¢αηтσ III

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Esta vez se levantó muy energético, con la idea de prestar atención a todas las acciones que hacia el dios, no hubo tiempo de nada mas para él, se cambio de la manera mas rápida que pudo, y salio directo al lugar donde siempre se encontraba con el dios, claro que sin antes saludar al encantador ciervo que siempre lo esperaba en la entrada del bosque.

Como ya era de esperarse el dios llego después de que el ciervo y él hicieran algunos calentamientos, el momento había llegado y de verdad se encontraba ansioso por verlo, la curiosidad se estaba apoderando de él por completo.

     — Buenos días Jacinto ¿hoy es un muy lindo día no te parece? — esbozo  una gran sonrisa en su rostro, a lo que el espartano respondió con otra gran sonrisa, cosa que exalto al dios ya que el príncipe no solía responderle de la misma manera.

    — Si, y es mejor si usted esta a mi lado para enseñarme todo lo que necesito saber, soy muy afortunado. — dijo entusiasta el príncipe, espantando mas al dios que ya creía que le habían cambiado a su príncipe Jacinto que solía ignorar todas sus maneras coquetas de ser.

    — ¿Estas bien? es decir, estas actuando raro, tu no sueles comportarte así conmigo. — dijo mientras de manera tímida se ponía detrás del ciervo que se encontraba cerca mirando la escena.

    — Si, me comporto de la misma manera que usted conmigo, quiero responder a sus constantes gestos de amabilidad, quiero corresponderle de la mejor manera ante estos, así como también quiero prometer que me esforzaré para reír mas con sus chistes incluso si son tontos. — la confesión del príncipe dejo boquiabierto al dios, que al fin entendió lo que estaba pasando.

    — No habría necesidad alguna de forzarte a reír cuando no sale de ti naturalmente, entiendo que lo haces por mi y por nuestra charla de ayer pero de verdad no tienes que hacerlo, me gusta como eres, aún si aveces me siento un poco ignorado, para mi esta bien. — ahora sabiendo lo que el príncipe tramaba se acerco de inmediato al él feliz, muy conmovido por la situación.

    — Perdón si en algún momento llegue a incomodarlo... supuse que debía ser así después de lo que mi maestro me explico acerca del significado sus constantes sonrisas hacia mi. — el dios se sorprendió por lo que el espartano frente a él dijo, se pregunto que fue lo que su maestro le dijo para que él cambiara tan radicalmente, aunque se le vino una gran idea que pondría en practica definitivamente.

    — Bueno dejemos las tontas distracciones de lado y comencemos con la practica de hoy; hoy es lanzamiento de disco y jabalina ¿no es así?. — el príncipe asintió, mientras el dios sacaba un disco y unas jabalinas de manera repentina, sorprendiendo al castaño que se preguntaba de donde las había sacado y porque paso tan de repente.

    — De donde lo saco? — atónito pregunto de la repentina procedencia de los instrumentos que ahora estaban en sus manos.

    — Magia cariño, ahora déjame hacer esto, puedes elegir cual de los dos haremos primero. — dijo mientras se ataba la rubia cabellera que en algún momento le impediría ver de manera eficiente, mientras practicaba con el príncipe necesitaba estar en todos sus sentidos.

Al final el chico decidió que lo mejor seria practicar con la jabalina, ya que anteriormente le habían hecho aprender a lanzarla, viendo que el dios termino de atar su cabello procedió a tomar una jabalina y buscar un buen punto para lanzarla.

Justo cuando el príncipe decidió donde lanzarla, el dios decidió por su parte inspeccionar ese lado para ver si sería bueno apuntar allí todas, entonces cuando el príncipe al fin la lanzó el dios iba pasando tranquilamente por allí, sin darse cuenta de lo que acababa de pasar sintió el aire que dejaba la jabalina al pasar en frente de su rostro a unos pocos centímetros de su nariz y un rebelde mechón de cabello.

Flor de Jacinto. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora