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O L I V I A

Cuarentena: Día 1

Oficialmente comenzamos la cuarentena, tratamos de no mirar noticias porque la sobre información te va comiendo la cabeza, es mejor esperar y dejar que suceda, saber de a poco, y no alimentarse de las redes sociales, por que todos mienten.

Los nenes y las nenas aún dormian, los chicos estaban boludeando en la play y arreglando unas cosas del estudio para poder usarlo y hacer música, mientras tomaban mates.

Juli, Cande y yo estamos en la galeria del patio tomando mates como desayuno, mientras hablabamos de cualquier cosa que se venía, las charlas con ellas siempre eran infinitas porque tratabamos de sacar algún tema del cuál opinar o hablar, o simplemente chusmear como toda vieja ahre

Cande habia traido cosas para hacerle una fiesta de cumpleaños a Cloe, entre nosotros claramente, así que en unos días ella iba a tener su celebración de cumpleaños igual.

— Neo tiene re descuidada las plantas, voy a arreglárselas, no puedo verlas todas tristes —comentó Cande levantándose de la silla.

— Te ayudo, voy a buscar la llave del galpón —le dije, ella asintió, entré en busca de neo para pedirle la llave.

Subí las escaleras, caminé por el pasillo hasta llegar a la última puerta, golpee y abrí, estaban todos pelotudeando como se pueden imaginar  son hombres.

— Che Sebas, ¿donde está la llave del galpón? —pregunté, me gané la mirada de todos, no me habían visto.

— En la cocina gorda, atras de la puerta están colgadas las llaves —indicó mirándome.

_ Dale gracias, te vamos a arreglar las plantas —comenté y el sonrió negando.

— No hagan cagadas —dijo Ecko, lo mire y le hice fuck you con mi dedo.

— Guarda con la plantitas de marihuana —habló Lit.

— No boludo, no tengo — Neo rió mirándolo— ojalá tuviera, pero es complicado cuidarlas —encogió sus hombros.

— Eu hoy comemos unos choris, yo los hago —comentó Duki.

— Hay que limpiar la churrasquera —hablo Neo mientras sonreía— re colgué en limpiarla, ya voy y arreglo todo —comentó.

— Bueno, ¿hay pan? —pregunté.

— Hacemos gorda, hay harina —asenti al escucharlo a Neo. Cerré la puerta del estudio y volví a bajar a la cocina en busca de la llave.

— Ya la tengo —sonreí mirando a Cande, Juli seguia sentada tomando mates y leyendo un libro.

Abrimos el galpón, sacamos la manguera, unas palitas para remover la tierra, y comenzamos a trabajar. Juli nos puso música despacito y nos cebaba mates mientras bailaba (perreaba) porque según ella, no le iba bien con las plantas.

— Che, ¿que onda con Ivo? —preguntó Cande mientras removia la tierra de la plantita.

— Nada, literal nada —contesté mirándola.

— Anda solo, tipo no anda con la mina que supuestamente andaba hace unos meses —habló Juli mientras tomaba un mate.

— Enzo había dicho que se separaron, de cuando él iba a pasar los findes a su casa —comenté.

— Si, ya no suben historias hace banda —agregó Juli.

— Igual ya fue —habló Cande— ¿no? —sonrió mirándome.

— Ya pasaron diez años amiga, el amor ya se fue —encogi mis hombros, ella asintió coincidiendo conmigo.

— ¿Que pasó entre Tomás y vos? —pregunté mirando a Juli.

— Discusiones y ya no es sano —respondió— Pero el tema más importante es Milena, no quiero que sufra al vernos separado

— Depende, porque si pelean delante de ella o se tratan mal, es igual —comentó Cande.

— Si, pero tratamos de estar bien frente a ella, igual yo no puedo dejar de amarlo por más mierda que me haga —susurró y agachó su mirada.

— ¿Te engaño? —pregunté.

— No, va supuestamente no, me pidió tiempo porque necesitaba pensar en él —comentó Juli— aunque me da la de dudar, pero nunca le encontré nada raro ni él a estado raro, asique nosé

— Que embole gorda, pero bueno quizás terminan bien tipo quizás solo se siente atado, Nacho se sentía así pero lo hablamos y quedó todo bien —habló Cande.

— Ustedes si que se aman, han durado un montón —reí mirándola, ella asintió mientras sonreía ampliamente.

— Literal que sí, igual hemos tenido nuestras discusiones pero siempre solucionamos, siento que Nacho es el hombre de mi vida —Cande sonrió.

— Que cursi iug —habló Juli mientras reía.

— ¿Que onda las mamis? —apareció Lit en la puerta del patio, detrás de él salieron Ivo, Neo y Nacho.

— Hola gordita —susurro Nacho y dejó un beso sobre la frente de Cande— Hola hermanita —sonrió y me abrazó.

— ¿Y yo que? —preguntó Juli mirándolo— ¿Acaso estoy pintada acá? —Nacho rió y se acercó a abrazarla.

— Cebate los mates Juli —dijo mirándola.

— Anda a calentar el agua —habló Juli.

— Dale —Nacho asintió, Juli le pasó el termo, y se fué nuevamente dentro de la casa.

Terminamos de arreglar el jardín, Cande regó las plantas mientras yo junte las demás cosas que habíamos usado para guardarlas nuevamente en el galpón.

Entré a la cocina y Enzo estaba sentado en la barra de la mesada mientras Ivo a su lado mezclaba algo en una taza, seguramente le estaba haciendo la chocolatada.

— Hola mi amor —sonreí acercándome a mi hijo y lo abracé, él sonrió y respondió mi abrazo. Ivo nos miraba sonriendo.

— Hola mami —susurro Enzo.

— ¿Dormiste bien? —pregunté mientras me sentaba a su lado, Ivo le acercó la taza con la chocolatada ya lista.

— Si mami, solo que Benja y Amadeo no dejaban de reirse y decir malas palabras mientras jugaban al free —comentó mirándome.

— Bueno esta noche podés dormir conmigo si querés —acaricie su mejilla y el asintió.

— O conmigo —agregó Ivo mientras tomaba café.

— Si pa —asintió Enzo sonriendo.

— ¿Oli tenés ropa para lavar? —preguntó Valen, venía con un montón de ropa en sus brazos, reí negando— Me toca ser el lavandero —encogió sus hombros y salió al patio preguntandole a los demás si tenían ropa para lavar.

— Hola madrina —Sentí la voz de Cloe, me di vuelta y sonreí al verla entrar a la cocina aún en pijamas y despeinada.

— Hola princesa —me acerqué a ella y la abracé— ¿Vas a desayunar? —ella asintió mientras pasaba su manito por su ojo— Bueno, te hago una chocolatada

— Yo se la hago gorda —habló Ivo mirándome, asenti sonriendo, Cloe se sentó al lado de Enzo. Busqué un paquete de galletitas oreos y le dejé para que coman.

Mientras Ivo le hacía la chocolatada a Cloe, yo la peine despacito haciendole una trenza para que estuviera más cómoda, Ivo le dejó la taza frente a ella.

— Me voy a ordenar la habitación —comenté mirandolos, saqué una galletita y fui a la habitación.

вєиʝαмιи •кнєα• Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora