CAPÍTULO 19

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"Estimado Señor Frank Iero

En nombre de nuestra maravillosa institución agradecemos la importante labor que ha desempeñado con nosotros por todo este tiempo, su dedicación y esfuerzo con sus pacientes son de mucha valor. Sin embargo es nuestro deber comunicarle que debido al incumplimiento de nuestro código de ética por su parte damos por finalizado su contrato de forma unilateral... "

La carta que encontró esa mañana en su escritorio había enojado e indignado a Frank, él sabía que solo había un culpable cuyos ojos azul celeste no habían dejado de verlo durante el pasado el fin de semana en casa de Ray.

Tiró la carta a la basura y comenzó a organizar sus pertenencias en una caja que Jamia le había traído, la pelinegra estaba muy triste e incluso algunas lágrimas escaparon de sus ojos cuando recibió la noticia de parte del mismo Frank.

Guardo una foto que tenía con su madre y padre el día de la graduación y una de Soup recién llegada a sus brazos, recolectó sus tazas de café y libros que tenía esparcidos por el consultorio, guardó su notebook es su morral, dio un último vistazo para cerciorarse que no olvidaba nada importante.

Decidió que no haría ningún tipo de reclamación, podría pensar que la regla era estúpida, o que realmente su relación con Gerard no era de interés de nadie más salvo ellos dos, pero la junta directiva había sido clara y Frank no estaba dispuesto a renunciar al ojiverde, posiblemente Gerard tomaría mal la noticia y se sentía culpable pero él no se arrepentida de nada.

—¿Eso es todo Frank? ¿te irías así sin más, sin pelear? —Jamia preguntó desde la puerta con sus ojos brillantes y la nariz roja.

—Jam realmente no vale la pena, ellos tienen sus reglas y yo las rompi, no dejaré a Gerard, intentar conciliar sería solo perder mi tiempo.

Frank se acercó hacia la pelinegra y le ofreció la caja de pañuelos, Jamia lo tomó entre sus manos y sonrió.

—No puedo creer que estés saliendo con Gerard, es lo único que se comenta en los pasillos —limpio con cuidado las lágrimas contenidas alrededor de sus ojos almendrados—. Tienes muy buen gusto, Gerard es muy dulce.

—La gente solo es chismosa, la próxima semana sucederá algo nuevo y lo mio se olvidara —Frank volvió hacia el escritorio y comenzó a cerrar la caja de cartón—. Gee es muy especial y casi lo pierdo.

—Te ves muy feliz Frank, y me alegro mucho por ti pero ¿has pensado que hacer ahora?.

—Aún no lo sé Jam, es muy pronto sin embargo unas vacaciones no me vienen mal —Frank tomó su morral y se giró hacia Jamia—. Muchas gracias por tu ayuda y amistad todo este tiempo.

La secretaria abrazó fuertemente a Frank mientras algunas lágrimas caían por su rostro.

—Te extrañaré mucho Frankie y sé que los pacientes también lo harán.

Frank sostuvo a Jamia por algunos minutos hasta que se calmó un poco, algunas lagrimas también salieron de sus ojos claros

—Nos mantendremos en contacto Jam, no te preocupes —Frank se separó de la pelinegra, sus ojos brillaban con lágrimas y su pestañina se había corrido un poco, con cariño toco sus mejillas y dejo un beso sobre su frente—. Nos vemos Jam cuídate.

Jamia le sonrió triste y besó su mejilla antes de dejarlo ir.

Con sus pertenencias en la caja y una mochila sobre sus hombros Frank dio una última mirada al consultorio, había sido un trabajo muy bueno aprendió mucho sobre su profesión y encontró mejores maneras de acercarse a sus pacientes, con un último suspiro salió de la oficina y caminó con paso seguro en los pasillos.

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