Capitulo 7

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Aunque el castaño estaba borracho logró ver el brillo y la sinceridad en los ojos de Zhan al decirle que lo deseaba. Por otro lado, no podía negar que "Yibo" dicho por él se escuchaba extrañamente muy bien a su oído.

Sin darle vueltas al asunto cargó a Zhan por los muslos y subieron las escaleras mientras se besaban, fue un poco complicado porque Yibo aún se tambaleaba, pero lo lograron con éxito.

—Yibo, quiero que sea en tu habitación —susurró sobre sus labios al ver que se dirigía a su habitación.

El azabache tenía la intención de borrar la huella de su madre con la suya, era algo egoísta y ambicioso de su parte, sin embargo, eso ya no le importaba.

Yibo no se opuso, bajó a Zhan y ambos comenzaron a desvestirse mientras caminaban a la habitación entre besos. El trayecto quedó marcado por un regadío de prendas.

Dentro de la recamara Zhan empujó a Yibo a la cama y dio la vuelta para subirse del otro lado. Se arrodilló un poco mas atrás de donde se encontraba la cabeza del castaño y se inclinó un poco para atrapar sus labios dándole un beso estilo Spiderman. Sus lenguas bailaban a un ritmo lento y húmedo en la cavidad bucal del otro. El mayor profundizo el besó ejerciendo presión con una de sus manos sobre la cabeza del pelinegro. Zhan mordió levemente el labio superior de Yibo y se alejó unos centímetros, lo suficiente como para separar sus labios, pero no tanto como para dejar de respirar el mismo aire. El castaño olía a alcohol sin embargo no le disgustaba, de hecho sentía que el mismo podría embriagarse solo con el sabor de aquellos labios. 

Lamió los labios contrarios y con ayuda de su mano giró hacia un lado el rostro de Yibo para darse paso a aquel cuello. Se acercó a su oído y lamió su lóbulo.

—Voy a enseñarte como gime una verdadera perra —susurró entre un tono dulce y sensual.

Yibo sintió una corriente recorrer su cuerpo y tragó saliva, aquel susurro sonó tan tentador que no pudo evitar imaginar al azabache gimiendo a la vez que recibía a su miembro dentro de él. Su cuerpo lo traicionó y Zhan pudo visualizar como se estaba poniendo duro. El pelinegro satisfecho con el resultado volvió a su labor. Lamió lentamente toda la extensión de aquel cuello como si quisiera grabar su sabor, fue dejando besos húmedos por el camino hasta llegar a la prominente manzana de adán que lamió y succionó dejando una pequeña marca rojiza.

—Haré que nunca vuelvas a desear otro cuerpo que no sea el mío —una leve risilla maliciosa se escapó de sus labios.

Comenzó a treparse poco a poco sobre Yibo. Se detuvo a la altura del torso con la ayuda de sus brazos y rodillas, por su parte el castaño tenía vista y acceso directo a aquellos botones rosa y a la pequeña cintura del azabache. La piel blanca de este ultimo se veía muy tersa y suave, lo llamaba a gritos para que dejara marcas en ella, sin poder resistirse levantó levemente su cabeza para succionar uno de sus pezones. Zhan jadeó ante el estímulo y para Yibo fue como música para sus oídos, con sus dedos peñiscó el otro pezón causando un pequeño respingo en el azabache, este al ver que el castaño comenzaba a ceder procedió nuevamente. Acarició y repartió besos por sus pectorales y la parte superior de su abdomen, recibiendo mordidas y succiones como recompensa. Descendió un poco mas hasta llegar al abdomen bajo, causando de Yibo dejara de estimular sus pezones, pero dejándole una buena vista de su trasero.

—Esto me molesta —jugó con la pretina de la ropa interior—, pero primero —se levantó y bajó de la cama quedando de espaldas a Yibo. Quien al ver su movimiento se incorporó sentándose a la orilla de la cama—. Yo debo estar cómodo —deslizó la ropa interior por sus piernas quedando completamente desnudo.

El mayor visualizó aquel prominente trasero ser descubierto, se veía tan suave y esponjoso, sus manos le carcomían de las ganas de nalguearlo. Tragó saliva y desvió la mirada. El sonido llegó a oídos de Zhan y este se dio vuelta.

𝑭𝒐𝒓𝒃𝒊𝒅𝒅𝒆𝒏© • [𝒀𝒊𝒁𝒉𝒂𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora