¢αηтσ XII

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La mañana llegó a las ventanas del príncipe quien se despertó bastante contento pues se le venían todas las cosas que vivió el día anterior.

Estaba completamente feliz por haber pasado tanto tiempo con el dios, por haber conocido a las encantadoras musas y de no haber sido castigado, se preguntó cómo sería hoy, que sorpresas nuevas tendría el dios para él.

Cómo está vez no lo sorprendió en su habitación decidió esperarlo en el bosque como es usual, el ciervo estaba algo triste puesto que ayer no fueron a visitarlo, el príncipe trato de animarlo y disculparse por haberse olvidado de él.

En el camino le contó todo lo que había hecho con el dios, el ciervo apesar de ser un animal, lucía como si entendiera cada palabra que salía del príncipe, cuando termino de hablar decidieron comenzar con la práctica así se entretenía en lo que el dios venía.

La carrera tomó más de lo esperado pues el ciervo quiso jugar un poco, lucía grande y majestuoso pero actuaba como un joven, el espartano acepto y jugo con él, pararon cuando ya no podía seguir más, apenas pudieron llegar hasta el lago donde tomaron agua.

El dios llegó unos pocos minutos después, venía muy alegre, tomo de las manos al príncipe y lo alzó de inmediato.

    — Jacinto! Jacinto! Al fin hicieron oficial mi presentación, tocaremos en frente de casi todos los dioses! — el dios parecía muy feliz, el príncipe se contagio de su alegría.

    — Que bien! Cuando será? — el príncipe se paró en seco cuando escucho la fecha.

    — Es en 5 días! No es emocionante! Me vas a apoyar, verdad? — el espartano frunció el ceño entristecido pues su competencia sería el mismo día que la presentación del dios.

    — No puedo, lo lamento... — el dios confuso, no entendía por que el repentino cambio en su actitud.

    —Que? Pero... Por qué? — cada vez se desanimaba más, el príncipe dudo un poco en como decirlo.

    — Por que ese mismo día es mi competencia, en la que nos hemos esforzado tanto! Y bueno, yo entiendo que ese evento es muy importante para usted pero de verdad me gustaría que usted estuviera presente!  — el dios comenzaba a ponerse algo irritado pues no quería esa respuesta.

    —No creo que entiendas, esto es muy importante, más importante que miles de tus carreras! Por favor reconsidera las cosas. — el príncipe comenzó a enfadarse también, el no podía creer lo que estaba escuchando.

    —Disculpe dios Apolo pero está carrera es igual de importante para mí! Por favor reconsidere las cosas! Se que en algún otro momento podrá hacer otra competencia o pasarla para otro día! — esperaba que la conversación no se convirtiera en una pelea.

    — No Jacinto! Si no voy mi honor estaría comprometido! Ya todos tienen sus invitaciones! Así que ni pienses que iré. — soltó las manos del muchacho y se alejo un poco.

    —Pero nos hemos esforzado mucho! No puede dejarme así... - está vez el espartano insistió, de verdad quería que el dios estuviera presente, apoyándolo.

- Por que no en vez de ser tan egoísta, por qué no me apoyas? Se suponía que me amabas? No era cierto? - está vez tomo por sorpresa lo que dijo, por qué dudaba.

- Claro que sí! Por qué duda de mi? - el dios lo miro, parecía serio y enojado, como jamás lo había hecho antes.

- Te daré una última oportunidad, ven conmigo ese día, olvídate de todo lo que suceda aquí, alguien te sucederá. - el príncipe suspiro, no podía hacer eso, su padre confiaba en él para hacerlo, no respondió, solo negó.

El dios asintió enojado y se fue, se sentía traicionado por no haber sido apoyado por el que creía que lo amaba, igualmente se sintió el príncipe que se encontró solo en ese gran bosque, se sentó, con la esperanza de que solo sea un mal sueño.

El dios estaba bastante enojado por el egoísmo del príncipe, creyó que seria empático y decidiría dejarlo todo para ir con él, no entendía por qué no lo hizo, cualquier otro lo hubiese hecho, pensó, suspiro y fue directo a la práctica pues ya no faltaba mucho para su evento.

Por su parte el pequeño príncipe seguía esperando, analizando todo lo que había pasado, se sintió mal y pensó pues pensó que había sido algo egoísta, pero de verdad era importante para él y no podía abandonar todo así por qué si.

El ciervo se acercó a él pues quería consolarlo, se recostó a su lado y puso su cabeza en sus piernas, el príncipe acarició un poco y se quedó un momento más pues no quería interactuar con nadie.

Luego de unas horas a solas decidió no esperar mas e ir a sus clases, llegó a su habitación y se ducho, está vez no fue a comer pues no tenía hambre, fue a sus clases, en medio de estás pensó que se había quedado solo pues ya no estaba el tracio para animarlo ni el dios que el amaba.

Cuando salió decidió ir por la citara en vez de ir a almorzar, se sentó en su habitación y con la yema de su dedo tocó las cuerdas, se sorprendió por el bonito sonido que produjo, le hubiese gustado aprender.

Fue a terminar su rutina diaria, al terminarla fue directo a su habitación y se acostó en su cama, no se pudo dormir, pues pensaba en todo lo que había pasado, estaba indeciso, si era su culpa o era lo que debía hacer, ya no lo sabía solo quería que de alguna manera todo se arreglará entre ellos dos pues de verdad lo quería.

Al voltear pudo ver los lirios que aún seguían frescos, eso le sorprendió mucho, tal vez solo debería esperar si el dios piensa las cosas bien tal vez se quiera disculpar, de lo contrario el lo haría.

Al no poderse dormir decidió abrir un poco su ventana, se levantó a abrirla, cuando una brisa entro por ella, fue extraño pues antes no había nada de viento, al regresar a su cama vio que en las flores había una pequeña mariposa posada en ellas.

Se sorprendió al ver una tan tarde y tan alto, puso su dedo en frente de ella con esperanza que se posará en él, paso el tiempo y no lo hizo, se rindió y decidió dejarla, cuando la mariposa se poso en su nariz, el príncipe se asustó y se movió haciendo que la mariposa volará un poco, pero regreso a su nariz.

El príncipe la miro, era muy hermosa, con colores vibrantes y muy brillantes , sonrió al verla salir al fin salir por la gran ventana, tallo un poco sus ojos y al fin se durmió.

Flor de Jacinto. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora