11 AÑOS ATRÁS
Carla comía los asquerosos macarrones de Samuel que tanto le gustaban junto a él en su apartamento.
-¿Macarrones otra vez?-dijo en broma-puaj.
Él le sonrió sabiendo que era una broma de ella.
-No importa que tan fría quieras parecer-dijo él con petulancia-debajo de esa marquesa de hielo se esconde una chica dulce que se derrite con mi sonrisa.
Carla levantó una ceja impresionada por el tamaño de su ego, pero rápidamente le sonrió de la forma más dulce. Después de todo, tenía razón.
EN LA ACTUALIDAD
Tratando de tranquilizar su respiración Cayetana miraba el techo de habitación. Estaba sudada y exhausta y deseaba darse una ducha pero su agotado cuerpo se negaba a salirse de entre las sabanas de seda.
A su lado Polo no parecía tener más energía que ella. Su ritmo cardiaco como el de Cayetana estaba acelerado y en su rostro estaba dibujada una graciosa sonrisa de satisfacción.
Hacía 3 semanas que se habían acostado por primera vez en las oficinas de la revista y desde entonces el juntarse a tener sexo había sido el nuevo pasatiempo de los dos.
-¿Lista para hacerlo otra vez?-dijo Polo emocionado. Ella lo miró como si estuviera loco.
-Ya lo hicimos dos veces Polo-dijo ella riendo-dame un descanso.
-Otras veces que nos hemos juntado lo hemos hecho más veces-dijo Polo petulante.
-Voy a darme una ducha-dijo Cayetana.
-Eres débil-se burló el joven. Pero no perdió el tiempo y fue a acompañarla en la ducha. Supuso que para eso no tendría objeciones.
Una vez en bajo el agua la aprisionó contra los azulejos y le dio un largo beso.
Cayetana solo se dejó llevar pero una pizca de temor ardía en su interior. Le gustaba el sexo con Polo y también, sorprendentemente, su compañía. Había algo en Polo que la hacía identificarse con él. Quizás sea su timidez o su nerviosismo. Pero juntos consiguieron dejar de lado esas cosas y divertirse. Hasta que la diversión le dio paso a otras cosas como conversaciones profundas y una particular manera de entenderse mutuamente.
Pero Cayetana tenía las cosas claras (eso esperaba ella) y sabía que jamás tenía que ver las cosas con Polo de un modo serio. Es decir, hablamos de Polo, el chico que desde la adolescencia estaba obsesionado con Carla Rosón. Y Cayetana no planeaba ser la tonta que le entregara su corazón a un chico que sigue enamorado de otra y que en cualquier momento regresa con ella o que solo la busca para olvidarse de la otra. No, Cayetana era inteligente y sabía que con Polo solo debía tener una relación puramente sexual. Rebe le advirtió que nunca esperara nada más que sexo de Polo y Cayetana estaba más que dispuesta a hacerle caso.
El problema es que a veces no podía evitar sentirse feliz cuando él le sonreía y ella quedaba atenta a esos ojos azules. Últimamente se lo veía más feliz, menos melancólico y bastante menos amargado y era capaz de hablar de cosas que fueran más allá de Carla.
Por su lado Polo experimentaba una felicidad atípica en su vida. Ya no sentía una pesada carga sobre su vida sino que pensaba que las cosas de a poco se acomodaban. La relación con sus madres de a poco se estaba restituyendo, con su hijo cada vez lograba llevarse mejor y como hombre se sentía cada vez mejor cada vez que disfrutaba con esa sensual rubia que desde hace 3 semanas le alborotaba las hormonas. No es que su fallida vida con Carla había desaparecido del todo de su mente pero al menos comenzaba a abrir su mente a otras posibilidades. Además que disfrutaba pasar el tiempo con Cayetana. Él no lo entendía pero se sentía feliz de una manera que hace mucho no sucedía. De a poco olvidaba lo que era sentirse poca cosa para Carla o una decepción para su hijo. De a poco veía emoción en su hijo cuando lo iba a buscar y esa sensación era algo que para él no tenía precio.
ESTÁS LEYENDO
Reunión, 10 años después
FanfictionDiez años después de la graduación Las Encinas les da la oportunidad de volver a juntarse. Pero entre ellos están Carla y Samuel quienes se separaron con dolor y enojo. Volver a encontrarse podría significar que reaparezca todo el dolor, la rabia y...