ᗪᖇᗩᘜÓᑎ [ᵗᵐⁿᵗ_ᵖᵃᵘˢᵃᵈᵃ]

𖦹ᵛᵉⁱⁿᵗᵉ𖦹

Era una noche fría en la ciudad de Nueva York, pasaron días desde la última pelea de nuestros protagonistas.

Abril y su padre volvieron a vivir en la superficie, en su pequeño apartamento donde solían vivir antes de todo lo extraño.

Por otro lado la Albina al no tener dónde volver, su hogar estaba al otro lado del mundo y no podía volver con destructor, y después de ver a su hermano si se le puede llamar así, de esa manera. Por lo que todos acordaron que se quedaría en las alcantarillas.

Fue una linda despedida de las chicas, la pelirroja la abrazo primero ya que era más afectuosa y expresiva, mientras la contraria correspondía su abrazo felizmente.

Y así es como nos situamos al día de hoy, dónde las tortugas junto a la guerrera saltaban por techos aún alardeando de su victoria.

- Oigan y si vamos a visitar de Abril? -sugiero de repente el chimuelo-

Todos pararon en seco.

- Su apartamento está a una cuadra y media de aquí. -decía calculando la distancia-

- Si Donnie, como si no fuera nada nuevo. -respondió cansado el de cinta roja-

- Me gustaría pasar a ver a Abril también. -animo la albina-

- Ven, Ryoko también piensa lo mismo -sonrío el dueño del bō, para luego dirigirse hacia la dirección del apartamento-

Todos le siguieron el pasó, la joven Fukuda en estas semanas había mejorado sus saltos y precisión de edificios, por lo que se le hacía más fácil seguirles el paso.

Finalmente llegaron y saltaron en una escalera contra incendios, y al frente se encontraba una ventana que daba con el apartamento de O'Neil.

Entonces Donnatello tocó la ventana, como signo de llamada.

- Un apuesto-grama para Abril O'Neil. -decía orgulloso-

- No le da pena decir eso? -decía Raphael mientras se hacía una facepalm-

En eso salió la chica de ojos celestes, Abril.

- Oh chicos, que sorpresa verlos. -se notaba algo nerviosa, ya que miraba hacia atrás de ella- podrían quedarse solo en la escalera, por favor?

- Parece que nos estás evitando Abril. -dijo Leonardo-

La pelirroja solo suspiro y se sentó en la posadera de la ventana.

- No es eso, es mi papá, está muy paranoico desde mi secuestro, ni siquiera me deja salir de noche por lo asustado que está. -tenía una expresión de preocupación pero también de cansancio-

En eso apareció su padre viniendo debido a los ruidos.

- Pero Abril, que tal si los Krang siguen aquí, esperando el momento para atacarte? -decía miedoso el hombre de cabellos y barba naranja-