Capítulo 3: Mensajes y vueltas

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"¿Podrías tranquilizarte y dejar de dar vueltas?" dijo molesta, pasando una página del libro. "Vas a hacer un agujero en el suelo. Simplemente mándale un mensaje y queda con ella. Según lo que has dicho parece amable. Según sus fotos de redes sociales que me has hecho mirar, parece guapa." Lexa paró de andar y se giró hacia Anya. "Solo quería saber cómo es y todo lo que has dicho es que es guapa y rubia. No ayudas."


o también;


Lexa no para de dar vueltas, Clarke usa emoticonos y Anya sigue siendo una idiota.


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Al día siguiente, Lexa estaba teniendo una crisis. ¿A qué se refería Clarke con que le mandase algún mensaje? ¿Tenían que pasar dos horas? ¿Dos días? ¿Dos semanas? ¿Había tardado demasiado? ¿Parecería desesperada si le escribía ahora, incluso sabiendo que en un principio no había querido salir con ella?

Anya resopló desde el sofá. Lexa le había contado como había ido la cita cuando llegó a casa, y mientras que Anya estaba contenta de que Lexa se interesara en la mujer, el nerviosismo tenía que parar en ese momento.

"¿Podrías tranquilizarte y dejar de dar vueltas?" dijo molesta, pasando una página del libro. "Vas a hacer un agujero en el suelo. Simplemente mándale un mensaje y queda con ella. Según lo que has dicho parece amable. Según sus fotos de redes sociales que me has hecho mirar, parece guapa." Lexa paró de andar y se giró hacia Anya. "Solo quería saber cómo es y todo lo que has dicho es que es guapa y rubia. No ayudas."

"¿Ayer ni siquiera querías quedar con ella y ahora te pone nerviosa mandar un mensaje? Prácticamente tuve que meterte a rastras en la cafetería."

Lexa respondió con timidez, "Vale, a lo mejor tenías razón y necesitaba un poco de contacto humano."

"Lo que quieres es sexo."

Lexa gruñó y decidió ignorar el comentario. También ignoró el recuerdo del calor que había sentido cuando Clarke había besado su mejilla. "Han pasado tres años, Anya. No he estado practicando mis habilidades sociales. O mis habilidades amorosas. Me ha dado un beso en la mejilla y casi estallo en llamas. Ni siquiera sé si está interesada en mí."

"Sí, estás un poco oxidada."

Este comentario solo hizo que Lexa volviera a dar vueltas. Anya suspiró. "En su Facebook pone que es bisexual. Podemos pensar que está interesada."

Lexa continuó andando alrededor de la mesa del salón. Anya dejó caer su cabeza sobre el sofá. "¡Lexa! Deja de ser una cobarde y háblale antes de que coja yo tu móvil y lo haga por ti. Otra vez."

Eso hizo que Lexa se detuviera. Giró sobre sus talones y salió corriendo hacia su habitación. Se sentó en el borde de su cama. ¿Podía hacerlo, verdad? Solo hay que empezar una conversación. Gustus saltó a su lado en la cama y Lexa le rascó entre las orejas.

"¿Puedo hacerlo, verdad Gus?"

Gustus levantó la cabeza al escuchar su nombre. Lexa notaba su respiración en el hombro. Decidió pensar que la apoyaba.


Lexa Woods

Podíamos quedar esta semana.


Lexa gimió antes sus propias palabras después de enviarlas. Anya tenía razón, era demasiado formal. No estaba mensajeando a su jefe. A pesar de enfadarse consigo misma, su móvil sonó poco después. No una vez, sino cuatro seguidas. Lexa deslizó el dedo por la pantalla para abrir los mensajes. VoiceOver leyó en alto los mensajes de Clarke.


Clarke Griffin

¿Comida para llevar y una película?

Podemos quedar en cualquier sitio.

Aunque yo tengo compañeras de piso.

Que son unas pesadas cuando traigo a alguien a casa.


Lexa sonrió para sí misma y escribió una respuesta.


Lexa Woods

Suena bien. Mi compañera de piso no va a estar en casa mañana por la noche, si quieres evitar a pesadas.


Clarke Griffin

Salgo de trabajar a las 8 de la tarde, ¿quedamos a las 9? ¿Y alguna comida para llevar favorita?


Lexa Woods

A las 9 está bien. No necesitas traer la comida. Ayer pagaste el café, mañana pido yo pizza si te parece bien.


Clarke Griffin

Me parece bien cara sonriente con ojos normales pide lo que quieras, no me importa.


Las cejas de Lexa se elevaron con confusión, "¿cara sonriente con ojos normales? ¿Qué se supone que es eso?" preguntó en voz alta.

"Es un emoticono, idiota. Nunca te envían ninguno porque no socializas."

Lexa dio un salto. "¡Anya! ¿Cuánto tiempo llevas ahí?"

"Desde que has empezado a sonreír a tu móvil. Tenía que asegurarme de que no la cagas, para eso están las mejores amigas," respondió cruzándose de brazos. "Además, ¿desde cuando mañana por la noche no estoy en casa?"

Lexa respondió a Clarke.


Lexa Woods

Hasta entonces.


"Desde que no vas a interrumpir mi cita," respondió Lexa cortante.

Anya se rio, "no te preocupes, no soy de sofá y peli."

Lexa puso los ojos en blanco, "no es eso. Solo es cenar y ver algo."

"Lexa, esa es la definición de sofá y peli."

"¡No vamos a tener sexo!"

"Pues claro que no, niña. Me iré para no arruinar la noche." Lexa tiró un cojín hacia la puerta, haciendo que Anya se burlara. "Buen intento." Anya se marchó tan silenciosamente como había llegado. Solo que esta vez Lexa se dio cuenta del crujido del suelo mientras andaba.

Lexa sacudió la cabeza y gritó, "¡Deja de llamarme niña!"

"¡Ni de coña!"

Lexa suspiró y se dejó caer en la cama, al lado de Gustus. Este le lamió la mejilla y Lexa acarició su hocico. Tenía una cita la noche siguiente. Una en la que Clarke estaría en su espacio personal. Y solas.

Se sentó rápidamente al darse cuenta de esto. Lexa no había estado sola con alguien que no fuera Anya durante mucho tiempo. ¿Qué pasaba si la cagaba y asustaba a Clarke comportándose de una forma extraña incluso antes de que pudiera tener una oportunidad de verdad con ella?

Lexa volvió al salón y se puso de nuevo a dar vueltas.


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"Pon algo que de verdad te guste."

"Me gustan cosas aburridas," murmuró Lexa.

"No creo que seas aburrida."

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Lexa. "Bueno, vale. Pero no te quejes cuando haya pasado media hora y estés quedándote dormida."


o también;


Es una noche de sofá y peli para Clarke y Lexa, a Anya le interesa la parte del sofá y Octavia es una cabrona pero al menos una cabrona que ayuda.

Una luz que brilla en la oscuridad (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora