La maldición de Vecna

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Al día siguiente nos despertamos, desayunamos y aseamos. Eran las dos y media de la tarde. Nos quedamos tocando la guitarra y viendo la televisión toda la tarde.

- Se acaba de hayar el segundo cuerpo en la carretera de Hawkins. El Fallecido tiene los huesos completamente rotos y los ojos se encuentran dentro de la cabeza del sujeto. Todos los ciudadanos están intentando buscar alguna explicación lógica a estos casos. Lo que sea que está haciendo semejantes atrocidades no parece que vaya a parar, la policía sigue buscando pistas para poder buscar al asesino. - Comentó la presentadora.

- Joder qué mal... - Comenté.

- Ya ves, pobre gente. - Respondió _________.

Pasaron dos horas, apagamos la televisión y empezamos a hablar.

- Oye, emm... me tengo que ir a... hacer una cosa. - Se levantó de un bote y se rió nerviosa.

- ¿Estás bien?. - Pregunté abrumado.

- Sí sí claro, emm, tú quédate aquí, ¿vale?, no te muevas. - Se acercó a mí, me dió un pico en la boca y se fue de casa corriendo.

Me quedé en casa extrañado.
Se hizo de noche y todavía ________ no había vuelto.
Me levanté para salir a buscarla pero justo cuando iba a abrir la puerta sonó el timbre.
La abrí y estaba ella sonriendo y extendiendo la mano.

- ¿Qué pasa?. - Me reí dándole la mano.

- Shh, tú sígueme. - Sonrió y me sacó de la casa, cerré la puerta con la otra mano y la seguí.

Estuvimos caminando cogidos de la mano unos cinco minutos.
Llegamos al bosque, estaba anocheciendo. Caminamos unos minutos más hasta llegar al banco con la mesa a la que siempre íbamos.
Había mucha comida sobre ella, tenía frutas, pizzas, patatas...

- ¿Y esto?. - Sonreí.

- Un... pequeño detallito para mi persona especial. - Sonrió.

Me reí y nos sentamos. Empezamos a comer y a hablar, me lo estaba pasando muy bien, no había nadie molestándonos ni que pudieran interrumpir cualquier momento.

Ya había anochecido. Creía que ya era el momento para pedirle lo que llevo tiempo guardándome.

POV ________:

- ________... - Comentó. - Tengo que preguntarte una cosa. - Anunció mientras me sujetaba las manos.

- ¿Sí?. - Le miré a los ojos sonriendo.

Escuché un sonido detrás de mí, me giré y cuando volví a mirar al chico ya no estaba, había desaparecido como si de humo de tratase.

Escuché el sonido de un reloj, un reloj con un sonido tan alto que retumbaba dentro de mis oídos.

- ¿Eddie?. - Empecé a gritar. - Si estás ahí no tiene gracia. - Continué diciendo.

Me Levanté del banco y comencé a caminar y correr al rededor de este gritando el nombre del chico y desesperándome cada vez más.

Volvió a sonar aquel horrible sonido. Giré la cabeza y ví un reloj colgado en un árbol, comenzó a romperse por el centro y le empezaron a salir decenas de arañas. Comenzé a gritar y a correr todo lo que pude.
A lo lejos escuché una voz grave y seca que decía mi nombre.

De repente, me desperté agitada. Eddie me miraba agobiado sin parar de gritar mi nombre.
Empecé a llorar desconsoladamente y Eddie me abrazó fuerte.

- ¡Qué- qué te ha pasado joder!, ¿estás bien?. - Preguntó y gritó desesperado.

Yo no podía responder, solo le abrazaba con miedo y lloraba entre sus brazos.

MI RARITO | Eddie Munson y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora