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Seonghwa buscó con la mirada por todos los asientos del salón de clases, intentando encontrar entre los estudiantes a cierta cabellera dorada.

A penas comenzaba la segunda lección y el profesor de matemáticas aún no llegaba, así que pensó que quizá Hongjoong tardaría un poco más. No sería algo inusual que el chico bonito se apareciera minutos e incluso horas más tarde a las clases, de hecho no asistía regularmente a la escuela, pero aún sabiendo esto, Seonghwa deseaba verlo lo antes posible.

Cruzó miradas con Wooyoung, quien desde su sitio levantó la quijada y una ceja como preguntándole mediante aquel gesto a quien buscaba con tanta insistencia, pero rápidamente lo intuyó, porque honestamente era bastante obvio.

Cuando el profesor Kang -un hombre bastante joven pada su oficio-, entró y saludó a los adolescentes haciendo que estos tomaran asiento para comenzar de inmediato con su clase, Seonghwa se sintió decepcionado al no ver al lindo castaño.

Sin embargo, poco tiempo después, la puerta se abrió abrupta y estrepitosamente, revelando detrás de ella a quien Seonghwa tanto deseaba ver. A juzgar por la forma en la que una de las piernas de Hongjoong descendió de inmediato al suelo, habría empujado la puerta con el pie para entrar. El chico tenía las manos dentro de los bolsillos de una sudadera color negro que le cubría desde el cabello hasta debajo de la cadera. Llevaba puestos unos lentes de sol oscuros y en el cuello unos audífonos de casco, cuyo color blanco estaba invadido por stickers de todo tipo. Y, por la forma en la que masticaba la goma de mascar en su boca, parecía no esforzarse en ocultarla aunque aquello estuviera prohibido dentro de la clase.

—Buenas noches, Hongjoong —el joven profesor habló de forma sarcástica—. Quítate los lentes y la capucha, por favor. Y tira ese chicle a la basura.

El susodicho simplemente lo ignoró, arrastrando los pies hacia el primer sitio vacío que vio en la última fila y se dejó caer, desparramando su cuerpo de mala gana.

Seonghwa sólo se dedicó a observarlo desde su lugar dos filas más adelante. Al castaño lo rodeaba un aura extraña y el futbolista quería acercarse a hablarle, pero no había mucho que pudiera hacer con el profesor presente. Así que, intentó concentrarse en la enseñanza y en lo que el adulto escribía en el pizarrón. Sin embargo, de vez en cuando no podía aguantarse a voltear hacia donde se sentaba Hongjoong, solo para ver como estaba.

—Bien... Iniciemos con la evaluación de participación en clase con los ejercicios de la tarea que dejé ayer —avisó Kang, leyendo la lista de estudiantes para decidir quien sería su primera víctima—. Jeong Yunho, resuelve el ejercicio 1, por favor.

Yunho, con una mueca en el rostro, murmuró con reproche "¿por qué yo?", mas fue ignorado por el profesor y no le quedó otra opción que hacer el problema matemático de la pizarra, ya que finalmente aquel puntaje influiría en su promedio.

—¿Viste que no era tan difícil? —le dijo Kang al chico después de que casi se pusiera a llorar resolviendo aquel ejercicio.

Y así continúo llamando al frente a otros estudiantes con los siguientes ejercicios, los cuale aumentaban cada vez más su dificultad.

—Finalmente... —miró a toda la clase con una mano en la barbilla, pensando a quien llamar—, Hongjoong, el último ejercicio.

Seonghwa escuchó al castaño suspirar y gruñir ruidosamente. Era evidente que no quería hacerlo, pero aún así se levantó del pupitre desganado, como si su cuerpo pesará toneladas.

—Los lentes y la goma. No voy a volver a repetirlo —advirtió el profesor.

Hongjoong se quitó las gafas y las tiró en la silla mientras rodaba los ojos, para después sacarse la golosina de la boca y acercarse al basurero junto a la puerta. Se tomó todo el tiempo que quiso, hasta que finalmente llegó donde estaba escrito el problema. Parado frente a la pizarra y descansando su cuerpo en una pierna, observó los números con los brazos cruzados sin hacer nada más. Todos lo miraban expectantes, esperando que al menos tomara la tiza, pero él no lo hizo.

PLAYER | SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora