El siguiente día llegó, despertando al príncipe para ir directo con el dios, con el cual se comenzaba a sentir más cómodo y empezaba a acostumbrarse a su cercanía.
Al cambiarse recordó al aedo que recientemente había llegado al palacio, se pregunto si seguía dormido, era muy temprano así que era lo más probable, sin esperar más salió hacia el bosque donde el ciervo ya lo esperaba.
Esta vez llevo una espada de madera que anteriormente trajo del lugar donde las guardaban para poder practicar la disciplina que hoy tocaba.
— Buenos días ciervo, hoy el dios Apolo llegaría tarde, ¿no es así? — acaricio al ciervo mientras esté lo veía pacíficamente, estaba un poco triste de esperar para ver al dios pero al menos estaría ocupado practicando con el hermoso animal.
Luego de practicar y notar que su rendimiento había subido se felicito por su progreso, al terminar se dispuso a ir al lago ya que tenía sed. Normalmente estaría el dios viéndolo recargado de algún árbol cercano pero está vez no sucedió.
Al llegar al lago y tomar un poco de agua espero paciente a que el dios llegara, afortunadamente para él no tardó mucho ya que solo pasaron unos cuantos minutos para que el dios se hiciera presente.
Apareció detrás del príncipe que no se percató de su presencia pues estaba admirando la cristalina agua, una oportunidad se abrió ante el emocionado dios que no dudo en abrazarlo cálidamente por la espalda asustando al príncipe que se tensó al sentir el repentino toque.
— Dios Apolo, me sorprendió! No esperaba que apareciera detrás de mi. — lo miro de reojo mientras que el dios sonreía y reía, al príncipe no le parecía gracioso pero le agradaba escuchar la risa del dios.
— ¿Me extrañarte Jacinto? Di que si... — lo último fue en susurro, como si anhelara ser en lo que el espartano pensaba con tanto cuidado antes de abrazarlo.
— Si, no fue lo mismo terminar la práctica sin tenerlo a usted esperando recargado en un árbol.. — dijo muy nostálgico mirando hacia la cristalina agua esperando alguna respuesta del dios.
— Lamento haber llegado tan tarde, pero al menos sirvió para que yo me diera cuenta de que tú corazón está comenzado a quererme. — le guiño para proceder a soltarlo de inmediato e ir directo a saludar al ciervo, dejando a propósito al príncipe sorprendido por lo que había dicho.
Se dio cuenta de que realmente el dios tenía razón, se volvió a sentir confundido con sus sentimientos pero no sabía si debía ignorarlo como solía hacer o comenzar a aceptarlo, quiso pensarlo más pero el dios lo saco de sus pensamientos y saco una hermosa espada que traía en su espalda de madera, cosa que el príncipe no había notado.
La espada era hermosa, tenía incrustados detalles de oro que la hacían más llamativa, digna de pertenecer a un dios, el dios la manipuló muy ágilmente, tomo la espada del príncipe y se la lanzó poniéndose en posición de combate.
— Adelante príncipe Jacinto demuestra lo que puedes hacer. — el príncipe tomo la espada en el aire, mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.
Luego de una ardua lucha terminaron cansados sentados en el suelo con su corazón palpitando muy rápido. El marcador termino como 5-2 con la victoria del príncipe y con el dios deprimido por haber sido derrotado nuevamente.
— ¡¿Por que perdí otra vez!? — se lamento por haber perdido mientras en príncipe trataba de consolarlo pasando su mano por su espalda.
— Tranquilo, me excedí un poco, lo siento. — el dios hizo un pequeño puchero pero rápidamente se calmo, estaba feliz de estar cerca a el príncipe.
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Flor de Jacinto. (Completa)
Tarihi KurguEl príncipe espartano Jacinto practicaba en el bosque, cuando un hermoso dios rubio apareció frente a él, proponiéndole ser su amante. Durante el tiempo que pasan juntos se desarrollaba una competencia donde el joven participaría, gracias a la ayuda...