Charlie había sito muy bueno conmigo, sabía mi secreto y no me preguntaba sobre el "suceso" como otras personas. La boda de mi prima Bella estaba cerca y eso nos bastaba para hablar mientras llegábamos a su casa, en el pueblo más frío y triste del mundo.
Dejé mi baúl y la jaula de mi lechuza en la habitación que antes pertenecía a Bella, ella aún vivía pero en menos de una semana se iría, así que me quedaría con su cuarto. Me senté en la cama, una parte de mi no quería recordar por qué estaba aquí, otra me gritaba que era mi culpa.
Me sentía agobiada entre las paredes, en cuanto Bella se fuera pintaría la habitación de blanco. Abrí la ventana buscando el aire que me faltaba, pero no estaba allí. Cerré los ojos, ¿así sería el resto de mi vida? Hice algo que nunca había hecho hasta el incidente, saque un cigarro de mi mochila, lo encendí y fume para calmarme.
Funcionó.
Era temprano aún, escuche la puerta abrirse, Bella estaba aquí. Me giré a encararla, ella me sonrió con esa falsedad que la caracterizaba, luego movió su mano y se sentó en la cama.
—Mientras me voy puedes dejar las cosas en tu maleta—observé la incredulidad en su rostro al ver el baúl—, luego puedes hacer los cambios.
—Vale, gracias Bella.
Colgué el bolso en mi hombro y salí de la habitación sin esperar otra palabra por su parte. Bajé con rapidez y salí al jardín, camine hasta perderme en el bosque. ¿Y si me hubiese ido al Bosque Prohibido? Con suerte alguna araña me habría comido, justo como dice Harry.
Sonreí ante el pensamiento, observé una araña caminar, era pequeña, podría pisarla, pero preferí seguirla, tal vez me llevaría ante su madre y esta acabará pacíficamente con mi vida.
Camine y camine hasta que ella llegó a su destino, su telaraña. Bufé molesta y divertida, me había pasado mucho tiempo siguiendo a una araña. Me giré, estaba perdida.
Escuche un ruido, no dude en meter mi mano en el bolso para agarrar la varita, Forks era un lugar con muchas muertes. Observé sus ojos oscuros.
Trague saliva al ver al imponente lobo cerca de mi, estaba quieto, expectante, mirando hacía mí fijamente, tenía una mirada que perfectamente podría definirse como; acércate, posiblemente te clave los dientes en la garganta o te deje tocarme. Era un lobo gigante, castaño, mucho más grande que un oso pero un lobo al final. Fruncí el ceño.
—¿Qué eres?
Pregunté hacía él, tal vez gritando un poco ante la perspectiva de que este se lanzará a devorarme. Una rama crujio, pero no vi nada, cuando menos lo esperé este aulló y salió corriendo en dirección contraria, huyendo.
Fruncí la boca en una fina línea, ¿tan fea soy? No lo pensé y corrí detrás del lobo, había dos opciones; o eran imaginaciones mías y ahora iba directa hacía una horrible muerte deborada por una manada de lobos gigantes, o el lobo estaba huyendo de algo y si ese algo es una amenaza para el lobo, ¿qué sería de mí y mi metro setenta y tres?
Seguí corriendo aunque me faltará el aire, corrí hasta que llegue a un acantilado, observe la Push. Había pasado un par de semanas en Forks antes, y la playa era mi lugar favorito. Pare apoyándome en un árbol, ahora tendría que llamar a mi tío para que viniese a por mi, porque no sabía volver a su casa. ¿Estaría muy lejos?
Observe a un grupo de chicos semidesnudos en la orilla, busque una forma de bajar.
Tras lograr bajar del acantilado, y marearme al pensar en lo alto que estuve, me acerque hacía los chicos, parecían muy cómodos a pesar del frío que hacía. Y consternados y contentos, como si les trajeran una buena noticia. Me acerque hacía una chica de estatura normal, porque todos eran muy altos.
—Perdona—llamé su atención, al girarse desee haberme acercado a otro, tenía una gran marca de garras en la cara, volví a pensar en ese día, aparte la vista—, ¿sabrías por dónde se va a la casa del sheriff Swam?
Puse mi mejor sonrisa de niña buena, no llevaba ni un día aquí en el pueblo y ya me había perdido. Las risas de dos de los chicos junto a empujones hacía otro no tardaron en aparecer. La chica frente a mí sonrió y asintió.
—Claro, Jake podría llevarte, esta en el pueblo.
Señaló hacía el chico que fulminaba a sus amigos por los empujones, negué levemente, no iba a hacer que nadie me llevará.
—No hace falta, con saber la dirección me basta.
—¿Segura? El pueblo está muy lejos para ir andando.
Me quedé quieta, ¿cómo sabía que venía andando? Me había arreglado para que no lo pareciera, sonreí y asentí, tenía que alejarme rápido.
—Oh, no te preocupes, me gusta andar. ¿Por dónde se va?
La chica, que se presentó como Emily, me dijo el camino, me despedí y aleje lo más rápido que pude aún confundida.
{...}
Acababa de llegar a la casa, era de noche, lo único que tenía ganas era de bañarme, fumar un cigarro y acostarme, pero como siempre el destino es cruel y me tenía una sorpresa preparada. Para cuando llegue a la casa, vi bajarse a uno de los chicos de la playa junto a un hombre en silla de ruedas de una camioneta.
Quería gritar mientras pensaba en esconderme, él pareció buscar algo durante unos segundos, y cuando se giró y me vio sonrió, pero como suele pasar en estos momentos, Bella lo llamó y lo abrazó.
Aproveche que Charlie y Bella hablaban con los desconocidos para escabullirme a la planta de arriba, estaba acostumbrada a fingir que no existía cuando tenía visitas, en el tiempo en el que vivía con "mis padres".
Agarré el pijama y una muda de ropa interior del baúl, luego me giré para ir al cuarto de baño, pero mi sorpresa fue ver a ese chico allí parado, mirándome.

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MAGIC //Jacob Black//
FanfictionPrimrouse Dursley tiene que mudarse a Forks con su tío por unos problemas en el colegio, además su llegada se mezcla con la imprevista boda de su prima Bella. Lo que Primrouse no sabe es que, a días de la boda, conocerá al amor de su vida; un alto l...