Ahora soy...¿Cupido?.

「🐁」𝑪𝒆𝒏𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂 ⟩ 𝑬𝒅𝒆𝒍 2/4

No sabías cuánto tiempo estuviste en aquella habitación pero por fin habías ideado una parte del plan y lo demás iría sobre la marcha (como siempre).

Seguramente ya había amanecido.

Puede que en eso tengas un poco de culpa porque también te habías dormido un poco mientras pensabas el plan.

━━ ¡No te olvides de alimentar a las gallinas!.

La voz de Lady Tremaine hizo eco en el pasillo que seguramente estaba vacío.

Rápidamente te levantaste de la cama para ponerte en modo chismoso contra la puerta.

━━ Como usted diga...

Claramente esa era la voz de Edel, parecía decaída lo que es una buena señal, digo, era horrible pero; Horrible = Hada Madrina = Final Feliz = Siguiente cuento.

Está era hora de poner en marcha tu primera parte del plan.

Abriste un poco la puerta para asegurarte de que no hubiera nadie, menos mal no abriste tanto pues Lady Tremaine pasó justo al frente de tu puerta.

Saliste cuando desapareció por el oscuro pasillo, esa señora tenía una mirada espeluznante cuando estaba seria.

━━ ¡Vamos!, ¡a comer!.

Seguiste la voz de Edel hasta llegar a una habitación que llevaba hasta el patio, era esa donde habían varias campanas que seguramente hacían sonar las tres mujeres.

De todos modos, pudiste divisar al joven que alimentaba a las gallinas.

━━ ¿Mm?.- Miraste a uno de los ratones que fue y será el causante del regaño a Cenicienta.

Estaba haciendo justo lo que te imaginabas y siendo sinceros, te dolería mucho que regañaran al pobre muchacho pero este era el empujón que necesitaba para conocer al Hada Madrina.

Con cuidado de que no te prestarán atención, colocaste mal la escoba cercana al felino y subiste las pequeñas escaleras nuevamente cerrando un poco la puerta.

No te fuiste hasta que escuchaste como Lucifer se quejaba junto a un ruido seco del palo de la escoba chocando contra el suelo.

Eso daría tiempo a que el pequeño ratón se escondiera en la taza y Edel llegue justo a tiempo para que Lucifer no levanté está última.

━━ Hora de visitar a Papá.

Caminaste a paso algo rápido hacia la habitación del señor Berthold, el hechizo de Afrodita no duraba mucho pero con el tacto era algo.

Aún así no te confiarías en dejarlo y esperar a que ocurra algo cuando el efecto se acabe.

━━ ugh, mi cabeza duele.

Lo escuchaste detrás de la puerta, llegaste justo a tiempo para renovar el hechizo.

━━ Me disculpo por eso.- Sonreíste entrando e interrumpiendo su despertar.

━━ ¿Quién eres tú?.

No le diste mucha importancia al hombre, solo caminaste hacía su cama tocando nuevamente su brazo.

━━ Mí nombre es __ y soy su hijo así que no lo olvidé, además cualquier cosa extraña que vea me lo dirá.

━━ Si...- Rápidamente quedó bajo tu control.- Oh, hijo.

Lo miraste esperando a que diga lo que tenía que decir, había vuelto a ser el hombre alegre que tenía un inmenso amor por su hijo.

━━ Estaba paseando por el jardín cuando algo llamó mi atención era-.