Capítulo 4

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A los veintidós años Yibo terminó la Universidad y oficialmente pasó a ser el jefe de la empresa, debido a que su padre tomó la decisión de retirarse al ver que su hijo estaba más que capacitado para manejar todo correctamente, pero de igual manera lo siguió apoyando tras bambalinas.

Cuando Wang Zhan cumplió diez años sus padres lo llevaron de viaje a Hawái. Iban a cumplir la promesa que hicieron de adolescentes, solo con la pequeña diferencia de que iban con un acompañante extra, su rayito de felicidad o como solía decirle Yibo "conejito" por la forma de sus dientes.

En Hawái Zhan descubrió su pasión por la fotografía, disfrutaba de los paisajes, la naturaleza y todo lo que esta conllevaba, pero sobre todo le fascinaba poder capturar su esencia, aunque solo lo hacía con su teléfono. Cuando regresaron a China le rogó a su papá por una cámara fotográfica, este no se pudo negar al ver la ilusión de su hijo y se la compró.

—Chicos, miren aquí —les hizo una seña para sacar una fotografía de sus mejores amigos.

Yubin, Ziyi y Zhan al entrar a primaria coincidieron nuevamente en el mismo establecimiento educacional, por lo que a estas alturas eran inseparables.

—Déjame ver —Ziyi corrió hacia él para ver la foto.

—Espera, ten cuidado o vas a botar la cámara y mi papá se enojará —les mostró la fotografía desde cierta lejanía.

—Si que eres bueno para esto Zhan —Yubin lo elogió.

—Gracias, cuando sea grande quiero ser un fotógrafo profesional.

—Entonces yo seré modelo así me fotografías —la pelirroja empezó a realizar varias poses.

Zhan y Yubin estallaron en risas.

—Mejor no ¡Eres fea! —gritó y salió corriendo.

Ziyi lo persiguió, jurando que si lo alcanzaba lo golpearía.

—¡Corre Zhan, corre! —el pelirrojo lo alentaba.

La vida de la familia Wang era buena, rara vez tenían discusiones o problemas entre ellos, de hecho, Yibo nunca le había levantado la voz a su hijo o enojado fuertemente con él. El castaño desde pequeño le instruyó a Zhan que lo más importante era a la sinceridad y la confianza, por lo que desarrollaron su relación padre e hijo base a la comunicación y plena confianza, sin embargo, aquella se quebró cuando el azabache tenía trece años.

Wang Yibo fue a buscarlo a la hora de salida del colegio como sorpresa, pues no muchas veces podía hacerlo debido a su horario de trabajo, no obstante, las cosas no salieron como planeó, la sorpresa se la terminó llevando él. Pudo ver en primer plano como su amado hijo se estaba besando con alguien a las afueras de la institución. Al castaño se le drenó la sangre del rostro dejándolo pálido, no creía lo que estaba viendo, él era su bebé, su pequeño; pero esa era la menor de sus preocupaciones, lo que realmente lo dejó pasmado fue ver que la persona que besaba era un chico, no recordaba su nombre, pero si lo reconocía como un amigo de Zhan.

Lamentablemente no alcanzó a reaccionar a tiempo, de un momento a otro ambos chicos habían desaparecido de su vista. Se bajó del auto y comenzó a buscar a Zhan, pero no tuvo éxito, sin otra alternativa se fue a casa.

El reloj marcaba las nueve de la noche y aún no había señales del pelinegro, a estas alturas Yibo ya no estaba molesto estaba preocupado, no respondía las llamadas ni los mensajes y su esposa tampoco. Pasado unos minutos como si su angustia lo hubiera invocado Zhan llegó.

—Hola, papá.

—Wang Zhan, ¿dónde estabas? — se cruzó de brazos.

El joven azabache tragó duro, su papá nunca lo llamaba por su nombre completo, claramente estaba en graves problemas.

𝑭𝒐𝒓𝒃𝒊𝒅𝒅𝒆𝒏© • [𝒀𝒊𝒁𝒉𝒂𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora