tenía tiempo para estudiar, practicar y descansar. Por lo que, incluso si alguna persona hubiera estado interesada en él, no lo habría notado por estar tan ocupado. Claro que esto no significaba que no haya tenido alguna experiencia del estilo, en realidad ya le habían gustado muchas personas antes y su primer beso fue a los 14 años con una niña de su clase de artes.

Sin embargo, aunque era inexperto en las relaciones amorosas, creyó identificar en su comportamiento las características sensaciones que uno siente cuando comienza a enamorarse gracias a que una parte importante de su conocimiento sobre el romance era de las películas, series y libros románticos.

Seonghwa disfrutaba las historias en donde los protagonistas atravesaban el camino del enamoramiento gradualmente, con tragedias y discusiones, pero siempre unidos por el amor y deseaba alguna vez experimentar aquellos sentimientos que además vio en sus padres.

Y ya que conoció a Hongjoong, notó que se sentía cómodo con él de una manera que no podía describir con precisión. Pasar tiempo con el castaño le otorgaba sensaciones cálidas y reconfortantes que se asemejaban a un sueño profundo y reparador después de un largo día. Sintió como si finalmente encontrara ese pequeño lugar seguro que le brindaba calma.

No podía estar más feliz por eso. ¿Acaso era Hongjoong lo que llamaban el amor de su vida? Esperaba que sí.

—No sé de que estás hablando —negó Seonghwa de inmediato.

—Pues, con esos ojos de cachorrito abandonado que pones cuando lo ves no es tan difícil darse cuenta.

—Eso no es cierto. —No pudo evitar defenderse pero se llenó de vergüenza y sintió un intenso calor en las mejillas.

—Créeme, se nota a kilómetros que se te cae la baba por Hongjoong —continuó Wooyoung con un tono burlesco para fastidiarlo—. Además, ya lo sospechaba. Casi todo el instituto gusta de él.

Aquello a Seonghwa le causó sentimientos encontrados, contrastando que Wooyoung lo había dicho con naturalidad.

De hecho, tenía sentido que muchos estudiantes gustaran de Hongjoong, pues habían razones de sobra para hacerlo. Como su sonrisa, por ejemplo, que era tan bonita como el reflejo de la luna sobre el mar, tan fácil de admirar y quedar atrapado en ella. O esa forma peculiar en la que hablaba, usando muletillas como "¿sabes?" y alzando las cejas muy ligeramente mientras con sus manos acompañaba sus palabras, expresando activamente cada frase que salía de su boca y haciendo que escucharlo fuese la experiencia más interesante del día.

Seonghwa estaba a punto de dejarse caer al suelo como gelatina y no sé percató de que una sonrisa boba se dibujó en su rostro de solo pensar en el bonito castaño. Pero aunque deseaba no tener intenciones de ver a los pretendientes del chico bonito como una competencia, no podía negar que se sentía intimidado.

¿Sería suficientemente guapo e inteligente para gustarle a Hongjoong?

La incertidumbre sobre aquella pregunta de la que no podía obtener respuesta le hizo sentir inseguro. Veía a Kim Hongjoong como una figura inalcanzable y tan bueno para él que se le hacía imposible convencerse de que podría estar "a su nivel".

Se sentía ansioso nuevamente y olas ruidosas no tardaron en retumbar con intensidad sobre sus oídos.

¿Debería entrenar más duro y estudiar más?

PLAYER | SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora