Capítulo 9: Déjà vu y charlas nocturnas

96 4 0
                                    

"¿Cómo te parece algo de esto gracioso, Anya?"

"Lexa."

"No. No quiero oír nada de lo que estás pensando."

"Lexa," Anya secó las lágrimas del sonrojado rostro de Lexa. "Levántate."

"¿Para qué?" preguntó abatida.

o también;

Lexa está aterrorizada, Anya and Octavia son ellas mismas pero más atrevidas y Clarke va sobre ruedas.

//  //  //  //  //

"¿Lexa? Lexa, ¿sigues ahí? ¿Me estás oyendo? ¿Lexa?"

El móvil había caído con la pantalla hacia el suelo. La voz de Anya seguía saliendo del aparato pero Lexa no podía responder. No podía respirar. Notaba una inmensa presión en el pecho. No se podía mover. El arnés, que seguía enredado, colgaba de su mano. Gustus gimió a su lado y empujó su cabeza contra la parte posterior de sus piernas, empujándola lo suficiente para que Lexa cayera de rodillas.

"Lexa, respóndeme, ¡demonios!" Anya gritó al teléfono.

A Lexa se le escapó un sollozo. "Estoy aquí," no creía que Anya hubiera oído el susurro ahogado, pero lo hizo.

"Octavia ha ido a buscar información sobre Clarke." Lexa respiró entrecortadamente. Las lágrimas caían de sus ojos y se deslizaban por sus sonrojadas mejillas. Gustus volvió a gemir y tiró del arnés. "Solo tienes que venir, ¿vale?"

"Llego en nada," Lexa colgó la llamada antes de que Anya pudiera decir nada más. Gustus tiraba del arnés y Lexa lo soltó. Presionó las palmas de las manos contra su cara y se puso a sollozar.

Otra vez. Esto había pasado antes. Sentía el enfermizo déjà vu como cuchillos en el corazón. Miles de puñaladas se clavaban en su piel, los cortes creaban un flujo de sangre que no se podía detener. De dolor. El recuerdo de los gritos de Costia se deslizó en su mente y Lexa empezó a temblar.

No estaría pasándole esto si no se hubiera enamorado tanto, gritaba su mente mientras recordaba a Costia. Si no fueras tan débil, no te importaría tanto.

Pero Clarke era importante. Clarke era muy importante para Lexa. Ya estaba demasiado involucrada y no podía salir del agujero que ella misma había cavado. Tendría que ir hacia abajo. Encarar el dolor. Enfrentarse a lo que pudiera encontrarse en el hospital, sin importar si era vida o muerte

Lexa comenzó a respirar profundamente, aguantando el aire dentro de sus pulmones y dejándolo escapar después por la boca. Estabilizó su respiración y se limpió las lágrimas de las mejillas. "Sé fuerte, Lexa," dijo en voz alta, aunque se encontraba sola. "Sé fuerte por Clarke."

Gustus empujó a Lexa una vez más y ella cogió el arnés. Tras un momento de dificultad, desenredó el arnés y lo colocó en el cuerpo del perro. Sin otro pensamiento, salió del apartamento con el móvil en la mano izquierda y el arnés en la derecha. La puerta se cerró tras ella y Gustus empezó a guiarla por las calles de la ciudad.

-- -- -- -- --

"¿Cómo estás emparentada con Clarke Griffin?"

"Yo- bueno, no lo estoy, pero soy su primer contacto de emergencia en el trabajo y técnicamente ahora mismo estamos trabajando, así que', por favor, dime dónde está."

-- -- -- -- --

Lexa andaba lo más rápido que podía por las calles, tenía el camino hasta el hospital memorizado por haber ido a innumerables citas. Hubiera llegado sin problema sin Gustus, pero el perro hacía que fuera más rápido. Esquivaba los obstáculos y la gente se apartaba de su camino más rápidamente al ver al pastor alemán que al verla solo con su bastón blanco.

Una luz que brilla en la oscuridad (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora