XIV.

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『ℂ𝕣𝕠𝕨𝕟

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『ℂ𝕣𝕠𝕨𝕟. ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝟚』

En el asiento trasero de un auto negro, no una limusina como la mayoría se esperaba, se encontraba manteniendo su vista en la ventana. Una canción que no conoce suena en la radio, la cual está a suficiente volumen para calmar el silencio que hay en el vehículo, lo que le permite pensar libremente en tonterías. Tony hace lo mismo, se encuentra divagando sobre diversas versiones de cómo será su encuentro con su padre y su esposa.

―Es extraño cuantas personas hay en el mundo, y que jamás conoceremos a casi todas ― dice Steve mirando a los otros individuos en sus automóviles pasando junto a ellos, con sus propias historias, amistades, animadversiones, sus metas, sus desilusiones. Todo un mundo aparte que apenas se tocaba con otros y no tenía verdadera importancia.

―Freud decía, parafraseando, que conocemos a las personas que ya existen en nuestro subconsciente ― el rubio se voltea a verlo. Luce sereno, no como el día anterior, o esa misma mañana. Está tranquilo y espera que siga así, aunque conoce las probabilidades, y es más viable que Tony pierda el control en algún momento de la noche, y Steve quiere perder el control con él a solas, aunque sea una noche, y con sus debidas restricciones y precauciones. Los dedos del más joven golpean la pequeña base donde estaban los botones para bajar las ventanas y la barrera entre ellos y el chófer sin realmente presionar ninguno ―. Y me parece genial pensar así, porque no estas saturado todo el estado tiempo con conocerlos a todos o saberlo todo. Es tan agotador para el ser humano almacenar tantos nombres, caras e historias que con más de quinientas de ellas corre el riesgo de volverse loco ―. La barrera está levantada, Steve sabe que el chófer no puede verlos porque al estar frente al vehículo no tiene visibilidad al asiento trasero, el cual tampoco puede ser visto por los lados o por atrás. Lo que no sabe, y en cierto modo le concierne, es si aquel hombre con uniforme negro y gorra graciosa puede escucharlos o no ―. Y aunque parece que la frase habla del destino, no creo que sea así, creo que se trata del predestino, y en eso si quisiera poder creer. Que todos tenemos diferentes caminos previamente escogidos, pero a la vez nosotros mismos tenemos libre albedrío para elegir sobre cual caminar, si regresar o hacer lo que se nos venga en gana en ese camino, es de cierta forma reconfortante, porque puedes llegar a pensar que tienes un propósito en esta vida y que todo esto tiene sentido ―. Concluye compartiendo la mirada con Steve. El rubio sabe que un poco de esa filósofa de vida debe ser de Jarvis, algo inculcado.

―Pero, ¿no sería lo mismo que creer en alguna religión sólo para tener la seguridad de que no importa nada de la que hagas, un ser poderoso y supremo te perdonará y te llevará a alguna especie de paraíso porque ya planeo tu vida entera? ― pregunta Rogers. Normalmente son ese tipo de cosas en las que se gastan el tiempo en las noches donde Tony no se escabulle, esas noches en las que ambos pueden disfrutar de la compañía del otro sin más que hablar, sin necesidad ni siquiera de verse. Normalmente tienen las luces apagadas y sólo el reflejo del sol sobre la luna los alumbra, ambos miran hacia el techo y escuchan la voz del contrario hasta quedarse dormidos.

𝑴𝒆𝒍𝒕    |    𝘠𝘰𝘶𝘯𝘨!𝘚𝘵𝘰𝘯𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora