Reunión, 10 años después

13_Epílogo

10 AÑOS DESPUÉS

Carla despertó ese día y vio que Samuel no estaba a su lado. No le gustaba pero sabía que la esperaba un gran desayuno hecho por su futuro esposo. "Marido y mujer". La idea la hacía sonrojarse como una quinceañera aun cuando llevaba junto a Samuel 10 años ininterrumpidos.

En 10 años aún no se habían casado. Demasiado ocupados criando a Ignacio y Martín, trabajando, viajando y teniendo a Natalia y Augusto. Fue una década agitada para ellos pero mañana por la noche sería su boda, finalmente. A excepción de Lu y Diego eran la única pareja que aún no había pasado por el altar.

Esta noche Carla y Samuel tendrían cada uno su despedida de soltero por separado. La verdad es que Carla no esperaba una noche tranquila. Su dama de honor era Lu y ella estaba decidida a darle a su mejor amiga una despedida de soltera "vulgar y memorable" según sus propias palabras. Además, estaba siendo asesorada por Rebeka, lo que garantizaba el descontrol.

Sin embargo, eso no preocupaba a Carla dado que Guzmán, como el padrino de Samuel, seguramente le haría una fiesta bastante alocada con alcohol y bailarinas ligeras de ropa dado que estaba siendo asesorado por Valerio y Cristian lo que garantizaba como mínimo que Samuel amaneciera en un barco pirata somalí sin recordar cómo llegó allí. Aunque ahora casi todos eran padres así que quizás eso los calmara un poco.

Se levantó de la cama y fue a la cocina donde su futuro esposo terminaba de preparar el desayuno. Natalia de 7 años y Augusto de 5 ya estaban sentados a la mesa. Samuel los llevaría a todos a la escuela dado que Carla debía ir un poco más tarde a las bodegas.

Aparecieron Martín e Ignacio ya con sus uniformes de Las Encinas. Esa imagen tuvo en Carla el mismo efecto que tiene siempre. Con 15 años eran idénticos a sus padres a su edad. Era como ver a Samuel y Polo hace tantos años.

Con los años dejaron de ser amigos para pasar a ser hermanos. Samuel decía que Ignacio había calmado bastante a Martín, pero Carla solo podía ver como Martín sacó de su caparazón a Ignacio. Eran el perfecto dúo, la mezcla perfecta entre tranquilidad y fuerza. Eran inseparables a pesar de ser tan diferentes. No había duda que Martín tenía el rol del líder, pero Ignacio era la voz de la sensatez. El equilibrio perfecto.

-El desayuno tiene muy buena pinta-dice Martín- ¿No crees Ignacio?

Martín miró a su hermanastro.

-Por supuesto-dijo Ignacio.

Carla miró a Samuel con complicidad y luego miró a sus hijos mayores.

-Pueden adular todo lo que quieran-dijo la matriarca de la casa-no les compraremos un auto.

-Entonces retiro lo que dije-dijo Martín.

Samuel reía mientras le servía café a Carla.

-Si no creen que seamos responsables aun para tener un automóvil-dijo Ignacio-nosotros lo aceptaremos.

-Ya hablamos con Polo y él tampoco les comprará un coche-dijo Samuel.

-Está bien, lo acepto-dijo Martín con petulancia.

Samuel conocía a su hijo y no caería en ese truco.

-También le prohibiré a tu abuelo Benjamín que te lo compre-dijo Samuel.

- ¡Mierda, es una conspiración! -dijo Martín malhumorado.

Natalia comenzó a reír por la palabrota que dijo su hermano mayor.

-Mierda, mierda, mierda-dijo Augusto cantando.

-No digas groserías que tu hermano luego las repite-lo regañó Carla.