𝑭𝒐𝒓𝒃𝒊𝒅𝒅𝒆𝒏© • [𝒀𝒊𝒁𝒉𝒂𝒏]

Capítulo 3

El pequeño Wang Zhan y su madre fueron dados de alta luego de un par de días.

—Nunca lo había visto tan feliz —susurró a su esposo.

—Me recuerda a cuando Yibo llegó a nosotros —le dio un beso en la frente a su esposa.

Veían como Yibo jugaba con su hijo. Irónicamente él era el más apegado y encariñado con el bebé, de hecho, se recriminaba como es que fue capaz de pensar en abandonar a una criatura tan hermosa.

—¿Quién es el bebé hermoso de papá?, ¿quién es? —lo balanceaba de un lado a otro imitando diferentes voces y gestos.

El pequeño reía por las caras de la persona frente a él y de vez en cuando agarraba el dedo de Yibo.

—Amor —Maia entró a la sala—, es hora de que A-Zhan tome su leche.

Le entregó al bebé, pero siguió haciendo morisquetas para él hasta que madre e hijo desaparecieron por el pasillo.

Para el joven padre fue una odisea repleta de desafíos y fuertes emociones ver a Zhan crecer; estar presente en sus primeros pasos, escuchar sus primeras palabras, eran momentos inolvidables que perduraban en su memoria, no podía ser más feliz que estando presente en el proceso de crecimiento de su hijo, atesoraba cada instante. Es por eso que aún le costaba asimilar que Zhan había cumplido tres años desde que llegó a alegrar su vida, crecía demasiado rápido.

—Yibo, no puedes vestirlo de esa manera, es un niño no un skater, además no es adecuado para la ocasión, esto es algo importante —lo regañó.

—Así se ve bien, debe tener estilo como su papá, ¿cierto mi amor? —preguntó a su hijo.

—¡Sii, me gusta! —respondió con su voz chillona en una sonrisa.

—¿Ves? Dijo que le gusta —tomó al pequeño Zhan en brazos—. Me iré primero nos vemos en el salón.

Yibo había cumplido la mayoría de edad y su relación con Maia se había mantenido estable por lo que aún seguía en pie el plan de contraer matrimonio, aunque en si no hubo una propuesta romántica, solo un acuerdo de palabra entre ambos.

La fecha de la boda estaba fijada para ese día. Querían algo intimo por lo que solo estaban invitados a asistir algunos amigos cercanos, familiares con los que mantenían contacto y obviamente sus padres.

—Gracias por venir chicos —arreglaba su corbata frente al espejo.

Su vestimenta no era muy formal, estaba compuesta por un pantalón negro entallado, unos zapatos de vestir un tanto casuales, una camisa blanca, una corbata roja y un blazer negro a la medida.

—Como buenos amigos debíamos estar presentes el día que te arruinaras la vida —se rio a carcajadas.

—Wenhan tiene razón —también se largó a reír.

—Cállate Jackson —rodó los ojos.

—¡Ya es hora! —Hai-kuan avisó desde fuera del baño.

—¿Estás listo? —sus amigos palmeaban sus hombros.

—No, definitivamente no pero aquí vamos.

Dentro del salón que reservaron estaba el juez esperando a la pareja. Los novios se reunieron fuera de la entrada e ingresaron tomados de las manos.

Todas las personas importantes de sus vidas, incluido su pequeño presenciaban como ambos jóvenes daban el "si" y se casaban legalmente. Le siguieron muchas felicitaciones y abrazos. Después de la recepción volvieron a casa, habían decidido que no tendrían luna de miel, ya que preferían estar con su hijo.