Capítulo 8: Kim

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Había entablado una conversación de más de 5 segundos con Lucas y no me había desmayado. Ni siquiera había tartamudeado. Era un mérito muy importante considerando lo que me gusta ese chico.
Iba hablando con Lía mientras pasaba por su casa, pero era temprano, no sabía a dónde había podido ir. Venía del entrenamiento y al ver que me miraba y me saludaba colgué a Lía tan rápido que casi se me cae el móvil al suelo.
Estaba tan guapo. Con su chándal de nike y su pelo peinado como siempre. Le había notado algo triste, supuse que sería por lo de sus padres, así que le di mi apoyo. Le dije que si necesitaba algo, que yo estaba ahí para él.

-¿Demasiado insistente? Es demasiado insistente ¿a que sí?- le decía a Jay por videollamada mientras él hacía deberes.
-Kim, tranquila. Le has mostrado su apoyo, no es nada malo.-
- Jay, ese tío me conoce sólo por ser la hermana pequeña de su amigo, sólo de eso.-
-¿Y?- pregunta mientras se lleva una patata frita a la boca.
-¿Cómo que y? Ese tío va a pensar que estoy obsesionada con él.-
-Kimberly, lo estás .-

Respiro hondo dándome cuenta de que mi mejor amigo tenía razón.

-Lo sé de sobra, pero no tiene por qué enterarse.-
-Y no lo va a hacer, no has hecho nada que te delate, por ahora.-
-A veces desearía poder tenerte al lado para tirarte del pelo cada vez que me dices alguna cosa de esas.-

Jay soltó una carcajada.

-Bueno y ¿Qué hay de la fiesta?- preguntó.
-¿Qué quieres decir?- le miré confundida mientras me tumbaba en la cama.
-Has escuchado lo que ha dicho Dylan ¿No?-

Le miré el doble de extrañada. No sabía nada.

-Kim, hay que ir con una pareja.-
-¿Cómo? Una pareja ¿en serio?-

Jay me explicó que lo había subido a Instagram, pero al estar en el entrenamiento, después encontrarme a Lucas, llamar a Lía después de haberlo visto, y después hacer lo mismo con Jayden, no me había dado tiempo de mirar Instagram. Al meterme en el perfil de Dylan vi la storie que había subido. Efectivamente, se cambiaba la temática. Antes iba a ser una fiesta normal, pero ahora teníamos que ir vestidos de gala, y una pareja. Una pareja ¿A quién coño llevo yo como pareja?
Jay, como si me hubiera leído la mente, me miró sonriendo.

-Ni se te ocurra pensarlo. No voy a hacer eso.- dije sin esperar a que me lo dijera.
-¿Sabes cuánto tiempo llevas soñando ser la pareja de Lucas Taylor en alguna fiesta?-
-Más del que llevo viva, pero de ninguna manera voy a pedírselo.-

De ninguna manera. No. Qué vergüenza. Puede que Lucas me guste un montón, pero ¿invitarle al baile? Era imposible. Seguramente ya se lo habría pedido a Freya, o a alguna chica guapa.
Al colgar la llamada con Jay, me puse a hacer deberes un rato hasta que tuve que bajar a cenar. Mi hermano había pedido hamburguesas del McDonald's, ya que él había llegado más tarde que yo y no tenía ganas de cocinar. Yo, mientras comía, estaba sumergida en mis pensamientos. Me gustaría pedirle a Lucas que fuese al baile conmigo, claro que me gustaría, pero sabía la respuesta que iba a darme: un rotundo no.

-¿Ya tienes pareja para la fiesta?- preguntó mi hermano.
-Me he enterado hace un par de horas, no he tenido tiempo de hacer nada.-
-Espero que encuentres a un buen tío, que si no, le parto los dientes.-

Una cosa que hay que saber de mi hermano es que es demasiado sobre protector a veces. Yo le ignoré por completo, estaba acostumbrada a que me dijera esas cosas.
Me llegó una notificación de Instagram, era una solicitud de amistad. Al meterme, casi se me cayó el móvil. Lucas me había pedido solicitud de amistad. Lucas Taylor. A mí. Abrí un poco los ojos y mi hermano se dio cuenta.

-Parece que has visto un fantasma ¿qué pasa?-
-Eh... nada. Es Jay.-

Le hice captura de pantalla y se lo mandé a mis amigos. Me dijeron que les hiciera videollamada urgentemente, así que puse una excusa para irme.

-Lia lo ha dejado con su novio, terminaré de cenar arriba mientras hablo con ella.-
-¿Otro novio?-

Pasé de Jackson y subí corriendo con la bolsa de comida. Esa excusa fue la primera que se me vino a la cabeza.
Me senté en el escritorio para terminar de comer y empecé a hablar con Jay y Lia.

-No me lo puedo creer.- empezó diciendo Jay.
-¿En serio le has dicho a tu hermano que lo he dejado con mi novio? Sabes muy bien lo que pienso de los tíos.- saltó Lia.
-Y él seguro que también Li, pero como no ha puesto ninguna pega pues he subido.- argumenté yo.

Empezamos a hablar de lo que había pasado. No sabría decir quién de los tres estaba más nervioso.

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te ha pedido solicitud?- preguntó Jay.
-Media hora.-
-Vale, ya puedes aceptarle. Así no pareces desesperada.-

Dicho y hecho. Le acepté la solicitud, y obviamente yo se la devolví.
Mientras esperábamos señales de vida, estuvimos hablando de la fiesta. Al día siguiente, al no tener exámenes ni nada importante, Lía y yo íbamos a ir a comprar la ropa. Muy poca gente había ido al instituto, así que aprovechamos.
Estaba esperando a mi hermano en la puerta para que me llevara a casa de Lia. Yo llevaba puesto un pantalón de Chándal gris con un top blanco y mis zapatillas del mismo color. Me había hecho una coleta alta y llevaba mis cosas en el bolsillo del pantalón.
Mi hermano salió de casa con las llaves del coche en la mano. Él se había puesto unos vaqueros negros y una camiseta de los Miami Heat.

-Vamos a ir a recoger a Lucas, también va a venir. Nos pilla de camino para ir a casa de Lía.-

Últimamente la vida me sonreía. Íbamos a ir al centro comercial con Lucas Taylor. Una fantasía. Cuando aparcamos en frente de su casa, le vi saliendo por la puerta. Iba vestido igual que mi hermano, pero la camiseta, en vez de ser de de Miami Heat, era de los Chicago bulls. Llevaba también unas gafas de sol rectangulares apoyadas en la punta de la nariz. Intenté no abrir la boca y que se me cayera la baba, porque iba monísimo.
Cuando entró en el coche, se sentó en el asiento de atrás ya que yo iba en el del copiloto. Esperaba a recoger a Lia para cambiarnos de sitio e ir yo detrás con ella. Nos dedicó un simple saludo, sacando su preciosa sonrisa. Al llegar a casa de Lia, me bajé del coche para que Lucas se pusiera en mi sitio y así aprovechaba para llamar a la puerta de casa de Lia.
Al bajarme, Lucas estaba esperando a que pusiera los pies en el suelo. Yo solía tardar un segundo más ya que, al ser bastante bajita y el coche de mi hermano un poco alto, tenía que visualizar el suelo para no partirme la boca.
Lucas me miraba mientras se echaba a reír. Hacía tiempo que no le veía reírse.

-A este paso me podría haber quedado atrás y no tendrías que formar un espectáculo.- dijo haciéndose el gracioso.
-¡Yo no tengo la culpa! Es el coche de mi hermano que está hecho para gigantes.-
-El coche no tiene la culpa de que seas una enana.-

Enana. Lucas Taylor me había llamado enana. Me había puesto un mote. Me quedé sin habla. No sabía qué responder a eso. Así que sólo me dediqué a pegarle un manotazo en el hombro y me dirigí hacia el porche de Lia para, posteriormente, entrar en su casa.
Me abrió rápido porque estaba terminando de meter sus cosas en el bolso. Se había puesto una camiseta de AC/DC negra, unos pantalones cargo beige y unas Jordan blancas y negras, las mismas que las mías. Es que es una copiona. Mientras ella iba a lo suyo y, probablemente no me habría escuchado la mayoría del tiempo, le conté lo ocurrido. Sólo reaccionó con la palabra "enana". Al escucharla, se quedó boquiabierta.

-No me creo que Lucas Taylor te haya llamado enana.-  dijo sin dar crédito.
-Te lo juro tía, y lo mejor es que no he hecho nada que me delate.-

Empezamos las dos a hablar del tema, hasta que recibo una llamada de mi hermano.

-Kim ¿se puede saber qué hacéis? Lleváis 20 minutos ahí dentro. Salid ya que, no sé si os acordáis, pero las tiendas tienen hora de cierre.- decía mi hermano algo alterado.

Yo sólo le colgué y luego abrí la puerta. La casa de Lia era enorme, era de color blanco y las puertas y los marcos de las ventanas de color negro. En el jardín tenía un columpio y en el patio trasero una piscina.
Al visualizar de nuevo el coche, vi a mi Jackson y a Lucas apoyados en el capó del coche mientras fumaban un cigarrillo. Cuando escuché el sonido de la puerta de Lia cerrándose, me acerqué a ellos mientras hablaba con mi amiga.

-Si llego a saber esto, me voy en autobús.- soltó Lucas.
-Si así te quejas menos, lo prefiero.- respondí yo.
-No te escucho, estás muy abajo enana.-

Cuando fui a darle una colleja, se metió corriendo en el coche. Abrimos la ventana para que no oliese a tabaco dentro del coche. Notaba a mi hermano algo tenso mientras hablaban entre ellos. No sabía por qué. Lía también lo había notado.

Suspiros infinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora