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O L I V I A

Pasaron unas semanas desde que habíamos vuelto del campamento. Los días a la boda de vez más, y aún faltaban uno que otro preparativo, entre eso, la despedida de soltera, cosa que estabamos organizando ahora con las chicas, excluyendo a Cande, para que sea algo así como sorpresa.

Por otro lado, los chicos hacían lo mismo pero para mi hermano. Andábamos todos pensando que hacerle para la despedida de solteros de los dos.

Entré a la cocina, me acerqué a Sebas quien estaba cocinando, cortaba verduras sobre la tablita para hacer guiso. Dejé un beso en su cuello y rodee su cintura con mis brazos.

— Me voy a acostumbrar a esto —sonrió,se dió vuelta y dejó un beso en mis labios— Sos hermosa, Oli —acaricie tu mejilla y me acerqué para volver a besar sus labios.

— Vos sos hermoso, me encantas —sonreí despacito, él besó mi frente, cerré mis ojos al recibir su demostración de amor.

— ¿Vas a buscar a Enzo? —preguntó,asinti en respuesta— ¿Te llevo? —sonreí y negué mirándolo.

— No amor, no te hagas problema, voy y venimos rápido, termina de cocinarme —hice puchero, él sonrió y besó mis labios.

— Dale beba, anda con cuidado —asenti en respuesta, le di su último beso antes de salir de la casa, busqué mi auto, me subí a éste y comencé a conducir camino a la casa de Ivo para buscar a Enzo.

No podía faltar la música en el auto, comenzó a sonar una canción de Karol g junto a Maluma, era inevitable no cantarla prácticamente me sabía la letra de memoria.

Unas pares de canciones más y ya había llegado a la calle donde estaba la casa del padre de mi hijo, dejé el auto en la entrada de la casa, me bajé cerrando la puerta con seguro.

Me acerqué a la puerta y toqué el timbre, esperé unos segundos hasta que Ivo apareció detrás de esta.

— Hola Oli —saludó, se acercó y dejó un beso en mi mejilla.

— Hola, ¿Como estás?¿ Como te sentís? —entré a la sala mientras Ivo cerraba la puerta detrás mío.

— Bien, mejor ya, nada de qué preocuparse —sonrió encogiendo sus hombros— Enzo fue a buscar sus cosas, ya baja —comentó, asenti en respuesta.

— Si, no hay problema —respondi mirándolo.

— ¿Benja? ¿Bien? —preguntó mientras caminaba a la mesa del living y juntaba unos dibujos, se ve que habían estado dibujando junto a Enzo.

— Sisi, él está bien —asenti sonriendo.

— ¿Como van las cosas con Sebas? —otra pregunta de su parte, esta vez me miró.

— Bien, estamos viendo como funcionan las cosas —él sonrió, dejó las cosas sobe un mueble, dejando libre la mesa pequeña.

— Me alegra eso, espero que esta vez puedas ser feliz enserio, como verdaderamente te lo mereces, Oli —habló, se acercó más a mí— se nota que él te quiere mucho, no creo que la cague como lo hice yo —pasó su mano por su nuca, como sintiendo nervios, me acerqué y lo abracé.

Correspondió mi abrazo, quizás esa era la necesidad de sentirnos cerca por última vez, de sentir que todavía había un amor mínimo entre nosotros. Que toda ese fuego aún seguía ahí, pero en menor cantidad, y su calor no se sentía tanto como la primera vez, pero si se sentía apenas, como si estaba a nada de apagarse.

Ivo me abrazó fuerte, dejando un beso en mi cabeza, mantenía mis ojos cerrados. Obviamente que se me removió cada parte de mi ser, pero no porque seguía amandolo, si no qué, necesitaba esto, necesitaba abrazarle.

Amo a Sebas, pero con Ivo había mucha historia desde más de 10 años, y es muy difícil odiar a alguién que marcó tanto tu vida de una forma inigualable. Me dió mi segundo hijo, una razón más para ser la mamá más feliz.

— Solo voy a decirte que me hiciste feliz dándome a Enzo, que sos la mujer que más me amó, y que yo amé, a pesar de cada error que cometí, no hay día que no me arrepienta de eso, pero también tengo que dejar que vos seas feliz, y se te ve feliz junto a Sebas, y todos vemos eso. Ese chico vale la vida, vale todo, y quiero que alguién pueda darte todo lo que nadie pudo, Oli —habló Ivo mientras me tenía abrazada contra su cuerpo— No es una despedida, seguimos siendo papás de Enzo, es desearte lo mejor con tu nueva pareja, y hacerte saber que te apoyo, a los dos... —se alejó un poquito para dejar un beso en mi cien— Te quiero, Oli

— Te quiero, Ivo —susurre, me alejé un poco para poder verle la cara, pase mi mano por su mejilla, con mi pulgar dejaba mimos en su piel— gracias por esto... —él beso mi mano y sonreímos los dos, mirandonos.

Ya no había ese amor de antes, pero si un cariño que no se olvidaba, habíamos pasado demasiada cosas juntas, buenas y malas, y ya era tiempo de sanar, los dos.

— Hola ma —Enzo bajaba las escaleras, sonreí y me acerqué para ayudarle con su mochila. Aun tenía el yeso en su brazo, apenas faltaba una semana para que pudieran sacarselo.

— Hola mi amor —dejé un beso en su frente y caminamos nuevamente cerca de Ivo— Nos vamos, nos vemos mañana,  te aviso para que lo busques en la escuela —comenté, Ivo asintió en respuesta y se despidió de su hijo. Me acerqué y lo saludé, él me abrazó y nos acompaño hasta el auto.

Subimos y comenzamos el camino nuevamente a casa, en la radio comenzó a sonar una canción de Tini, y obviamente la íbamos a cantar junto a Enzo, él amaba a Tini y se sabía cada una de sus canciones.

Llegamos a la casa de Sebas, estacione el auto, bajamos. Al entrar a la casa estaban Duki y Ysy en el living, Sebas venía de la cocina con tres botellas de cerveza corona en sus manos.

— Al fin llegó la jefaa —Duki se levantó y vino hacia mí, me abrazó enseguida, me gustaban sus abrazos, siempre voy a mantener eso. Correspondi su saludo, me acerqué a Alejo para saludarlo también.

Por la escalera bajaban Benja, Amadeo y Bruno, se habían vuelto a juntar los tres, hace tiempo que no veíamos a Alejo.

— Hola Tía hermosa —Bruno se acercó y me abrazó, lo abracé, estaba más alto que yo, como crecen los chicos, me hacen sentir vieja.

— ¿Como estás? —pregunté, él asintió dándome a entender que estaba bien.

— Ma, vamos a la compe con los chicos —Benja dejó un beso en mi mejilla, seguido de Amadeo quien también me dejó un beso en mi mejilla, se ponían mimosos cuando querían algo a cambio.

— ¿Vuelven a comer? —pregunté.

— Si ma, no me pierdo los guisos de Sebas —agregó Benja mientras se ponía la campera para salir de la casa.

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вєиʝαмιи •кнєα• Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora