CAPITULO 10

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El pitido al otro lado de la línea estaba destrozando los nervios de Frank, había esperado hasta la mañana siguiente para realizar la llamada, por educación y para elegir las palabras diría a Gerard cuando contestara, sin embargo hasta el momento había sido inútil pues el teléfono se iba al buzón luego de sonar varias veces.

Frank no quería presionarlo y sabía que dos llamadas eran suficientes, se estaba tomando tantas acciones que no le correspondía, pero quería estar allí para Gerard, el no saber sobre él y si estaba en un mal momento sin un apoyo le rompía el corazón.

Miró fijamente su teléfono, como queriendo meterse el aparato y llegar hasta donde estaba el ojiverde, Frank suspiró y dejó el celular sobre la mesa.

—Vamos chica, un paseo nos vendría bien a ambos —Frank acarició la cabeza peluda de Soup y enganchó la correa en su collar.

Antes de salir del apartamento tomó sus llaves, celular y una bufanda para protegerse del frío, el viento otoñal lo recibió fuera del lobby de su edificio, al ser sábado las calles se encontraban un poco concurridas en comparación a la semana, pero el ritmo de las personas era más lento sin los afanes laborales o académicos.

Frank y Soup caminaron adentrándose entre las personas, la cachorra olisqueaba el pavimento y trotaba al paso de su humano, luego de algunos giros y cruzar avenidas llegaron hasta el parque, las hojas de los árboles habían empezado a caer tiñendo el suelo de colores naranjas y ocres, los niños corrían entre los árboles y uno que otro perro jugueteaban con ellos.

—¿Quieres jugar verdad? —Frank le habló a su perra que respondió con un ladrido y moviendo su cola enérgicamente —Se una buena chica Soup no me hagas correr tras de ti.

Soltó la correa de la cachorra que salió disparada para jugar con los otros perros, Frank la observó a lo lejos y se sentó en una de las bancas del parque, se sentía un poco solo al ver tantas parejas y familias compartiendo, quizás debería volver a Jersey a visitar a su madre, tomarse unas vacaciones y acercarse nuevamente a los amigos que dejó atrás.

Con un poco de expectativa saco el celular de sus bolsillos, introdujo la clave y desbloqueo el aparato, ninguna llamada había sido devuelta, sabía que estaba siendo iluso, quien en su sano juicio devolvería una llamada a un número desconocido, y tampoco había sido capaz de dejar un mensaje de voz en el buzón.

—Vamos Frank deja de ser tan insistente, ya no eres un adolescente de la secundaria pendiente de su crush —suspiro y guardo nuevamente el celular en el bolsillo de su chaqueta.

Sabía que la mejor forma de comunicarse con su paciente sería a través de una llamada, ya había intentado buscarlo en redes sociales y encontró que la ultima publicación de su Instagram había sido hace casi un año atrás, evidentemente no eran el fuerte de Gerard tal como se lo había contado en una de sus sesiones, quizá hasta había olvidado la contraseña para ingresar.

Lo que menos deseaba era alarmarse e incomodar a Gerard si seguía siendo insistente, trataba de convencerse a sí mismo que la ausencia del ojiverde no era nada grave y que  la próxima semana aparecería con sus sonrisa suave y alguna excusa por la cual no asistió a sus sesiones.

Obligó a su mente a dejar el tema de Gerard de lado, había salido al parque precisamente para evadir, sobre pensarlo no le traería nada, con decisión se levantó y fue tras Soup que hacía huecos en la tierra con sus patas delanteras.

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De regreso al apartamento Frank le dio de beber a Soup, limpio profundamente el baño, la sala y la cocina al ritmo de Misfits; hablo un poco con su madre y reorganizó su colección de vinilos por colores. Hacia el final de la tarde estaba totalmente cansado, y luego de una ducha tibia se puso su pijama más cómoda y ordenó pizza a su restaurante favorito.

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