El Omega del Alfa

*18*

— ¿Qué sucede hijo? Te noto demasiado triste y cansado, ¿Paso algo que te tenga así? — negó con un movimiento de cabeza ante el cuestionamiento de su madre, levantó la mirada de su comida esperando que nadie alrededor de la mesa se haya dado cuenta de lo que le pregunto su progenitora.

El alfa líder hablaba con su padre de cosas de la manada pero ciertamente las escucho pero no comprendio porque su mente se encontraba en otro lugar, demasiado lejos de ahí, debía poner pero le era difícil el concentrarse en algo que desconocía y que le causaba demasiado temor; los sucesos anteriores se repetían en su mente una y otra vez apesar que tratara de evitarlos, su Omega era el que más sufría de todos, la humillación de horas antes le había hecho un hueco en su pecho que le impedía ser el que era antes, creyó que la atención no estaba en él por los invitados respetados de la manada pero su madre se dio cuenta de lo mal que estaba, y que no podía evidenciar ante los demás por el hecho de que no era correcto que lo vieran tan mal, la Omegas mayor de la casa le aconsejo no evidenciar sentimiento alguno de tristeza y miedo porque eso era lo primero que jugarían y lo que acabaría con él sino se hacía fuerte y demostraba porque estaba ahí.

No sabía cómo debía actuar o en quien convertirse, nadie le daría apoyo y de eso estaba seguro, el primero paso que debía dar como Omega del líder era darle un hijo, un hijo alfa que fuera el siguiente en la sucesión para que al menos tuviera algo de respeto dentro de la manada que no lo quería.

— No es nada mamá importante.. aunque me gustaría hablar contigo más tarde.— confesó encogiendose un poco en su propio cuerpo al sentir la mirada pesada del maestro Kim. Por primera vez en el día observo el rostro serio y maduro del maestro, quien le intimidó apenas le miró a los ojos. La mirada fría y autoritaria tan intimidante y feroz que se encogió en su lugar.

— Escuché que visitaran las tierras de la pradera ahora que la paz en ambas manadas reina. — comentó su padre llamando su atención que apesar de no entender la conversación que mantenían desde que llegaron aquello le intrigó.

— Así es, serán un par de días, los Kang acostumbran hacer la carrera de la liebre y en signo de paz fuimos invitados a participar. — Explico el alfa líder provocandole escalofríos, su voz gruesa le recordó lo acontecido momentos antes de que sus padres llegarán a la cena.

— Sería la primera vez que el Omega líder se va a presentar ante otra manada. La carrera va a ser una demostración de poder ante los demás.— pasó con dificultad el trozo de comida al escuchar aquello. ¿El iba a ir a esa celebración?

Nadie le había dicho algo al respecto, ni siquiera sabía que tenía que ir a ese tipo de reuniones, apenas lleva un par de días enlazado y desconoce cada una de las obligaciones que tiene que llevar.

— La pareja del líder Kang es alguien que no le gusta perder, escuché que lleva años cazando la liebre más grande y gorda de la manada. — Se encogió aún más en su lugar ante la aportación del maestro Kim. — Es la mejor en arquería. Desde cachorra recibió el mejor entrenamiento en casería, pelea, números, y la guerra.

— Taehyung tiene al mejor maestro de arquería para que aprenda, es una habilidad importante que debe de desarrollar y perfeccionar ahora que es líder. — Su Omega se encogió en su interior todo lo que se decía de él y lo que tenía que aprender y lograr en tan poco tiempo, algo que dudaba lograría.

Apenas llevaba días aprendiendo arquería y ya debía enfrentarse con una mujer que toda su vida práctico y perfeccionó aquella disciplina. No podía hacerlo, sus manos dolían y sangraron en el poco tiempo que aprendió a tomar el arco.

Su familia lucía entusiasmada y feliz con lo sucedido y los planes que ya tenía el alfa líder con él, lucían tan orgullosos de él que le carcomía el pecho al saber que no lograría nada, los terminaría defraudando, el hazme reír de la manada y siendo la deshonra de la manada que le dio la espalda desde un principio.

Su cena fue, quizás la más incómoda y deprimente que pudo tener en su vida, apenas y logro probar el pedazo de carne que le dieron. Al terminar no podía retirarse de la mesa sin que todos hayan terminado o se retiraran de la misma, se quedó en silencio y con el corazón apagado ante todo lo que llevaba ser líder.

— ¿Que era aquello de lo que querías hablar, Tae? — suspiro con cansancio ante la pregunta de su madre después de que el líder y los alfas que lo acompañaron en la cena, incluido su padre, se retiraran al jardín trasero donde podían tomar libremente.

Debía ser ahora o no tendría otra oportunidad.

— ¿Cómo se si estoy embarazado? Debo tener al hijo del líder y no se cómo debo saber que lo estoy.— expresó con nerviosismo tratando de que el titubeo en su voz no fuera tan fuerte como lo sintió su pecho.— ¿Cómo se que estoy esperando un hijo del líder?

El rostro sereno de su madre palidecio un poco ante la pregunta provocandole vergüenza y timidez ante un tema demasiado íntimo y que prácticamente nadie hablaba con naturalidad. No era común que se hablará de ello.

— Bueno.. se que es diferente para cada cuerpo, mi madre sufrió de muchos mareos y vómitos cuando se embarazo de mi y de mis hermanos. Pero cuando yo me embarace de ti no senti ningún malestar.. solo se me hincharon un poco los pies, pero nada más. La curandera me dijo que fue bendecida por los dioses al no sentir ningún síntoma de embarazo.

— ¿Entonces como te enteraste que estabas embarazada de mi? — interrogó con curiosidad.

— Tu padre fue quien se dio cuenta, noto el cambio en mi aroma y se volvió territorial y muy celoso con cualquier persona que se atrevía a acercarse a mi. El cambio de aroma alerta a nuestras parejas del embarazo. Tu Omega va a ser el primero en saber que estás en cinta y después tu alfa, es muy raro que ninguno de los dos lo sepa por lo que suelen recurrir a curanderos y brujos que confirmen el embarazo, son casos raros pero si pasan. El líder es un alfa que percibira el cambio de aroma inmediatamente por ser alguien tan poderoso y superior a aún alfa normal.