Cuando inicié una relación estable con el famoso idol japonés Mukami Kou eligiéndolo como mi Adán supe desde el inicio que seríamos 100% compatibles. Ambos somos extrovertidos y muy cariñosos con el otro, incluso Yuma a veces nos molesta diciendo que parecemos unos koalas aunque no nos moleste en absoluto. También dormimos juntos a pesar de hacerlo desde que éramos amigos debido a sus constantes pesadillas y terrores nocturnos. En resumen, no creo que haya una manera posible de separarnos.
Me encontraba en esa noche en el camerino de mi novio, viendo cómo cinco estilistas a la vez lo peinaban, maquillaban y arreglaban para el concierto que daría inicio pronto. Yo estaba sentada aparte para no irrumpir ni estorbar, pero disfrutaba la vista de su idol favorito.
Cuando terminaron, le avisaron que dentro de 15 minutos saldría al escenario, por lo que aprovechó esos minutos para mimar a su novia.-Te arreglan más que a una muñeca, mi amor.
-Créeme que a veces me harto de todo. El único consuelo que tengo es que me gusta lo que hago.
-Aparte de ser muy muy bueno en ello. -Me levanté de mi asiento y me posicioné detrás suyo viéndonos a ambos en el enorme espejo que tenía delante.- Te ves muy bien.
-¿Ah, si~? -giró la silla para quedar frente a mí.- ¿Me veo apuesto en tus ojos, MNeko-chan?
La forma en la que lo decía me arrancó la palidez de las mejillas, sonrojándome mientras trataba de evitar sus ojos.
-Tomaré eso como un sí. -Se levantó del asiento y caminó hacia mí. Retrocedía con cada paso, hasta que mi espalda chocó con la puerta y Kou se acercó hasta que nuestras respiraciones chocaban.- Moo~ eres tan hermosa....podría comerte....
-Si tanto lo deseas, cómeme, pero no creo que tengas tiempo. -desafió con ojos rasgados al rubio, provocando que le robase un beso y sintiese su rodilla pasar por entre mis piernas.
Correspondí casi al segundo, rodeando su nuca con mis manos y apegándome todo lo que podía a su pecho. La atmósfera se había calentado rápidamente, al punto que mis piernas temblaban y ya me estaba comenzando a excitar. Pasados cinco minutos sentí que un bulto chocaba con mi abdomen y ambos nos alarmamos.
-Kou, no me digas que...
-Es tú culpa. Me provocaste.
-¿Cómo piensas salir al escenario con una erección?
-No lo haré porque tú no lo vas a permitir. -tomó mi mano izquierda y la posó sobre el trozo de tela que no podía disimular tal butlo.- Ayúdame, gatita, por favor.
-¿Me estás pidiendo que te haga una ma-?
-¿Ves otra solución?
Fruncí mis labios con culpabilidad. Ciertamente lo reté un poco y soy la única que podía "bajar" el grado de ese problema. Lo empujé hacia la puerta y me arrodillé delante de él, comenzando desabrochar sus pantalones.
-¿Cuánto tiempo, tenemos, Kou-kun?
-Diez minutos.
-Creo que me tomaré las cosas con calma por aquí... -de un tirón le quité el pantalón y los bóxers, haciendo que se mostrase el pene de Kou totalmente erecto y con gotas de presemen saliendo de la punta.
-R-Rápido...
Lamí primeramente para que me fuera más fácil a la hora de chupar. Podía oír la respiración grave de Kou y no tardé en sentir sus manos en mi nuca. Ciertamente me excitaba saber que estaría gimiendo bajo mi nombre. Besé la punta con fuerza y sentí un golpe en la puerta; posiblemente había sido la cabeza de Kou. No esperé más pues estábamos en una carrera con el tiempo y si la perdíamos íbamos a tener muchos problemas: metí su miembro en mi boca, casi llegando a mi garganta y moví mi cabeza con lentitud para acostumbrarme un poco, pues no le hacía esto hace un tiempo ya. Cuando me terminé de estabilizar, Kou empujó despiadadamente mi cabeza para que entrase y no saliese tanto. Podía asegurar que desde afuera nos debían escuchar aunque sea un poco. A Kou, aunque no se note, le gusta hacer mucho ruido y más si estaba siendo brusca.
Tres minutos antes de que saliese soltó un gemido ronco, liberando toda su esperma en mi garganta y un poco en mi boca. Tragué todo y limpié las comisuras de mis labios. Le ayudé a componerse nuevamente y con un pequeño pico lo despedí, deseándole suerte. A través de la pantalla que estaba en la habitación vi su actuación, y tal como la primera vez me quedo boquiabierta con su voz y talento. Duró más o menos una hora y media. Wow, en serio tenía resistencia. Estar ese tiempo cantando y moviéndose constantemente y aún más de haberse corrido...¿Cuál era su maldito límite?
Cuando terminó todo, volvió con las mismas mujeres que lo desmaquillaron y le trajeron la ropa nueva para que se cambiase. Nos dejaron a solas luego de dejarlo en bata.
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Oneѕнoтѕ Dιaвolιĸ Loverѕ
FanficEn este libro podrás leer diversos one-shots relacionados con los Diaboys con situaciones distintas. ⚠🔞Advertencia🔞⚠ Este libro guarda contenido y lenguaje de carácter sexual no apto para la mayoría de edades. Se recomienda disc...