𖦹ᵈⁱᵉᶜⁱⁿᵘᵉᵛᵉ𖦹

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Ambas estaban en la sala principal de destructor, atadas con unas cadenas en sus manos cuál esposas

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Ambas estaban en la sala principal de destructor, atadas con unas cadenas en sus manos cuál esposas.

La joven pelirroja hacía sonidos de fuerza, trataba de quitarse las cadenas, mientras la albina solo permanecía sentada de rodillas.

Las vigilaban los dos secuaces de destructor, el mutante canino, Bradford, y el mutante acuático, que no sabía cómo se llamaba pero sabía más o menos su reputación.

- Y dime, que tan bueno en realidad es ese maestro ninja?-pregunto el pescado-

- De los mejores, se entreno en el mismo clan ninja que el maestro destructor.

- Eran como hermanos, hasta que Hamato Yoshi lo traicionó. -lo narraba a con una voz profunda-

- Te lo explicare de otra forma, es tan hábil como nuestro maestro, pero no tiene el estómago para terminar una pelea. -escupió con asco-

En eso se empezaron a escuchar ruidos desde afuera, que alarmaron a los mutantes.

- Está aquí. -dijo el can y se puso en posición de pelea-

La puerta se abrió y dió cara a un ninja del clan, hasta que cayó al suelo adolorido, para luego ser arrastrado a los adentros de la puerta de nuevo.

Ambos secuaces nerviosos trataban de ver dónde estaba su oponente pero este sigilosamente se posicionó atrás de ellos dándoles golpes y evitando sus ataques.

Al mutante perro lo lanzo contra una pared mientras al pez lo golpeó en el estómago y lo lanzo a las fosas de agua en las esquinas de la habitación.

Cuando volvió a ponerse en pose de pelea sus contrincantes ya se habían ido, o más bien escapado.

No le importo ya que tenía que liberar a las chicas.

- Abril, Ryoko, descuiden -se aproximó hacia ellas para quitarles esas cadenas- pronto las sacaré de aquí.

Pero al tocarlas las atravesó, no eran ellas, eran un holograma. Un mober era el que la hacía, asustando al roedor, este le lanzo estrellas ninja haciendo que el robot explotará.

Se escuchó una risa malévola en toda la habitación.

- Hamato Yoshi, que gusto que hayas aceptado mi invitación. -era una voz grave y gruesa, la conocía muy bien-

En más esquinas de la habitación se prendieron llamas de fuego.

- Que es lo que les hiciste?! -decía gritando de dónde sea que venía la voz-

- Ahora que tú estás aquí, la señorita O'Neil no me sirve para nada, se la di a mis nuevos amigos, los Krang. -su relato lo contaba con diversión-

ᗪᖇᗩᘜÓᑎ [ᵗᵐⁿᵗ_ᵖᵃᵘˢᵃᵈᵃ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora