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Fue una sorpresa para todos los presentes descubrir que después de días intentando de TODO para abrir la cerradura alla llegado una niña extraña que paso por la puerta de un dia a otro, y que después de la pérdida de una llave (que solo había tomado un dia encontrarla) era el tan esperado momento que casi todos estaban esperando.
Pero también fue una sorpresa que cuando por fin la puerta se abrió lo único que había tras él era un muro con ladrillos.
—¿Ladrillos? No lo entiendo—Mirabel fue la primera en expresar su desilusión
—¡No hay nada!—dijo Isabella con una expresión confusa
—¿Qué significa esto?—esa pregunta llego con algunos murmullos de la familia
Coraline estaba, al igual que todos los Madrigal, confundida y al mismo tiempo algo alterada, abrió los ojos sin poder creer lo que veía, ¿estaría viendo mal? ¿o acaso era un truco? Para comprobarlo ella cerró la puerta para después abrir y ver que la pared de ladrillos seguía ahí.
—No...esto no está pasando—se dijo a sí misma cerrando y abriendo la puerta otra vez
La acción desesperada tomó por sorpresa a los presentes mientras seguía con la misma acción intentando ver si en algún momento la entrada al otro lado apareciera pero después de varios intentos, y entre la confusión de los Madrigal, la matriarca se cansó y decidió enfrentar la situación de una vez por todas.
—¡Ya es suficiente! ¡Explica esto YA mismo!—demandó la abuela
—¡Se lo explicaría con mucho gusto si tuviera la respuesta señora!—exclamó Coraline algo alterada—¡Fue aquí! ¡La entrada estaba aquí! ¡Lo juro!
Algunos de los presentes estaban en duda, Coraline pudo abrir la puerta pero por el muro se vio que no conducía a ningún lado ¿habrá estado mintiendo? Mirabel no lo creía así.
—¡Oigan tranquilos! No hay que malinterpretar las cosas…—Mirabel habló a su familia—Tal vez la entrada siga ahí ¿verdad?—dijo eso mirando a Coraline
—¡S-Si! La entrada debe seguir ahí, tras este muro de ladrillos—dijo Coraline tocando con su mano el muro
¡PHAM!
Luisa, que estaba mirando la conversación todo el tiempo se acercó a la puerta y de un puñetazo atravesó el muro de ladrillos sorprendiendo a Coraline que se quedó estática en el lugar, apartó el puño y varias cabezas se asomaron para ver el interior solo para ver el interior de la casa y algunas ratas que corrieron asustadas.
—¡P-Perdón! ¡Solo quería-!—Luisa no completo su frase ya que la mano de su padre pasó por su espalda dándole palmadas diciéndole que estaba bien
Coraline no tuvo tiempo de pensar con claridad cuando la señora Alma se acercó frenéticamente a ella.
—¡Lo sabía! ¡Eres una niña mentirosa!—dijo la abuela Alma en dirección a Coraline
