14: Dog

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Uno de los mayores placeres de la vida según Primrouse, además del té que su primo Harry le preparaba en las noches de tormenta, el olor de la tarta de melaza que su abuela Molly hacía cada vez 1uw iban a la Masriguera, el agua golpeando sus pies y tumbarse en el pelaje de Jake; era el sonido del bosque. Siempre lo había encontrado relajante, y si no estuviera en peligro de muerte por un montón de licantropos, seguramente estaría perdiéndose en el bosque cigarrillo en mano.

De lo poco que conocía a Bella podía decir dos cosas, una: que amaba de forma extraordinaria a su marido; y do: tenía un gran sentido del suicidio.

¿Por qué no podia dejarla entonces irse a pique ella sola? Tal vez simplemente porque los humanos como ella tenían un estúpido sentido de la lealtad hacia la familia, o tal vez porque sentía que esta era la forma de pagarle a Charlie todo lo que había hecho por ella.

Escucho una rama partirse detrás de ella, su mano viajo con velocidad hasta el interior de su pequeño bolso y se aferro a la varita. Se giró con esta en mano de forma amenazante.

Jake con las manos en alto y una sonrisa nerviosa la recibió. Prim bajo la varita volviendo a guardarla.

Se giró antes de soltar todo el humo del cigarro acumulado.

Jake se sentó a su lado, llevaban ya un par de días sin dirigirse la palabra, era una muerte lenta que los estaba consumiendo por dentro.

Y de eso sabía Prim, pues el tabaco, su pan de cada día, era eso exactamente, una muerte lenta que te consume por dentro.

-¿Qué opinas de todo esto?

Pregunto Jacob, mirando cada facción de su rostro, cada peca y lunar que podía encontrar, grabandolos en su mente por si este absurdo plan no salía bien.

-Bella es mi prima, no puedo dejar que unos lobos la maten.

Murmuró Bella en vano, sabía que todos los de la casa la habían escuchado, y sabía cuan duro era tener que admitir la verdad de aquella situación.

Si no la mataban los lobos, la mataría el bebé en su interior, de igual forma ella moriría, y nadie podía hacer nada para impedirlo, solo tratar de que ese momento llegara lo más lejos posible.

Ambos se inundaron en un incómodo silencio. Primrouse no podía evitar que su mente volará a aquel terrible día, había pasado hacia un par de días pero aún lo revivia en su mente una y otra, y otra vez.

Jake también pensaba en ese día, pero en lugar de pensar en el momento en que Primrouse perdió el control, no podía evitar pensar en cuando ella estaba llorando insconciente, ¿quién le habia hecho tanto daño?

-¿Podemos hablar sobre lo que paso?-Primrouse giró su rostro hacia Jake con una mirada que solo podía describirse con terror-. Tenemos que hablar sobre lo que pasó Prim, no podemos seguir ignorando lo.

Primrouse suspiró, sabía que tenía razón, pero eso no evitaba que siguiera doliendo recordar ese día.

-Lo sé, lo siento mucho, si te incómoda que este aquí lo entenderé y me iré.

-No.

La mano de Jake cogió la de Prim como si la vida se le fuera en ello. La pelirroja miró hacia ambas manos juntas mientras un leve sonrojo se asomaba por sus mejillas.

Y por un momento, mientras veía ambas manos entrelazadas, sentía cómo todo volvía a estar bien, como todo se arreglaría, pero la triste realidad es que cuando levantó la mirada y vio sus ojos chocolate, volvió a recordar ese día, y no solo ese, todo lo que le recordaba.

Así que se apartó, se levantó y se fue sin despedirse.

[....]

Prim daba vueltas en la cama, no podía dormir y no estar en su cama no ayudaba, nunca le había molestado la cama de Bella, pero dormir en la casa de los Cullen era realmente escalofriante.

Miraba el bosque mientras sentía cómo algo iba a saltar en cualquier momento para devorarla.

Su corazón empezó a latir con rapidez al escuchar como unos pesados pasos paraban en su puerta, trato de tranquilizarse pero no podía.

La puerta se abrió y casi le da algo al ver allí a Jake.

—Casi me matas de un susto.

Murmuró.

—Lo siento—Jake entró en la habitación y cerró la puerta—, llevó toda la noche escuchándote dar vueltas en la cama, ¿tienes frío?

—No, estoy bien.

El ambiente se tornó algo tenso, Primrouse se sentó y volvió a mirar hacia la ventana.

—¿Te da miedo?

—Nunca lo he visto mientras dormía, siempre sabía que estaba allí pero—Prim suspiró—, no es lo mismo saber que esta a verlo con tus ojos, es terrorífico.

Jake se sentó a los pies de Prim, le sonrió débilmente aunque sabia que ella no le veía y miró también por la ventana, Leah estaba haciendo la guardia.

—Las primeras noches que tuve guardia también lo encontraba terrorífico, Paul se reía pero aun así lo sentía, hasta que Embry me acompaño y me enseñó lo bonito que era—Prim lo miró, y ambos conectaron sus miradas—, cuando esto acabe podría ser tu Embry.

Primrouse sonrió y asintió.

—El otro día mi primo me llamó, Harry decía que dentro de poco podré volver.

Jake sintió cómo un cubo de agua fría le caía encima, por unos momentos se había olvidado de que Prim no vivía en Forks, ella debía volver en algún momento a Londres.

Pero eso no evitó que la palabras podré no se le quedara grabada en su cabeza.

—¿Por qué no puedes volver?

Prim se mordió el labio, no estaba preparada pero pensó que tal vez contarle la realidad a Jake haría que este se alejara de ella.

—Ya sabes lo de mis padres, mi primo me cuido durante toda mi vida y sus amigos se hicieron mi familia. Cuando cumplí 11 fui a Hogwarts, estaba muy emocionada, creí que sería como con mi primo, haría amigos y me lo pasaría en grande. Pero no fue así. Mary era la hija de un mortifago que estaba en Azkaban, como no podía pagar su propia frustración con nadie, la pago conmigo. Me pegaba, acosaba, insultaba...hasta que un día se metió con los hijos de mi primo, fue la gota que colmo el vaso y le pegué—a estas alturas Prim ya estaba llorando, pero no podía parar de hablar, era como un vómito verbal—, y le pegué hasta que me apartaron, creyeron que estaba muerta. No lo estaba pero, su madre me denuncio, mi primo es muy importante, hizo que no me encerraran de inmediato y hasta que todo se calme tengo que quedarme aquí. Seguramente gane el juicio pero, eso no evita que siempre recuerde lo que hice—Jake estaba callado, asimilandolo todo, Prim seguía llorando sin poder parar—. Creerás que soy un monstruo-

—Creo que sí pegas a un perro lo suficiente, llegará el momento donde no vuelva a ser el mismo y ya no podrás retroceder para arreglarlo—Jake se tomó un momento antes de volver a hablar—. Tuviste un ataque de ira, no eres un monstruo, eres humana y te equivocaste, se lo merecía por supuesto, pero aún así esa no era la solución.

MAGIC //Jacob Black//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora