El Omega del Alfa

*15*

— ..la tradición cambio ahora que los dioses nos han bendecido con una pareja destinada. En nuestra manada jamás se ha dado una.. es realmente maravilloso que el alfa líder haya encontrado una pareja mandada por los dioses.

Agachó la mirada al escuchar aquellos alaridos de sorpresa y emoción que dejaban soltar las demás sirvientes de la casa principal mientras le bañaban el cuerpo. La tina enorme se vio ocupada por las tres mujeres que se encargaron de lavarlo apenas se levantó y lo arrastraron fuera de la alcoba del alfa líder.

La sensación de vergüenza al verse desnudo ante aquellas mujeres seguía siendo demasiado para él, apesar de que le explicaron que era el deber que les correspondia y que como Omega de la manada no debía preocuparse por lavar su cuerpo, mucho menos después de su recién enlace.

Algo que era diferente a lo que siempre vivió con su familia y de lo que estaba acostumbrado como Omega, la vergüenza siendo la única que se apoderaba de su cuerpo al sentir demasiadas manos sobre su espalda y pecho, la sensibilidad en su piel era algo que le provocaba escalofríos a pesar de que el agua con la que lo lavaban era tibia y reconfortante después de todo lo acontecido la noche anterior.

— Fue inimaginable pensar en que el alfa líder de la manada encontrará a su Omega destinado.. estoy segura que la alfa Oh está que se muere de furia por no haber sido ella la que se enlazo con el alfa líder.— opinión una de las omegas que le secaba su cuerpo apenas salió de la tina, miró confundido como las otras omegas miraron en silencio a la Omega más joven de las tres quien fue la que comentó aquello.

— ¿Alfa Oh? ¿Quién es ella?— preguntó con curiosidad ante aquello.

— Omega líder, Jisso es una Omega muy tonta que no sabe lo que dice. Por favor disculpela.— se apresuró a explicar la mayor de las omegas confundiendolo mucho más por su expresión tensa y la frente marcada en suecos de preocupación.

Entendió que ese tema era por demás importante pero que también demasiado complicado al grado de que no querían que supiera de ello.

— N-no tengo por qué disculparla, solo quiero saber si ella es peligrosa para mí o importante para el alfa líder.— suplico con calma.

Sabía que probablemente no obtendría respuesta a su pregunta pero no perdía nada al haberla hecho.

— Omega líder, no somos nosotras las encargadas de advertirle a usted lo que sucedió antes de que usted apareciera pero si cuidarlo y atenderlo ahora que es el Omega líder de la manada.— los ojos cansados de la Omega le advirtieron que debía dejar de preguntar al respecto porque era algo que sin duda no le gustaría escuchar. — Solo puedo advertirle que tenga cuidado con quién habla y en quien confía. Aprenda a diferenciar a sus amigos y a sus enemigos, su posición le impidiera vivir una vida tranquila y pasiva. Especialmente usted que es un Omega y que va a llevar dentro de su vientre el futuro líder de la manada.

Asustado asintió con la cabeza, encogiendose en su cuerpo ante la sutil advertencia que aquella mujer mayor le revelo. Su vida estaba en peligro, entendía eso pero desconocía hasta el grado en que podría sufrir y no quería hacerlo. No quería tener que estar peleando por un lugar que no quiso desde el principio.

Su ánimo fue demasiado bajo durante todo el día después de la ducha, manteniéndose asustado y cabizbajo en todo el recorrido a la casa del líder, misma que debía ocupar desde ese momento y que le en el fondo de su corazón le provocaba miedo y angustia, la soledad y grandeza de la misma marcaba la advertencia de siempre estar vacía y solitaria, siempre limpia pero sin vida ni color.

Nada de adornos de temporada o flores silvestres, espaciosa por dónde mirara sin muebles donde sentarse.

En vez de una casa calida y hogareña parecía una bodega vacía, pero al menos en la bodega se sentiría más cómodo que estando ahí.