Capítulo 10

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Habían estado dos días en la cabaña sin hacer mucho, salían a caminar o a visitar los alrededores, comían en los restaurantes y luego se quedaban en la casa jugando o viendo televisión. El azabache finalmente terminó por dormir con Yibo las dos noches consecutivas.

-Zhan, despierta -lo movió un poco.

-Déjame dormir -se cubrió la cabeza con la sabana.

-Entonces tendré que cancelar el paseo a la nieve.

-¿Vamos a la nieve? -se incorporó rápidamente.

-Íbamos, ya que no quieres levantarte -soltó una risilla.

-Me levanto enseguida, dame un segundo -se acercó para besarlo-, ahora sí, vete me voy a cambiar.

-¿Siquiera trajiste ropa de nieve?

-Ash, es cierto, no traje -se cruzó de brazos e hizo un puchero.

-Te traje ropa, ten -le entregó una pequeña mochila y de paso besó su puchero.

-Eres el mejor, ahora vete.

Yibo no pudo evitar soltar una carcajada mientras salía de la habitación, a veces Zhan tenía cambios tan drásticos de actitud.

El castaño había reservado un tour por las montañas nevadas, el pelinegro había mencionado que le gustaría fotografiarlas y aprovechó la instancia para cumplir su deseo. Durante todo el tour Zhan anduvo dando saltitos de la emoción, Yibo solo lo miraba y sonreía.

Fotografió tanto que se le acabó el rollo fotográfico.

-El tour viene incluido con dos horas en una piscina termal como cortesía, ¿tomarán el servicio?

-¿Podemos? -miró a Yibo con ojos suplicantes.

-Lo tomamos -sonrió.

-Síganme.

El señor los guió hasta el área de las termas.

-Esta piscina es solo para ustedes, aquí enfrente están los vestidores -apuntó a unas pequeñas casetas de madera-, ahí encontraran ropa para poder cambiarse, al igual que una toalla y una bata.

-Muchas gracias.

El señor hizo una reverencia y se retiró.

Usaron vestidores diferentes para cambiarse e ingresaron al agua termal.

-Esto es muy relajante.

-Si, que lo es -Yibo respondió bajito mientras estaba recostado con ayuda de sus brazos en una de las barandas de la piscina con los ojos cerrados.

Zhan lo observó desde donde estaba. ¿Cómo un hombre puede ser tan perfecto? Se cuestionaba mentalmente y no pudo evitar suspirar. El vapor lo rodeaba, tanto sus brazos tonificados como su torso y su cuello eran recorridos por gotas causadas por el vapor, su cabello castaño estaba húmedo y cada tanto dejaba caer su cabeza hacía atrás dejando ver aquella manzana de adán que lo enloquecía. Zhan caminó hasta él para abrazarlo, Yibo abrió los ojos y de igual manera lo envolvió con sus brazos.

-Me gustas mucho.

-Y tú a mí -sonrió levemente.

-Gracias por... -se detuvo algo aturdido.

Yibo al ver su expresión fue ampliando cada vez más su sonrisa mientras lo miraba con ternura.

-¿Tú...? -buscó con desesperación respuestas en los ojos del castaño, recién estaba procesando lo que había escuchado.

-Zhan -se acercó a su oído -, tú me gustas -susurró.

El pelinegro giró su rostro encontrando sus ojos con los del mayor, no lo podía creer. Si bien Yibo correspondía a sus besos, no pensó que fuese porque gustará de él, sino que simplemente lo hacía para que ya no lo molestara más.

𝑭𝒐𝒓𝒃𝒊𝒅𝒅𝒆𝒏© • [𝒀𝒊𝒁𝒉𝒂𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora