6: Boda

5.1K 434 4
                                    

—¿Se puede saber qué haces?

Pregunté furiosa intentando coger de vuelta mi cigarro.

—Fumar es malo.

Fue la única contestación que recibí de él, gruñi.

—¿Y a ti qué?

—Me importa tu salud.

—¿Por qué?—pare de tratar de agarrarlo, lo miré confusa—, ¿por qué te importa si no me conoces?

—Porque quiero conocerte.

Frunci los labios, lo miré casi ofendida, extendí mi mano dando a entender que me diera el cigarro.

—Pues aquí te va un dato, necesito fumar para mantener a raya mis demonios.

Él me dio el cigarro, miré a Jacob a los ojos, se me hacían conocidos pero no sabía de donde. Mire el bosque directamente mientras me llevaba el cigarro a la boca para darle otra calada, lo escuche toser al soltar el humo. Sonreí divertida. Luego le tendí el cigarro.

—¿Qué?

Pregunto mirando el objeto.

—Pruébalo, no te tragues el humo.

Me obedeció, lo hizo, al soltar el humo empezó a toser. Me devolvió el cigarro y me lo terminé mientras miraba al bosque, ¿dónde estaría Black?

—¿En qué piensas?

—¿Alguna vez has visto a un lobo gigante? Más grande que un oso, de color marrón.

Sus ojos se apagaron, asintió mientras seguía viendo a la nada. Una balada empezó a sonar, me pregunté cómo se sentiría bailar con la persona de la que estas enamorada. Puede que nunca lo supiera.

Jacob se levantó y extendió su mano hacia mí, lo miré extrañada.

—¿Quieres bailar?

Me encogí de hombros, nunca nadie me había pedido bailar. Cogí su mano, me levante, él puso una de sus manos en mi cintura. Nos pegamos un poco, pasé una de mis manos por su hombro hasta su cuello, luego cogió mi otra mano y nos mecimos en silencio. Se sentía bien bailar con alguien de tu edad.

Me dio una vuelta, luego nos junto más, apoyé mi cabeza en su pecho, ambos estábamos en silencio. La canción terminó. Me separé y le sonreí genuinamente.

—Ha estado bien.

Volví a sentarme, creí que se iría, pero se sentó a mi lado.

—¿Te gusta el bosque?—lo miré—. No paras de mirarlo.

—Me relaja, es puro. Y hermoso.

—Hay cosas más hermosas.

Sonreí, me giré para volver a ver el bosque.

—En un par de días iré a la reserva, necesitaré un guía.

—Llámame, yo seré tu guía.

Saqué otro cigarro.

Nos quedamos uno junto al otro gran parte de la noche, fumando y hablando de vez en cuando. Jacob podía llegar a ser encantador cuando no te miraba con esa cara de cachorro enamorado.

{...}

Bella ya se iba a ir a su luna de miel, me despedí de ella y cuando me giré me tope con la peor de las sorpresas; mi madre estaba allí, con los ojos llorosos como siempre que me miraba.

—Rouse, estas hermosa y muy grande.

Me abrazo, me separé, aun recordaba sus palabras cuando llego mi carta.

—Es lo que tiene ignorar a tu hija por cuatro años, ella crece.

Me aleje de allí para no montar un espectáculo, sentía que me ahogaria. Cerré las palmas de mis manos. Apreté los ojos.

La sangre empezaba a hacerse ver por mi mano, el recuerdo de ese día junto a la palabra monstruo estaba grabado en mi cabeza. Sentí una mano en mi hombro, me giré para ver a Jacob, sentía que volvía a respirar, estaba tranquila pero aún un poco agitada.

Me abrazo sin decir nada, nos quedamos así, yo quieta, y él abrazándome, hasta que pude volver a respirar con normalidad. Me separé apenada.

—Lo siento.

Limpie el rastro de las lágrimas de mis mejillas, le sonreí y empecé a irme, quería volver a casa. Jacob me siguió, llegue hasta donde estaba Charlie, junto a Sue, Billy y Seth.

—Rouse, ¿qué te ha pasado?

Debía tener la cara horrible, negué y dirigí mi vista a mis padres. Charlie asintió entendiendo.

—¿Me dejas las llaves?

—Aún no tienes carnet.

Charlie estaba con el ceño fruncido, él aún no podía irse de la fiesta, y estaba luchando por saber qué hacer.

—Yo la llevó.

Dejé escapar el aire al escuchar a Jacob hablar a mi espalda.

—¿Seguro?

Me sentía tan cansada que no quería pensar en nada, Charlie fue el que habló. Jacob asintió, le dirigió una mirada a su padre antes de coger mi mano y guiarme hasta su furgoneta. Yo me deje guiar, no tenía ganas de nada.

Jacob abrio la puerta del copiloto, me monté, luego entro por la otra parte. El camino fue silencioso, llegamos a la casa de Charlie, me quité los tacones aún en el coche, dirigí mi vista hacia el bosque, luego hacia Jacob.

—Gracias por traerme.

—No es nada.

Cogí las llaves del bolso, Jacob me las arrebato, abrió la puerta de la casa, esperó a que entrará, y una vez lo hice cerró la puerta. No le dije nada, subí las escaleras y me dirigí a la habitación. Me quité el vestido, me puse el pijama y baje para despedirlo.

Él estaba en la cocina, no me había dado cuenta de cómo la camisa le marcaba los músculos. Aparte la vista para sonreírle.

—Me voy a dormir, buenas noches.

—Buenas noches.

Beso levemente mi cabeza, luego me dirigió una sonrisa y se apartó. Subí hasta que llegue a la habitación, me acosté y no tarde en caer dormida. Dormí cómo hacia mucho que no dormía.

MAGIC //Jacob Black//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora