¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol había salido dando comienzo a un nuevo día en el pueblo de Encanto, todos ya se habían levantado de sus camas a excepción de una persona.
Coraline arruga la mirada cuando escucha el sonido irritante de un reloj despertador, cerca del suelo frente a ella se encontraba el objeto redondo que vibraba al mismo tiempo que tintineaban las campanas, entrecierra los ojos y mueve su mano intentando apagar el reloj pero la madera del suelo se movió alejándose de su mano.
Esa acción de la casa hizo que Jones se molestara y se incorporará en la cama para apagar el reloj, pero cuando apenas se sentó el sonido del reloj se detuvo.
Con los ojos entrecerrados Coraline se frotó la cara, anoche había llorado mucho hasta quedarse dormida y eso le causó que ahora le picaran los ojos, soltó un suspiro al ver que alrededor de la habitación no había nada diferente, ya no tenía caso pensar que todo lo que pasaba a su alrededor era un sueño.
Estaba en una casa de algún lado.
Tenía que aceptar que dormir no la devolvería a casa, tenía que encontrar la forma de volver, intentar ubicarse y ver donde se encontraba.
TocTocToc
Coraline gira su cabeza hacia la puerta para ver como el picaporte giraba y se abría lentamente la puerta, un ojo giró en dirección a la chica de cabellos azules, cuando la vio despierta la puerta se abrió un poco más revelando la cabeza de Mirabel.
—Buenos días—saludo Mirabel desde la puerta—¿Puedo pasar? Aunque en si esta es mi habitación así que puedo entrar de todos modos—ella entró sin más
Coraline intercambia miradas entre Mirabel y su cama, nota la cama de Mirabel no veía ningún cambio de anoche, dudosa pregunto:
—¿Anoche no dormiste aquí?—pregunta Coraline
—No, dormí en el cuarto de Antonio—dijo Mirabel agachando un poco la mirada con los brazos atrás—Ayer no parecías estar bien, así que decidí darte tu espacio, y...
Detrás de su espalda saca una chaqueta doblada que se lo entrega a Coraline, está lo desdobla para revelar los coloridos bordados que estaban de frente, detrás y por los bordes, miro a Mirabel con una ceja alzada confundida.
—¿Y esto?
—Es tu chaqueta, la arregle—Coraline abrió los ojos al ver en sus manos su chaqueta, pasó por los dedos de su mano los bordados de los hombros y las mangas, no parecía ser su vieja chaqueta—Aunque también le di algunos retoques, espero que no te moleste ya que no sabía cuál era tu-
—¡No! No me molesta...las flores no son mi estilo pero me gusta, esta mejor que antes—admitió Coraline sonriéndole
—Me alegra que te guste ya que es una ofrenda de paz—dice Mirabel confundiendo a Coraline
