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El atardecer llegó tan rápido que apenas logró ser capaz de cazar algunas presas, ser rápido y ágil en el arco le favoreció en demasía al disparar cada flecha que dio contra su objetivo, la pradera no fue el lugar que hubiese planeado para cazar muchos animales, quizás se debía a qué había otras siete personas más en los alrededores que asustaban a las presas o la temporada y la zona no favorecía a que los animales se reunieron por los alrededores. Eran varias factores los que impedían hacer de esta una excelente cacería, como le hubiese gustado.

Tres conejos, dos cervatillos y cuatro libres y un jabalí no eran lo suficientemente bastas para compensar la cacería del Omega Kim, se propuso cazar una gran cantidad de animales para compensar el que el Omega no cazara o llevase nada, al ser un principiante en el arco y la flecha era difícil darle a un animal en movimiento, los otros dos cazadores eran los mejores de la manada por lo que debía estar un poco más tranquilo, solo un poco dado que las responsabilidades de ganar eran de él y del Omega Kim.

No podía confiarse porque sabía que sus oponentes no eran cualquier cazador, la manada Kang era conocida por su excelente puntería y las actividades principales dentro de sus miembros era la cacería así que debía estar al nivel y demostrar que era el líder de una manada respetable con la que no debían meterse tan fácil, más que una reunión de unión era una muestra de poder, dominio y sagacidad aunque todos lo disfrazaran de reunión tranquila y pacífica.

Esta era la primera salida oficial del Omega Kim y la primera de demostrar sus habilidades a los demás, dejar ver qué era un digno líder que estaba capacitado para liderar y proteger su manada.

El cuerno sonó a la lejanía haciendo que la pradera y los árboles del alrededor quedaron mudos ante la verdad que se debía presentar.

Guardo la flecha y el arco tras su espalda afianzando su agarre en la presa que cargaba su hombro, sus acompañantes cargaban con las demás presas siguiendo sus pasos. Creía saber que al menos el Omega caso una libre, sería lo correcto y adecuado para la situación. Llegar con las manos vacías seria una gran golpe para la imagen de los suyos.

La noche les acompañaba en el trayecto de regreso, siendo largo y silencioso apesar de que sus pasos aterrizaba contes los pastizales, el pesado animal en su hombro impedía el avanzar rápido como le hubiese gustado.

Debía ser uno de los primeros en llegar y dejar una buena impresión ante la manada que fue su enemiga en el mandato de su padre, hacerles sabe que seguían estando por delante de aquellos que desearan hacerles el mal.

Largos minutos de camino, se hicieron en la hora más rápida de su vida. Las antorchas se alzaban imponentes desde lo lejos rodeando las tiendas y la gran fogata montada al centro del campamento, sus centinelas y los del líder Kang hacían montando guardia por cualquier cosa por los alrededores del campamento.

Su presencia fue evidente para todos apenas se acercó con sus acompañantes, todos los ojos estaban puestos sobre él y el gran jabalí que cargaban sus hombros, quizás sorprendida por sus presas. Espera ser lo suficiente para ganarle a los Kang.

Sus hombres se apresuran a él para cargar en las presas que llevaban, apenas colocó el arco sobre los troncos que hacían de mesas llegó el líder Kang, com libres y conejos en sus manos, quizás una mayor cantidad que él pero aún se sentía con confianza al tener el gran jabalí de su parte.

— Les da la ventaja.. aunque aún faltan muestras parejas por llegar.

La enemistad estaba clara y muy más camuflajeada apenas de la sonrisa inofensiva que mostraba.

— Así es, quizás nos den una gran sorpresa.— comentó manteniendo la mirada contraria y dejando en claro que no tenía miedo de lo que sucedería.

No había forma de que llegaran a ganar, estaba tranquilo, tranquilidad que se fue al poco tiempo en que llegó la beta Kang con un impresionante venado y un par de conejos sobre las espaldas de sus acompañantes.

El venado termino por empatar el jabalí que casi dejándolo en desventaja. Los Kang lucían más seguros con su posible victoria intuyendo que el Omega Kim no logró cazar nada, su posición que estaba creyendo con el pasas de los minutos y que no hubiese señal del Omega.

— Ya es demasiado tarde, deberíamos ir a buscarlos quizás se extravió de regreso al campamento.— comentó la beta Kang aparente preocupación, quizás lo estaba o quizás no, pero no podía mostrar su molestia a la ligera.

Su preocupación se hizo evidente con el pasar de los minutos, haciendo que la desesperación creciera en su cuerpo.

El lazo que tenía con el Omega no era tan fuerte como para saber si estaba bien o si algo le ocurrió, el tiempo que llevaban juntos era poco y su lobo aún no lograba conectar correctamente con el de Taehyung, para saber si estaba bien.

No pudo haberse perdido porque los mejores rastreadores y centinelas fueron en su compañía para protección y cuidado, al menos eso le tranquilizaba un poco.

Tal vez fueron demasiado lejos y por no llegaban rápido, quizás era esa la razón del porque no llegaban.

— Iré a buscarlo.— informó afianzando sus armas de combate en su cintura; la espada y sus cuchillos que nunca lo dejaban solo.

— Iré contigo.— se apresuró a decir el líder kang preparándose para salir en su compañía.

— ¡Han llegado! — grito alguien a la lejanía haciendo su alfa se pusiera alerta al percibir un toque de dolor en el aroma del Omega Kim, un poco agrio y espeso mezclado con sangre pero no de animal.

Con la mordida de acoplamiento probó la sangre del Omega y reconocía su olor desde la distancia, era causa de su unión.

Se apresuró a su auxilio al notar era sostenido por uno de los centinelas del brazo, apoyándolo al caminar. Las alertas de peligro se instalaron en su alfa entre cada paso que daba y lograba ver de cerca el estado del Omega.

— ¿¡Qué sucedió!?— exigió apenas llegó al Omega y lo sostuvo entre sus brazos.— ¿Por qué está así? ¿Qué te sucedió Taehyung?

— Estoy bien.. me resbalé pero no fue grave.— la respuesta del Omega no le causó satisfacción así que volteo a mirar al par de centinelas y sirvientes que lo acompañaron buscando una repuesta clara de lo sucedido.

— ¿¡Qué sucedió?! — exigió con rapidez.

— El líder Kim seguía un venado a la distancia, cuando lanzo la flecha sólo logro herir una de sus patas así que fue detrás de él, corrió por los matorrales en su busca hasta encontrarlo cerca de la barranca; fue cuando terminó con el sufrimiento del animal pero al tratar de levantarlo se torció el pie y peso le ganó, termino rodando unos metros dentro de la barranca.

La mirada avergonzada del Omega era evidente mientras Song relataba lo sucedido, evitando verlo a la cara, su vestimenta estaba llena de tierra y su cabello tenía hojas y un par de ramas secas.

— No fue nada grave, estoy bien.— lo tomó fuerte contra su cuerpo tratando de tranquilizar a su alfa que por un segundo perdió el control.— Logré cazar un venado.. al final del día aunque las liebres y conejos no se me dejaron..

— No importa, vamos. — lo tomó entre sus brazos cargándolo para evitar que se lastimara más su pie.

La cacería no importaba en estos momentos, no para él dada la prioridad que  representaba su Omega en estos momentos, como líder y alfa del Omega Kim era su prioridad.

El Omega del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora