Hogar

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Después de estar dos meses en el hospital, por fin me dieron de alta. Ya no tenía dolores ni moretones en el cuerpo. Aún traía el yeso en la mano y en el pie, pero puedo moverme con muletas o en silla de ruedas.

Estábamos en el auto de Bible, parecía nervioso, pero no quiso decirme la razón. Empezaba a molestarme, no me gusta que me oculten nada.

- Amor, ¿te parece si comemos algo antes de ir a casa?- Bible por fin decidió hablar conmigo.

- No, no tengo hambre.- pues ahora yo no tenía ganas de hablar con él.

- ¡Hey! ¿Qué pasó, amor?

-Nada

- No digas que nada, porque tú siempre tienes hambre y es algo raro que no la tengas. Amor, ¿Puedes decirme qué tienes?

- ¿Puedes decirme tú lo que te pasa?, ¿Crees que no me di cuenta que actúas raro? Desearía que me tengas más confianza y me cuentes lo que está pasando.

Me crucé de brazos mientras él paraba el coche.

- Claro que te das cuenta de mis emociones, estoy al tanto.- me dice mientras sostiene mi mano.- Y creeme que mi nerviosismo no es por nada malo, te lo diré en su momento, no creas que pienso ocultarte algo.

Empezó a besarme toda la cara y no pude contener la risa, no podía pasar mucho tiempo molesto con él, es que era la luz en un túnel oscuro, lo que hacía que me levantara cada mañana.

- ¿Vamos?- bajó de inmediato del auto y corrió a mi puerta, fue cuando me di cuenta que estábamos al frente de un restaurante coreano, él sabe que me gusta mucho esa comida. Bajó rápido la silla de ruedas y me cargo para ponerme en ella.- Hice la reservación ayer, así que quiero que comas todo lo que se te antoje.- me dijo mientras empujaba la silla, pero se detuvo y empezó a llenarme de besos otra vez.

- Para ser alguien que nunca tuvo una relación seria, eres muy meloso.- le dije tratando de alejarlo y algo avergonzado, porque la gente de detenía a vernos.

- Es porque nunca tuve a alguien que ponga mi mundo de cabeza, alguien que me haga querer ser un loco, alguien que me haya enamorado como tú.

- Si iban a estar de cursis, no venía.

Tong estaba detrás de nosotros con una expresión de asco, yo no pude hacer más que reír. Tenía a mis dos personas favoritas conmigo y eso me llenaba de alegría.

Entramos a un privado, nos llevaron mucha comida y yo solo quería devorarme todo de una vez. Estábamos hablando de los cambios que habían en la oficina, los nuevos clientes, las colecciones que tendríamos que preparar y que yo tendría que trabajar desde casa. Esto último me molestaba, tengo entendido que me quedaré a vivir en el cuarto de Bible. No tengo ningún inconveniente, pero el lugar es muy pequeño y no me permite moverme a mi gusto, claro que esto no se lo dije a Bible, no quiero herir sus sentimientos.

- ¿Ya se lo dijiste?- preguntó Tong mirando a Bible. Este le respondió con una mueca de desaprobación.

- ¿Decirme qué?- miré a ambos.

- Si Bib no te dijo, a mi no me corresponde hacerlo.

- ¿Bible?- lo miré con enojo.

- Amor te lo diré, pero no ahora. Y tú, bocón, mejor llenate la boca con comida a ver si así no sueltas más la lengua.

Continuamos comiendo, Tong quedó fascinado con la comida y pidió ver al encargado para felicitarle, minutos después apareció un joven moreno y guapo. Bible casi se atora al verlo, parece que se conocían. Eso me hizo sentir algo incómodo y... celoso.

Las puertas del infierno que conectan al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora