9

252 34 46
                                    

—Así que estuviste revisando mi Instagram.

Seonghwa elevó la vista de su libro, congelándose a medio camino cuando terminó de procesar lo dicho. Vio de soslayo unos brazos apoyados en la mesa y el cuerpo ajeno estaba opacando el suyo con su sombra. La voz pícara de Hongjoong siempre lograba alterarlo.

—Yo... —titubeó Seonghwa avergonzado. Quizá no debió dar like a tantas publicaciones.

—Tranquilo, lindo. Puedes hacerlo cuando quieras —el castaño lo interrumpió y Seonghwa se armó de valor para mirarlo, anonadado por el pedazo de luna que relucía detrás de sus labios—. Pero, ¿no prefieres ver lo que está ahí en persona?

Una esquina del labio inferior de Hongjoong fue mordida por sus dientes lentamente, para luego elevarse en una curva que dejó ver solo lo justo de sus dientes. La imagen de Hongjoong mirándolo desde arriba con tanta dominación hizo que Seonghwa sintiera que estaba a punto de estallar, sin ser capaz de responderle.

—La clase de física está muy aburrida, ¿no? —el chico bonito le comentó aquello en voz baja mientras se sentaba a su lado y se acercó a su oreja—. ¿Vamos al baño a besarnos?

Otra vez, ese gesto en la boca de Hongjoong tan endemoniadamente atractivo se hizo presente y Seonghwa podía afirmar que gracias a esa propuesta tan atrevida su corazón había omitido tres latidos. Su temperatura se elevó rápidamente haciendo que su rostro ardiera como lava, sus manos sudaban y su corazón intentaba escapar por su garganta para no volver a enloquecer por ese chico en frente suyo.

—Ve tú primero y espérame en el baño del pabellón C.

Entonces el futbolista, aunque todo le gritaba que se quedara en la clase y que aquello no era correcto, no pudo hacer nada más que obedecerle y levantar la mano. Algo en la forma en la que Hongjoong pronunciaba cada palabra era tan tentador y convincente que hacía imposible decirle que no.

—Profesor Jung —dijo con extrema timidez cuando el hombre mayor lo miró, temiendo que el corazón se le escapara por la boca junto a las palabras—. ¿P-Puedo ir al baño?

—Adelante.

Y salió del aula a pasos largos casi tropezandose en el proceso. Quería gritar porque moría de nervios. ¿Cómo podía Hongjoong poner su mundo de cabeza y sacudirlo con una simple frase y una sonrisa? Seonghwa sintió que le faltaba el aire una vez entró al baño, donde esperaría al castaño para eso. Esperó y sabía que sólo pasaban segundos, pero el tiempo le estaba comiendo por dentro.

—Cálmate —se miró en el gran espejo del baño de hombres e intentó relajarse cerrando los ojos.

De pronto se preocupó por su apariencia y si estaba bien arreglado o si olía bien. ¡Tenía que verse y oler bien!

—No los abras —escuchó la acaramelada voz del ángel murmurar sobre el lóbulo de su oreja.

Suavemente, las manos de Hongjoong le rodearon la cadera a Seonghwa y sus dedos se infiltraron por debajo de su sudadera. Las yemas ajenas acariciaban con delicadeza esa zona tan sensible de su cintura, desde sus costados hasta debajo de su ombligo, delineando sus crestas ilíacas. Seonghwa intentó con todas sus fuerzas respirar con normalidad, pero sus exhalaciones salieron entrecortadas y temblorosas. Aquella sensación que lo debilitaba le hacía sentirse vulnerable y expuesto de una manera exitante.

Seonghwa se dio la vuelta, buscando mirar al castaño cuando este comenzó a adentrarse por su pantalón y se apoyó sobre el lavamanos porque la fuerza había abandonado sus piernas. Por las caricias, sus mejillas se habían sonrojado y su respiración era ruidosa. Debía detenerlo si no quería tener algún tipo de accidente frente a él. Entonces, lo encaró y el muchacho lo observaba atenta e intensamente con esos huecos negros que le abducían el alma.

PLAYER | SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora