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—¡Hey, Park! ¿Así que Kim Hongjoong? — Juyeon con una sonrisa juguetona le empujó el hombro con su codo un par de veces.

Después de que el castaño se fuera, los compañeros de Seonghwa entraron al vestidor. Algunos le lanzaban miradas traviesas, como si compartieran un mismo pensamiento que él no lograba entender del todo, como aquella vez de su cuello. Sí, Hongjoong le gustaba. Creyó que se referían a eso, así que solo les sonrió tímidamente.

—Maldición, ¿qué tengo que hacer para salir con un chico como él? ¡Dios, yo también soy tu hijo! —exclamó dramáticamente otro chico.

—Pobre Hoon, tiene más probabilidades de que le parta un rayo que liarse con una chica... —Taehyun murmuró apretando los labios y negando dramáticamente y se sentó al lado de Seonghwa para desamarrar sus zapatillas—. No tenía idea de que Hongjoong ya no salía con Mingi hyung...

—¿Ellos... estaban saliendo? —preguntó el pueblerino.

—Eh... ¿Algo así? La verdad, no lo sé. Solo lo parecía, no es como si lo dijeron o algo así. Es extraño... —Taehyun miró al otro extremo de la habitación, donde Mingi estaba—. Pero, ¿qué se yo? Solo soy un virgen adicto a los videojuegos.

—¡Amigo, Hongjoong es la liga mayor! —de pronto, un chico más se sentó al otro lado de Seonghwa—. ¿Sabes cuantos mueren por él y no consiguen nada?

—Por eso mismo es que lo llaman calientahuevos. Sin ofender. —añadió Taehyun.

—¡Eso qué! ¿Park, cómo demonios lo hiciste? ¡Él es más difícil que meter un gol de chilena!

Seonghwa sólo extendió sus labios apenado, sin saber exactamente que responder pues aquello lo había tomado algo desprevenido. Él no había creado un plan de conquista ni alguna estrategia de coqueteo, de hecho habían muchas cosas que no conocía de Hongjoong y, para ser honestos, realmente no había puesto mucho de su parte, más bien era el chico bonito quien se le acercaba y le hablaba primero.

—¡A ti no te hizo caso por qué eres un idiota! Para conquistar tienes que ser confiado, coqueto. ¿Verdad, Seonghwa? —añadió Yunho con tono bromista, respondiendo por el pueblerino.

—¡Idiota tu madre! ¡Tú no sales con nadie desde 1893!

—¡Eso es mentira! —el arquero le gritó muy ofendido lanzándole una toalla en el rostro—. ¡Y no te metas con mi madre!

—Ya dejen de perder el tiempo y dúchense. Parecen viejas chismosas — la poderosa voz profunda del capitán hizo presencia y calló todas las risas en un segundo.

Mingi se vestía delante de su casillero, a espaldas de todos. Esa mirada que lanzó desde su hombro cuando habló fue tan feroz como la de un león asechante. No tuvo que gritar ni moverse de donde estaba para que todos le prestaran atención y acataran a su orden.

Por supuesto, su apariencia física complementaba sus aires de grandeza. Tenía la espalda ancha y musculosa en forma de triángulo invertido, piernas fuertes y fibrosas y brazos bien formados. Su cuerpo parecía estar tallado, por la claridad con la que sus musculos podían verse. Lucía como una escultura, pero una hecha de acero a la que le habían privado de poseer un alma, porque parecía impenetrable.

Seonghwa lo estudió con la mirada por unos segundos, intentando descifrar como podía emanar tanto poder. Se sintió un tanto celoso de la presencia imponente de la que era dueño, de su confianza que parecía existir sin poner esfuerzo. Y se preguntó si podría llegar a ser igual a él, pero rápidamente se vio incapaz.

Después de que todos los jugadores terminarán de ducharse y vestirse, emprendieron camino al campo para salir del estadio. Habían decidido ir a comer pizza donde siempre lo hacían cada vez que empezaba la temporada.

PLAYER | SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora