MAGIC //Jacob Black//

12: ¿Quieres?

Estaba dando una vuelta por la Push con Jake. Estábamos cogidos de la mano, compartíamos un cigarro y a veces hablábamos. Todo era perfecto. Ahora sabíamos un poco más de cada uno.

—Prim.

La imagen de Jake soltando el humo al tiempo que miraba hacía arriba era simplemente maravillosa.

—¿Sí?

Aparte la mirada avergonzada, aún no me acostumbraba a pensar esas cosas. Jake me paso el cigarro y le di una calada sin pensarlo.

—¿Te acuerdas el día del beso?—asentí levemente, le dí otra calada profunda—. Ese mismo día quise preguntarte si querías ser mi novia pero, primero tenia que explicarte lo que era y no quería que después te sientas obligada a estar conmigo, aún no sé si estás aquí porque estas obligada pero-

—Black.

Le corte, le dí una sonrisa tímida para que siguiera hablando, le tendí el cigarro, lo cogió y le dio una gran calada terminandolo.

—Lo que quería decirte es que, aunque el sentimiento de la imprimación está ahí, mi parte humana, bueno, Jacob, esta enamorado de ti, de todo tu. Está enamorado de tus momentos en blanco, de como te regañas por meterte la punta de la pluma en la boca, de cómo hablas cuando estás interesada, esta enamorado de todo tu. Estoy enamorado de ti, de principio a fin. Todo tu.

Me quede muda, no sabía qué decirle o qué hacer. Aparte la mirada, solté su mano y empecé a andar. No estaba preparada para tener una relación; no estaba segura de cuándo iba a irme, podía irme mañana o en un año; y sobretodo no creía que alguien como yo, un monstruo, pudiera estar con alguien como Jake.

¡Llevábamos solo un par de semanas hablando y ya estaba él empezando a depender del tabaco!

¿Y si con el paso del tiempo seguía cogiendo mis malos hábitos? No quería ver a Jake como una persona agresiva, pero tampoco como alguien egoísta o alejado de su familia. Sabía que si no estábamos juntos no podíamos vivir pero, ¿acaso era una cruel broma del destino?

—No Jake—se puso frente a mí, suspiré—. No es por ti, es-

—¿No es por ti, es por mi?

Pregunto con sarcasmo, estaba enfadado, lo sabía. Me encogí de hombros.

—Es así.

—Mejor dí la verdad, es porque soy un monstruo.

Escupió la palabra con asco, note mis ojos picar y negué rápidamente parando mi caminar.

—No todos los monstruos se transforman en bestias gigantes, ni todas las bestias gigantes son monstruos.

El río sarcástico.

—Lo dices por ti—me quedé callada—. ¡Oh, vamos! ¿Cuánto tiempo más vas a estar callando la verdadera razón de que estés aquí? Hiciste algo y te viniste, todo ese cuento de que solo has venido para la boda de Bella y ahora estás dándole apoyo moral a Charlie no es más que mucha mierda. Dime la verdad Primrouse, toda esta basura que estás diciendo, es por ti, ¿verdad?

Con cada palabra iba subiendo el volumen, estaba temblando, me sentía cada vez más pequeña. Negaba pero mis ojos ya estaban soltando lágrimas. La furia crecía pero también el miedo, no pude evitar sorprenderme cuando le pegué un puñetazo en la cara. Reprimi un grito, estaba segura de que tenia la mano rota.

Agarré con fuerza mi bolso y salí de allí prácticamente corriendo. Jake se puso frente a mi, intento pararme.

—Déjame pasar.

—No—me cogió por los hombros, intenté soltarme—. Vas a decirme la verdad.

—No.

Los dos estábamos temblando, cuando menos lo esperé Jake ya estaba volando hacia atrás. Lo miré unos segundos en shock notando la sangre salir de una parte de su cabeza cuando chocó contra varios árboles.

Miré mis manos confusa cuando escuche el grito de Rachel llamando a su hermano.

—¡Leah llevatela a tu casa!

Había gritado Sam, creo.

Estaba en shock.

Monstruo.

Monstruo.

Monstruo.

Monstruo.

Era lo único que se repetía en mi cabeza, monstruo, monstruo, monstruo, eso es lo que soy. Sentía que me desmayaria en cualquier momento.

Mi vista empezó a oscurecerse.

—¡Primrouse!

Había escuchado el grito de Leah antes de caer desmayada. Todo se había puesto negro.

Jacob POV's:

Me dolía la cabeza pero sabía que estaría bien. Aparte a Rachel, a Paul y a Sam. Miré a Seth antes de que mis ojos se centrarán en ella. La mujer más hermosa que había visto nunca.

Se veía tan serena ahora, cuando hacía unos segundos era todo lo contrario. Tenia en mi cabeza aún el pelo rojo levitando levemente; los ojos, mejillas y nariz rojos levemente; y la cara llena de lágrimas.

Poco me importaba el dolor de cabeza, me acerque a ella quien estaba inconsciente en los brazos de Leah, lloraba débilmente.

Le acaricié el pelo, todo el enfado que había reunido mi cuerpo se desvaneció completamente. ¿Cómo podía enfadarme con algo tan hermoso, puro y perfecto?

Ella se relajó unos segundos pero en cuanto aparte mi mano volvió a llorar. Me sentí miserable. ¿Qué le habrían hecho para que reaccionará así?

—Dámela.

Ordene, Leah asintió dubitativa y me la dio. La acune en mis brazos como si fuera una pequeña princesa dormida, porque lo era. La llevé a mi casa y allí la acosté.

Me quede sentado mirándola mientras esperaba a que se despierte. Primrouse se retorcía levemente soltando pequeños quejidos, parecía sufrir.

Cogí su mano acariciandola con cariño, tenía unas ganas horribles de un cigarro, necesitaba calmar mis nervios; pero necesitaba aún más estar cerca de ella, saber que estaba bien, aunque no pudiera saber del todo qué le había pasado.

—Jacob.

Me giré para ver a mi hermana entrar con una cubeta de agua y un paño, se sentó a mi lado en otra silla.

—Dame, yo la limpio.

Intente quitarle la cubeta pero Paul gruño detrás mío, rode los ojos y lo deje estar.

—No es para Prim, es para ti.

Frunci el ceño, Paul me pasó un espejo y observé como la mitad de mi cara estaba llena de sangre.

Deje que Rachel me limpiará mientras observaba a Prim descansar, solté un suspiro cuando me quede solo.