Capítulo 5: Lucas

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Me había gustado un poco que a Kim se hubiera preocupado por mi, ni mis otros amigos se dieron cuenta, y si lo notaron, no preguntaron, sólo Dylan, y Kim.

La chica me caía bien, y significó mucho para mí que se acordara, aunque le traté como un idiota siendo así de borde con ella, sólo quería saber si yo estaba bien. Bueno, ya le pediría disculpas en la fiesta de Dylan.

Por cierto, menuda fiesta nos espera. Las fiestas que hace Dylan siempre son las mejores, siempre se recuerdan de la cantidad de cosas que pasan. Al estar todo el rato solo en casa, las hace cuando quiere. Aunque, ahora que Freya ha vuelto, puede que haga menos, esa chica es una chivata, y una pesada. Sólo lleva horas aquí y ya va detrás de mí.

Mi historia con Freya no tiene mucho misterio. Yo le gustaba y terminamos liándonos en una fiesta. Estuvimos saliendo casi un año, pero con la muerte de mis padres no tenía ganas de compromiso, ella me intentaba animar, pero no quería que nadie lo hiciera. Tener un vacío en el corazón no lo arreglan tres ánimos, y menos si son de Freya, que siempre terminaba hablando de ella. Era una de las cosas por las que también le dejé.

Y ahora, ha vuelto después de estar un año y medio en Hawái, y lo primero que hace es abrazarme como si no hubiera pasado nada entre nosotros.

Yo iba por el pasillo con los auriculares puestos y la cabeza mirando al suelo pensando en mis cosas, cuando, de repente, veo unas deportivas blancas de chica, las reconocería en cualquier parte. Era Freya. Me quité los auriculares mientras levantaba la cabeza lentamente, y me encontré con una Freya raramente diferente. Se había cortado mucho el pelo, ella siempre decía que tener el pelo corto era de perdedoras, y ahora lo llevaba corto ella. Iba acompañada, como siempre, de sus amigas, que era como si fueran sus sirvientas, no sabía todavía por qué había estado con ella, no era mi estilo, para nada.

-¡Hola Lucas! Cariño cuanto has cambiado.- gritó haciendo que dos o tres personas se giraran.
-Hola Freya.- solté yo sin ningún tipo de ánimo.
-Me alegra verte guapo.- dijo sonriendo.

Yo le dediqué una sonrisa más falsa que una moneda de un dólar y me fui. Cuando me aseguré que no me veía la cara, resople entornando los ojos. Por el camino, me encontré a Dylan, estaba metiendo las cosas en la taquilla.

-Ey tío, voy a hacer una fiesta el sábado en mi casa, tienes que venir.- dijo muy ilusionado.
-Claro que iré, no pienso perderme tu famosa fiesta. Me he tenido que enterar por ahí.- respondí.

Fuimos hablando por el pasillo mientras comentábamos los preparativos de la fiesta. Iba a ser con alfombra roja y vestidos súper elegantes. No me hacía mucha gracia vestirme así, y él sabía que como mucho iría en camisa blanca y vaqueros.

-Bueno dime ¿a quién vas a invitar a la fiesta?- planteé con curiosidad.
-A todo el mundo, hasta a la hermana de Jackson con sus amigos.-

Abrí un poco los ojos, no sabía que tuviera tanto interés en esos chicos, a ver, iba ir una parte de su clase, pero ¿ellos? Bueno, era la fiesta de Dylan, él invitaba a la gente. Yo respondí con un simple asentimiento, algo que Dylan ni se enteró. Yo me despedí y me fui a clase, la taquilla de Dylan estaba en la otra punta de la mía, así que me dijo que me fuera para el laboratorio y él me seguría.

El laboratorio era súper espacioso, las paredes eran de azulejos blancos, y en las mesas habían un montón de matraces, gafas, y cajones para guardar muchas cosas. Era uno de los primeros en llegar a la clase, sólo éramos cuatro personas. Cuando empezó a llegar la gente, y por último, el profesor, nos sentamos en parejas, yo me puse con Dylan y Jackson atrás.

-Vale chicos, vamos a hacer un cambio de planes y ahora van a venir los de 11th grade para hacer un trabajo en su clase de ciencias y que contará como proyecto para el final del trimestre.- dijo el profesor Fisher.

Teníamos que hacer un trabajo de ciencias con gente más pequeña que nosotros, genial. Estuvimos quejándonos al profesor sobre esa absurda colaboración. Dijo que teníamos tres meses para hacer el trabajo, era extenso, pero había mucho margen de tiempo. Mientras hablábamos de la fiesta para hacer tiempo, sonó la puerta, toda mi clase se giró al unísono, y vimos a la profesora Pepper entrando con cerca de treinta niños. Y, para la sorpresa de Jackson y yo, era la clase de Kimberly. Jackson abrió los ojos como platos como sorpresa, no se esperaba a su hermana. Ella miró a mi amigo, y posteriormente a mí.

-Bueno, ahora os asignaré por parejas.- continuó el profesor Fisher.

Por ahora no me había nombrado. Dylan iba con el amigo de Kimberly, Jayden, y Jackson iba con un chico de esa clase, Dustin creo que se llamaba. Yo sólo rezaba con que Freya no cayera conmigo era suficiente.

Suspiros infinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora