Cuando salí, me miré un momento en el espejo, no era la gran cosa, pero era suficiente para mirarme, una cicatriz se extendía en mi vientre bajo, más los moretones restantes que desaparecerían pronto, mis manos rojas, mi cabello algo largo pero hecho un desastre, mis ojeras, mi piel pálida, y había adelgazado, todo era horrible.
Aunque no podía escapar al cien en mis sueños, podía hacer en las drogas, y si no lo hacía, eso volvía, pero debía dejarla, debía alejarme de eso, debía volver a vivir si quería vengarme de esos sujetos, cada uno pasaba por mi mente, cada rostro, cada expresión, cada facción, cada maldito detalle.
— Kai, la comida está lista – la puerta se abrió para que la cabeza de Sanzu ingresara y que pronto saliera - ¡lo siento!
— No importa – miré mi ropa, desde aquello, llevar ropa descubierta no me hacía sentir yo misma, la llevaría una vez cuando Mikey esté en la cima, asiqué un pantalón junto a una sudadera era suficiente – gracias por la comida.
— Oye Kai, lamento haber entrado así – lo miré un momento, sus mejillas estabas rosadas.
— Descuida, no me importa.
Supongo que, en algún punto, Mikey se enteró de aquello, y ahora le daba una paliza a Sanzu, para luego abrazarme, y mirarme, yo estaba bien, asiqué volvió a irse, estaba muy ocupado, lo sabía, y yo no podía quedarme a recordar siempre aquello, asique me levantaría, pero primero debía ganar peso y fuerza.
En todos estos meses, había dejado de lado drogarme, aunque pasaba un par de veces, no era mayor problema, estaba mejor, y mi relación con Sanzu, había mejorado.
— Kai, saldré por unas horas, ¿quieres que te traiga algo? – lo miré un poco mientras cortaba mi cabello.
— Pues..., tinte, para decolorar, sólo eso.
— De acuerdo.
Se fue, asique no hice nada más, terminé de arreglar el desastre de habitación que tenía, además de la casa, era jodido, aunque no pude hacer mucho, pronto me encontraba cocinando para cuatro.
— Kai..., ¿dónde está Sanzu? – le puse el platillo frente a Mikey.
— Salió por unas horas, no sé a dónde.
— ¿Cómo has estado?
— Mejor... - puse otro frente a Koko – y bien, ¿qué debo hacer?
— Hay algo que quisiera que hagas, pero, no te obligaré hacerlo, Koko, dáselo – miré al pelinegro acercarme una caja, asiqué la abrí, era un vestido, no era tan llamativo, pero aun así me hacía sentir incómoda.
— ¿Iré a una fiesta?
— Algo así, quiero que viajes un poco, quiero saber de las otras pandillas.
— Suena sencillo, pero, ¿por qué un vestido? – y no me quejaba, era bonito – hace mucho no me pongo algo femenino.
— Es tu decisión.
— Bien, iré a probarme.
Seguridad, siempre fui alguien segura de mí misma, siempre me enorgulleció mostrar lo que era, vestidos, faldas, short, todo eso había quedado olvidado, y ahora, volvía a confiar en mí, aunque es por beneficio, Mikey me hubiera mandado como a mí se me hubiera dado en gana, pero, no lo hizo, aun así, respeta mi decisión.
No era extravagante, no mostraba mucho, me quedaba bien, busqué unas zapatillas, asiqué salí, y Mikey sonrió levemente.
— No me pondré tacones.
— Te vez bonita – y en mucho tiempo..., volví a sonreír, una pequeña, pero lo había hecho – Koko lo eligió.
— Tienes un buen gusto, me gusta, gracias.
Pero luego, mi seguridad cayó al piso con fuerza, la puerta, esa maldita tabla de madera me impedía salir, pero si ya me puse un vestido, salir no sería un problema, lo había hecho muchas veces, y siempre llegaba con bien, pero por ahí, entró Sanzu, traía una ropa diferente, y lo que le pedí, asique corrí hacerlo.
Sólo lo decoloré un poco y tal vez lo pinté, entré un color rojizo, me gustaba, miré mi buro de cosméticos, tomé un labial bajo, y ricé mis pestañas, me coloqué un short, y ahí algo de dinero y mi celular.
— Bien, ¿con quién empiezo? – miré a Mikey que sonreía y asintió.
— Con Brahman y luego, con Rokuhara Tandai, ten cuidado con esa, te llevará unos días encontrar algo.
— No para mí, Mikey, no para alguien como yo.
Sanzu no había dicho nada, más que mirarme, asiqué igual lo miré un momento, incluso Koko alagó el cómo estaba.
— ¿Me veo bien?
— ¿He? Si... - le sonreí un poco y salí.
Nadie dijo que fue fácil, habían sido días complejos, pero algo me inquietaba de Brahman, su líder era muy pequeño, y parecía tener facciones delicadas, y se parecía a Sanzu, en cuánto a Rokuhara, bueno ellos habían crecido mucho, afortunadamente no tuve problemas, había perdido la noción del tiempo, y en mi regreso, miraba el nuevo uniforme.
— Oficialmente eres la dama de la Kanto Manji Gang – tomé la chaqueta para ponérmela y sonreírle – sé que lo harás bien.
— Si, no te defraudaré, Mikey – el sólo asintió.
— Hay algo que debes saber, ¿recuerdas la noticia sobre un cuerpo que no fue reconocido?
— Si, ¿qué sucede con eso? – tomó mis hombros para mirarme un momento.
— Yo se lo diré – Sanzu me miraba, y ahora, no llevaba el tapabocas – Kai, yo le hice eso a esa persona.
— ¿Por qué? ¿qué hizo?
— Esa persona era Muto.
A veces creía que escuchaba mal por las drogas, pero ahora estoy lúcida, y luego, recodé aquello, el día que salió, el día que comencé con mis viajes, me hubiera gustado verlo una vez más, los recuerdos inundaban mi cabeza, pero, ¿era mi hermano? ¿por qué no duele como cuando casi pierdo a Emma? ¿por qué dolía menos?
— ¿Fue rápido? ¿lo mataste rápidamente? No hubiera querido que sufra.
— Fue rápido – sabía que mentía, pero tampoco quería escuchar la verdad.
— Ya veo, haré un par de cosas, volveré pronto, Mikey.
— Tómate tu tiempo.
Busqué rápidamente entre mis cosas, era el tesoro de ambos, todo me pertenecía ahora, hice un par de llamadas, y cuando quise darme cuenta, todo estaba listo, todo lo referente a mi hermano había desaparecido, a excepción de las fotos, me quedaría con eso.
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Dark Look - Sanzu Haruchiyo
FanfictionLe parecían marcas bonitas, nunca se cansaría de verla y apreciarlas, pero, a su dueño le incomodaba bastante. Lo había conocido de una forma peculiar, llegó a ser cercana a él, pero, ¿qué era ese sentimiento? no lo sabía. Siempre quería estar a su...