XV

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『𝔹𝕝𝕒𝕟𝕜 𝕊𝕡𝕒𝕔𝕖

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『𝔹𝕝𝕒𝕟𝕜 𝕊𝕡𝕒𝕔𝕖. ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝟙』

―Debo reconocer que me imagine una cosa muy diferente cuando tu madrastra dijo desván ― admite Steve una vez que están dentro de dicho lugar. Debe conceder que aquel espacio parece una habitación más. Tiene el mismo decorado casual y desordenado que la habitación de Tony, así que supone que lo ocupaba el chico.

―Yo lo arregle. Antes parecía de película de terror. Me gusta estar aquí más que en mi habitación, tiene una excelente vista ― puntualiza señalando las dos ventanas. El desván cubre todo el techo, y por lo tanto tiene una vista perfecta del bosque y el océano por sus dos aberturas, sin mencionar que es enorme y la falta de muebles lo hacen espacioso.

―Me gusta ― dice con absoluta sinceridad, no sólo por halagar al castaño. Se acerca a la cama con sus pies enfundados en las sandalias cafés que Tony le dio cuando regresaron. Ambos traen pijama. La de Steve es un pantalón deportivo y una playera con el logotipo de un Ford de los cincuentas; la de Tony es un conjunto de un pantalón con cuadros en tonalidades azules, y una playera de manga larga con cuello en uve.

Ambos intentan evitar el tema de que sólo hay un lugar para dormir en aquel lugar, un colchón colocado sobre una colchoneta negra. Bastante espacioso, pero no lo suficiente para ambos, y sobre todo para que los sentimientos de Steve quepan apropiadamente y se escondan bajo las sábanas. El rubio camina, dándose cuenta que hay cajas al rededor, algunas tienen partes de metal sobresaliendo, lo que deduce como trofeos o medallas ―. ¿Tú ganaste estos? ―. Dice al agacharse y comprobar que eran lo que supuso.

―Sí. La mayoría son de ciencias, pero debe haber tres o cuatro de deportes ― dice acercándose para abrir la caja. Le muestra el primer trofeo que toma al azar ―. Cuando te dije que fuéramos a boxear no era juego ―. El futbolista distingue la forma del objeto con ayuda de la luz de la luna y las lámparas en la habitación. Un hombrecillo con guantes en las manos, inclinado y lanzando un golpe en color dorado le mira―. Deberíamos boxear ahora ―. Propone con cierto sarcasmo antes de soltar un puñetazo sin mucha fuerza hacia el hombro de Steve. El rubio niega con la cabeza sonriendo, sobando su hombro como si le doliera.

Cuando el más joven intenta sacar una medalla con listón azul, una foto sale volando de la caja hasta aterrizar en medio de ellos. Para suerte o desgracia, cae boca arriba y muestra a una mujer delgada, de cabello castaño recargada en el barandal de algún balcón, no de esa casa, pues parecen distintos. Por la vista de aquella ventana se nota que el barrio no es tan fino como al que se supondría estar acostumbrado cualquier pariente de Tony.

―Es mi madre ― dice el castaño con melancolía ―. Murió cuando yo nací ―. Concluye con culpa y siente la miseria de aquella frase.

―Lo siento ― intenta reconfortarlo sin entender cómo siempre termina en situaciones incómodas o inconvenientes con Tony. Pero aquello les gusta, porque es la única forma de conexión que ambos conocen y en donde pueden hacer crecer su relación

𝑴𝒆𝒍𝒕    |    𝘠𝘰𝘶𝘯𝘨!𝘚𝘵𝘰𝘯𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora