PLAYER | SeongJoong

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Seonghwa, sentado en su escritorio, había estado un par de minutos explorando las aplicaciones de su celular, distrayendose de sus deberes, quienes esperaban ser completados.

Instagram había sido especialmente interesante para él, por la forma en la que las personas compartían su vida y sus gustos tan libremente. Ya había seguido las cuentas de sus compañeros gracias a que las había encontrado en el perfil del equipo. De la misma manera, otras personas encontraron su cuenta y comenzaron a seguirlo.

Mentiría si dijera que eso no lo había tomado por sorpresa, pues no habían pasado ni 24 horas desde que creó su perfil y ya contaba con más de 500 seguidores y más de 30 mensajes en su inbox. Lo confundía, no tenía ninguna foto publicada como los perfiles de sus compañeros, lo único que lo identificaba era el "Park Seonghwa" en la sección de apodo. Quizá Juyeon tuvo razón, algunas personas estaban interesadas en él y Seonghwa no entendía por qué.

Pero, mientras exploraba, una notificación en especial lo mantuvo contemplando la pantalla por largos segundos.

"@byhongj te ha mencionado en su historia"

No le tomó mucho tiempo adivinar de quien se trataba, el nombre de usuario era lo suficientemente revelador. Aun así, todo lo que Hongjoong hacía le parecía misterioso y tan escaso de respuestas, indescifrable y atractivo.

"@p.seonghwa es el mejor en todo el Arcade" Decía en letras blancas sobre una foto tomada por el castaño. Seonghwa estaba de espaldas jugando el juego de la canasta de baloncesto y la siguiente historia era Hongjoong sonriendo adorablemente con un pequeño murciélago de peluche que el futbolista había ganado para él.

Seonghwa curvó sus labios suavemente recordando que habían pasado toda la tarde juntos. Después de la práctica, pasearon un rato por el centro comercial, hablando de banalidades. Luego, Hongjoong insistió en comprarle la malteada que había prometido y continuaron caminando, hasta llegar al Arcade.

Y Seonghwa no se había divertido de esa forma en mucho tiempo, tanto que no recordaba cual había sido la última vez.

Antes de llegar a la capital, tuvo la cabeza hecha un lío con todas las cosas que debía hacer. Cuidar de San, preparar la comida, limpiar la casa, ordenar los cuartos, lavar la ropa, encargarse de pagar los recibos a tiempo y mucho más. ¿Pero que podía hacer? Temía profundamente que su familia se desmoronara. No quería caer en una depresión, aunque si se sinceraba, a veces la tristeza y el vacío lo acechaban desde las sombras y jamás se iban.

Todo esto, en algún punto, había tomado el control de sus decisiones y lo hizo ciego a la normalidad de cualquier adolescencia, arrebatándole la oportunidad de divertirse y relajarse de vez en cuando.

Sin embargo, Hongjoong comenzaba a sacarlo de ese gran pozo que el mismo había cavado a base de pensamientos y ansiedades. Dulce e inesperadamente, con sus sonrisas y sus suaves dedos reventando su burbuja, para llevarlo a conocer cosas que nunca había imaginado. 

Un cálido sentimiento se le instaló en el pecho al elevar la vista y observar una tira de fotos pegada en la pared de su escritorio, justo debajo de la ventana.

"HJ & SH ♡ " Relucía un garabato que había escrito Hongjoong en el espacio blanco de la tira y su corazón alocado hacía a sus latidos golpetear su pecho.

La primera foto, tomada de forma casi abrupta, mostraba a Hongjoong riendo y viendo a la cámara porque llevaba puestos unos lentes de sol enormes, mientras Seonghwa lo miraba, abducido en él con una sonrisa. El futbolista recordaba el momento a la perfección, en donde no podía dejar de mirar el rostro ajeno que le recordaba tanto a todo lo más hermoso del mundo.