THE INFERNO - CAPÌTULO 4

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Hemos pasado la tarde sin matarnos, es tan excitante. Después de ponernos de acuerdo de no hablar de novios y familia no hay mucho que decir. La mayor parte del tiempo, nos sentamos en silencio, tomados de las manos y tratando de no molestarnos mutuamente. Es una mejora teniendo en cuenta los últimos veinte años, así que estamos muy orgullosos de nosotros mismos.

Para la media noche, decidimos que podríamos salir juntos, dejarnos ver en público, visitar a Tae y conseguir sangre. Esperaba que estuviera lo suficientemente oscuro para que la gente no notara que íbamos tomados de la mano, si llegáramos a ser vistos así mientras cenamos sería muy vergonzoso.

Habíamos tratado de pasar largos periodos de tiempo sin tocarnos, pero el dolor era tan fuerte e inmediato que solo lo tolerábamos por corto tiempo. Noté que, en esas ocasiones, mi dolor parecía ser más fuerte de lo que él sentía, por ello era más fácil para mí creer que yo era más gallina que él.

Tae levantó una ceja hacia nosotros mientras nos dirigíamos a la parte trasera de la taberna. Era el lugar más oscuro, esperábamos que pudiéramos beber y salir discretamente sin ser molestados.

Tae rápidamente se acercó a nosotros con dos recipientes con sangre y tomó asiento. ―The Inferno tenía un acuerdo con el banco local de sangre, nos proveía de ella cuando los mortales donantes eran escasos.

—Sólo tengo unos minutos, pero quiero prevenirte que casi todo el clan sabe lo que está pasando.

Gemí, no había secretos entre los vampiros.

—Además. Ese mortal estuvo aquí buscándote —él le dijo a Jung-kook.

Él se puso rígido a mi lado. Me volví para preguntarle al respecto, pero él apenas movió la cabeza restándole importancia. Debería decirme si él quería que supiera lo que estaba pasando.

—Oh, y Jimin, solo porque en este momento me das lastima no significa que haya dejado de pensar que eres un idiota. —Tae nos sonrió antes de regresar a la barra y atender a sus clientes. Una camarera diferente llegó a nuestra mesa, aprovechando que mi hermano estaba ocupado y nos dejó cerveza.

Desde el sitio donde se encontraba Tae no podía atendernos a los gritos o darse cuenta si se nos habían acabado nuestras bebidas porque estaba demasiado ocupado.

De hecho, embriagarnos me pareció que era una excelente idea y nosotros estuvimos pidiéndole más bebidas a nuestra mesera. Durante una hora nos estuvieron trayendo bebida tras bebida hasta que estuve completamente seguro de que era lo suficientemente insensible como para no tenerle miedo al hecho de soltarle la mano a Jung-kook, otra vez.

Por supuesto, en lugar de querer estar lejos de él, la bebida me hizo querer estar más cerca, mucho más cerca. Nuestras sillas de alguna manera se habían movido alrededor de la mesa hasta que tuvimos nuestros brazos alrededor de los hombros del otro, en un abrazo ligeramente fuerte y nuestros costados juntos, muy juntos.

Estuvimos hablando a susurros cuando noté a alguien enfrenté de nosotros. Levanté mi vista quedando sin aliento cuando vi ante mí al mortal por el cual Jung-kook había dejado la ciudad. Pinché a Jung-kook en las costillas para llamar su atención y cuando él notó al hombre, se levantó de un salto, moviendo la mesa por la sorpresa. Igual que él me levanté y me coloqué delante de Jung-kook, bloqueándole la vista del rubio.

—Oh, ¿Estás protegiéndolo de mí? —el rubio se carcajeó, el sonido era horrible, como si los vasos pudieran romperse y los vidrios clavarse en mi carne.

Jung-kook colocó sus manos en mi cadera, ya sea en un intento de frenarme o simplemente porque era la forma más conveniente de tocarme, no lo sé.

—Vete. Es obvio que él no quiere nada contigo y no perteneces a este lugar. Regresa a tu propio mundo, humano. —Mi voz era firme, pero sentía como la adrenalina recorría cada poro de mi cuerpo. Yo no sabía lo que estaba pasando entre Jung-kook y este tipo, pero estaba borracho y él no quería al rubio aquí, así que tenía que irse ya.

THE INFERNO I: UNA BODA INESPERADA  - KOOKMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora