Capítulo 1: Un principio torpe

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"Lo siento mucho, debería mirar por donde voy." Clarke ofreció su mano a la castaña, pero no obtuvo respuesta. Agitó la mano durante unos segundos hasta que-

Oh. Oh. Había empujado a una mujer ciega.


o también;


Clarke no es muy confiada, Lexa es ciega y Octavia y Raven no ayudan.


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"Una firma más y te puedes marchar."

Clarke abrió sus ojos y miró al portapapeles. La enfermera señaló la línea que requería la tinta y Clarke garabateó su nombre.

"Gracias, Griffin. Hasta luego, probablemente." Esta asintió con una pequeña sonrisa y se marchó.


Clarke apoyó su cabeza en la pared una vez más, los mechones rubios cubriéndole la cara. Sopló con la intención de moverlos, pero fue inútil. Había sido un día muy, muy largo. ¿Por qué había tantos accidentes en Nueva York? El tráfico prácticamente no se movía. ¿Cómo era posible que hubiese tantos heridos cuando los coches se movían al ritmo de un caracol? Incorporándose, Clarke arrastró los pies por el pasillo en dirección a la entrada, donde seguramente estaría Octavia esperándola impacientemente.


Con la cabeza hacia abajo, los ojos cerrándose, Clarke se dio de bruces con una persona. Eso hizo que su cabeza se alzara rápidamente, solo para chocar con una afilada mandíbula.

"Ay, ¡mierda!" Clarke se frotó la cabeza y miró a la mujer que estaba en el suelo. "Lo siento mucho, debería mirar por donde voy." Clarke ofreció su mano a la castaña, pero no obtuvo respuesta. Agitó la mano durante unos segundos hasta que-

Oh. Oh. Había empujado a una mujer ciega. A una mujer ciega que trataba silenciosamente de encontrar su bastón blanco, solo a unos centímetros fuera de su alcance.


Clarke lo cogió rápidamente y se lo colocó entre los dedos. La mujer agarró con fuerza el bastón y maldijo en voz baja.

"De nuevo, lo siento mucho, realmente debería haber mirado por donde estaba yendo", dijo Clarke.

"Sí. Deberías haberlo hecho," declaró la mujer.

Clarke arrugó las cejas. Había esperado un tono algo enfadado considerando que acababa de tirar a la castaña al suelo, pero también algo de comprensión. Clarke se había equivocado.


"Ya puedes dejar de mirarme. No soy una obra de caridad que necesite tu ayuda." La mujer se puso de pie y colocó la camiseta en su sitio. Era algo más alta que Clarke, incluso encorvada, pero mostraba aires de superioridad. La mujer era preciosa.

Clarke se mantuvo enfrente de ella, queriendo compensar haberla empujado. "¿Podría a lo mejor invitarte a un café?" preguntó.

La mujer respondió a Clarke con sarcasmo, "¿No has oído lo que acabo de decir? No soy una obra de caridad. Y definitivamente no necesito un café de compasión."

"Bueno, no era un café de compasión. Es un café de 'eres mona y cabezota y eso me gusta'," ofreció Clarke con una pequeña sonrisa.

La mujer se ablandó un poco, pero mantuvo su rostro firme. Alguien detrás de Clarke dijo un nombre y la mujer se giró hacia allí. "A lo mejor en otro momento, ahora si me permites."

Una luz que brilla en la oscuridad (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora