Sexto |Fire|

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Seguramente ni siquiera dios iba a poder salvarnos de lo que se avecinaba. O al menos era lo que la hermana Kya decía.

Todo el mundo estaba alborotado, rezábamos más de tres días seguidos por las personas de los lugares afectados y porque dios nos otorgara el perdón por nuestros pecados ya que los pecadores no entrarían al reino.

Aunque se suponía que debíamos tener esperanza creo que estábamos más resignados al final que cualquier otro pues nuestras almas tenían un pase seguro al paraíso.

Hoy recibiríamos a las personas desplazadas por el derrumbe de tierra en el monte Inwangsan pues muchas personas habían quedado afectadas y sus hogares se vieron destrozados así que como personas que servían a la comunidad debíamos aceptarlos con los brazos abiertos.

-Te asignaran un visitante hoy Nara -Dijo Yiun apareciendo a mi lado en la mesa del comedor- Trata de arreglar tu error de ayer -Asentí con la cabeza después de todo no creía que fuera prudente responder algo-

Mi error de ayer... de hecho mi consciencia había hecho un gran trabajo ignorándolo hasta que Yiun apareció, podía echarle la culpa de mis desgracias pero guardar rencor no era algo que fuera bien visto.

Había pecado y peor que eso todos se habían enterado de ello.

A veces puedo llegar a ser un poco hipócrita debo aceptarlo y lo seguiría siendo si ello me permitiera volver el tiempo atrás y que nadie se hubiera enterado de lo que pasó ayer y aún así voy a contarlo.

La lujuria no está permitida aquí ni en ningún otro internado religioso por ello lo que habían encontrado en mi cuarto era una falta terrible aunque si me lo preguntaban no era la gran cosa... Podrían haber encontrado algo más grave como vídeos pornográficos, accesorios sexuales o a alguien teniendo relaciones intimas conmigo pero no, lo que habían encontrado era el maldito poster que compre cuando tenía 18 de Channing Tatum en magic mike... y si, me declaro totalmente culpable y para nada arrepentida.

¡Es Channing Tatum! Ahora quiero saber que hubieran hecho en mi lugar.

De cualquier forma Yiun tenía razón, el evento de hoy era mi oportunidad para redimirme así que iba a hacer que el invitado del que estaría encargada se sintiera como en casa.

-¿Sabes la hora de llegada de los invitados? -Le pregunte a Yiun mientras se metía una cucharada de sopa en la boca-

-En realidad -Dijo después de tragar- No hay una hora exacta, tenemos que dejar que se tomen su tiempo para venir, así que incluso si tu invitado llega muy tarde asegúrate de recibirlo bien -Dijo entrecerrando sus ojos en mi dirección- Sabes que si Sor Kya se entera te va a castigar-

Puede que pareciera preocupada por mi pero creo que en realidad estaba preocupada por ella, es decir, estaba segura que estaba preocupada por si misma, después de todo era la encargada de supervisar los castigos que frecuentemente iban dirigidos hacia mi, entendía medianamente porque estaba harta de mi.

Las habitaciones que eran para los invitados estaban limpias pero fiarme de eso no me valía así que luego del almuerzo limpie la habitación hasta que no quedo ni un espacio con polvo, en el momento que termine las personas empezaron a llegar así que me acerque a la puerta principal, el sol apenas se estaba escondiendo así que era una buena hora para que se pusiera cómodos.

-Así que la persona de la cual estarás encargada no ha llegado -Dijo Yiun a mi lado, suspiré-

-Al parecer -Y como es obvio- No lo ha hecho -Dije con mi vista en el bosque esperando que del ocaso apareciera la figura del hombre y pudiera entrar de una vez por todas-

-Bueno pues aunque ya haya anochecido no puedes retirarte, si no llega después de las doce... -La mire con el ceño fruncido, un poco molesta pero aún así no estaba dispuesta a decir nada, me sonrió- Cuídate del frío -Dijo antes de darse la vuelta y caminar dentro del internado, suspire-

Podría decir que era malvada y renegar a sus espaldas pero trataba de no hacerlo la mayoría del tiempo, después de todo era un ejemplo a seguir aquí y no sería para nada bien visto que me quejara de alguien como ella.

Puede que de verdad me hubiera quedado hasta las doce ahí e incluso me hubiera quedado dormida en las escaleras de la entrada ¡Pero no podían culparme! Solíamos levantarnos con el sol y acostarnos poco después del anochecer así que si, yo no era la persona más adecuada para permanecer despierta pero por supuesto hay ciertas cosas que despertarían a quien fuera.

Cuando el olor a chamuscado llegó a  mi nariz quise gritar, mis ojos se abrieron con urgencia y la escena frente a mi me causó tanto pánico que no pude moverme.

El bosque al rededor estaba enteramente en llamas, los arboles ardían y se escuchaba como las ramas crujían ante el calor. Pensé que estaba alucinando ¿Cómo podía estarse incendiando el bosque? No tenía sentido alguno, pero entonces la gente empezó a salir, alterados algunos y otros con baldes de agua intentando apagar lo que parecía no poder extinguirse y yo solo intentaba tomar todo el aire que me fuera posible porque me estaba faltando.

Escuche mi nombre repetidas veces pero no podía moverme, solo podía ver lo que se me permitía desde mi lugar así que no supe quien era hasta que estuvo frente a mi, la hermana Kya me miraba con preocupación mientras hablaba pero yo no podía oírla.

Sabía lo que estaba pasando, estaba teniendo un ataque de pánico y no podía evitarlo, era como si tratar de respirar y calmarme fuera lo más difícil del mundo.

Mis ojos se cerraban poco a poco y entre toda la gente lo vi, debía tratarse de un ángel pues era justo como las descripciones de los sagrados libros. Sus cabellos dorados relucientes a la luz de las llamas, sus ojos puros observando todo el caos y la luz que irradiaba entre toda la gente... si era una señal de mi muerte solo podía aceptarla así que cuando aquel misterioso ser se acercó a mi y la hermana Kya no lo notó me deje embelesar por su toque en mi cabeza.

-Solo cierra los ojos -Dijo el hombre con su voz suave- Vas a estar bien, solo cierra los ojos

La leyenda del sol |Maknae line|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora