Extra 2: ¿Cómo jugar con Laito?

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2. Tú no juegas con él...Él siempre te sorprende, y juega contigo.

POV (Tn)

Estaba apenas abriendo mis ojos, espabilándome de unas 9 exquisitas horas de sueño, pero aguanta...¿por qué me siento rara?
Estoy algo cansada, e incómoda, y cuando examino un poco más abajo veo la razón del por qué me siento así, y no pude evitar jadear.

-Aah~...

La melena medio-pelirroja que yacía entre mis piernas, casi hundida en mis labios, se alzó, dejando ver unos ojos verde esmeralda bien rasgados, mirándome como si fuese su presa. Apartó su rostro al completo, dejando ver un poco de humedad entre sus labios.

-Buenos días, amor de mi vida~.

-Laito...¿qué...?

-Shhhh...no digas nada. Sólo disfruta.

Volvió a mi intimidad, lamiendo con una lentitud tortuosa mis labios menores, provocándome una sensación tan única que simplemente pude recostarme de vuelta a la cama y disfrutar de lo que mi marido me estaba ofreciendo. Acostumbraba a recibir algunas sorpresas como esta muy de vez en cuando, ya sea un juguete en mi gaveta de ropa interior o un nuevo par de tacones, que las más experimentadas sabrán que es un juguete usado indirectamente en los roles sexuales muy excitante.

Volviendo al tema, introdujo un primer dedo junto con su lengua en mi vagina, estimulando con cuidado para que ningún pedacito de mi interior quedara seco, y sujetaba uno de mis muslos con fiereza; incluso lo arañaba y nalgueaba cuando gemía más bajo.

_Cariño...más lento...

-¿Mhh~? ¿Me pides que vaya más lento? Esto se pone interesante, querida.

-No te atre-¡Aagh!

A partir de ahí comenzó a follarme con tres dedos, moviéndolos frenéticamente mientras lamía y pellizcaba con sus labios a mi clítoris, contorsionándome por las enormes cantidades de placer que llegaban a mi cuerpo.
No podía más, no quería que me hiciera llegar porque se sentía muy efímero, muy veloz, pero era inevitable. Estaba hecha un mar de jadeos, sudor y temblores.

Hasta que lo hice. Exploté, arqueando levemente mi espalda mientras mis piernas -sobre los hombros de Laito- temblaban.

Pasados un par de minutos mientras intentaba recuperar mi respiración, Laito salió de mis piernas relamiéndose los labios, con un pequeño toque de humedad en su nariz.

-Como siempre, es todo un honor poder desayunar de la fuente de mi diosa preferida.

Sonreí ante su comentario, halándolo a mí para darle un besito de buenos días, a pesar de que esa mañana haya despertado al revés y besara los labios que no tienen boca.

   Oneѕнoтѕ Dιaвolιĸ Loverѕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora