Sesión de fotos

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POV (Tn)

Escuché en mi grupo de amigos que el Club de Fotografía de la preparatoria de al lado iba a abrir sus puertas para fotografiar a otros estudiantes de otras escuelas como incentivo para optar por esta carrera, además de obviamente aumentar el prestigio de la misma institución en el Festival Cultural Anual que se celebraría en este fin de semana.

-¿Vas a ir, (Tn)? -me preguntó Nina, mi mejor amiga.

-Sí, una miradita no está de más. Me da curiosidad.

-¿Curiosidad solamente? -le muestra el mismo periódico de esa preparatoria.- ¡Mira la calidad de esas fotos! ¡Y lo bien que refleja la luz! Debe ser de un profesional de mucho cuidado.

-Si consideramos el hecho de que yo no voy ni a rozar esa elección de carrera, pues sí, sólo curiosidad.

-Tus elecciones pueden cambiar. No tienen que ser fijas.

-Igual no me veo tirándoles fotos a nadie. -dije recogiendo mis cosas por el ruido del timbre.- Sólo iré para entretenerme, nada más.

-Vaaaale como digas.

Nos dirigimos a nuestras casas juntas como siempre - vivíamos en la misma acera-, despidiéndonos para mañana temprano irnos a la apertura de la demostración del Club de Fotografía.

(...)

Ni en el supermercado había tanta gente como en frente del Club de Fotografía de de esa preparatoria, pero al parecer muy pocas lograban retratarse debido al exigente y guapo jefe que tenía el Club. Habían muchos rumores de que era un casanova y un mujeriego con sus musas, pero los rumores crecen con la fama así que no le di importancia.

-Ay, amiga, estoy loca por entrar.

-Cálmate, Nina. Parece que vas a salir volando.

-Pero es que-

-Shh, calmese que le va a dar algo. Además me dijeron que no todas las que hacen fila son aceptadas para las sesiones de fotos, sólo un grupo pequeño.

-Ayyy, no me quites las esperanzas.

-No te las quito, simplemente te traigo a la tienda, además de que no te vas a ligar al fotógrafo.

-Pero si no-

-Las siguientes, por favor.

La voz del auxiliar nos espabiló, caminándole a la fila para entrar al Club de Fotografía, a la par que salían dos candidatas evidentemente molestas por el rechazo.

-¿Sólo han pasado siete, en serio?

-Ese rubio es bien exigente.

Mi amiga y yo escuchamos su plática y, la verdad, eso nos quitó muchísimas esperanzas de tener chance, pero seguimos positivas.
Cuando entramos, era más espacioso de lo que creíamos. Habían dos habitaciones: una al fondo, que me imagino es para las sesiones de fotografía y, en la que nos encontrábamos, una especie de camerino, donde estaban arreglando, maquillando y peinando a dos muchachas que fueron seleccionadas con anterioridad.

-Esto es mejor de lo que creí.

-Y que lo digas, Nina.

Entonces se nos acercó una muchacha alta de cabello negro con degradado azul, quien nos miró de pies a cabeza: nos sacó nuestras medidas de busto, altura y peso, y por la cara que hizo no parece que estuviese contenta. Antes de que hablase, fue llamada a una esquina y, en ese preciso momento, pude verlo.

Era Kou, el exnovio de secundaria de Nina. Se conocieron en una cafetería ,según lo que me había contado mi amiga, y tomaron caminos separados en la preparatoria.
Nunca me metí en su relación, pero para ser sincera, Kou siempre me gustó y lo acabé deseando como una mujer desea a un hombre. Terminaba mirándolo de más y sentía que de vez en cuando sus ojos se posaban en mí de igual forma.

   Oneѕнoтѕ Dιaвolιĸ Loverѕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora