*20*

1K 191 11
                                    





El viento fresco golpeando contra su rostro tranquilizaba los nervios ante la presencia de aquella líder imponente a su lado, su porte de seguridad le intimida apesar de que tener a los centinelas a su espalda, cuidado lo de cualquier cosa.

Trataba de comprender la importancia de ambos en ese lugar y lo que significaba el que se presente como 'Omega líder de la manada Min', el primer encuentro con líderes y personajes importantes fuera de su manada; con gente que era importante para los demás clanes.  La primera reunión que lo hacía debutar como líder ante todos.

Sentía miedo y presión por la responsabilidad que le dio el líder Min y de la que no podía rechazar al estar ya hasta ese grado de la situación.

Rechazar algo tan importante le traería problemas al líder Min y a su propia familia, no podía fallarle a quienes quería y quiénes estaban felices y orgullosos por su gran bendición de vida. El miedo apoderándose de su cuerpo ante los todos los puntos negativos que tenía en su contra para ser el líder que una manada necesitaba. No fue criado para liderar, tampoco para guiar y servir a una manada tan poderosa e imponente como la que ahora debía liderar.

— El aire fresco de la tarde es agradable en esta tarde calurosa, las nubes hoy no nos rondan con su presencia como días pasados. La cacería de hoy va hacer tranquila y sencilla; esperamos que no sea demasiado para ti, Omega líder. — la mujer frente a él le entrego un arco con cuatro flechas finas en la punta y la madera con diseños rojos luciendo tan inofensiva como un simple trozo de madera pero al mismo tiempo siendo tan legal como su apariencia.

— Y–yo..

— No tiene que preocuparse, sentirse de está manera es normal cuando es la primera vez que sale uno al exterior y más estos términos. Siéntase libre durante el recorrido. —, asintió agradecido por las sinceras y confortables palabras de la líder a frente a él que su rostro dibujo una pequeña sonrisa.

— Muchas gracias, aprecio mucho sus palabras .. y la oportunidad que me brinda.— trato de que sus palabras no sonarán como un susurro pero tampoco como una altanería.

— Está bien, las reglas de caza son sencillas pero al mismo tiempo importantes. La primera de ellas es que la ayuda de algún sirviente, amigo, centinela o pareja es nula. Nadie debe de ayudar a los participantes apesar de que ellos nos acompañan durante el recorrido, nada de ayuda de lo contrario queda fuera de la cacería. La segunda y no menos importante es que el engaño y las trampas no están permitidas. Durante la cacería, muchas veces sucede que las liebres o cervatillos son escasos por lo que puede durar horas sin en cambió el que le entreguen una libre, conejo o cervatillo sin que lo haya cazado no califica. 

Asintió con cautela esperando escuchar las demás indicaciones de la beta líder frente a él y todo lo que debía saber para no cometer algún error o malentendido que le pudiera causar problemas.

— .. en esta ocasión solo seremos ocho competidores en la pradera y al final del día nos reuniremos en la hoguera que se montará junto al lago. El momento llegó, debemos partir.

Busco con la mirada a ambos líderes tratando de confirmar el inicio de la cacería. Ambos alfas estaban en lados contrarios, a ellos, con una distancia de por lo menos tres metros al igual que los otros cuatro participantes que se unirían a la cacería, reconocía a dos de ellos dado que eran los hombres de su manada.

— Tomen su lugar, es momento de comenzar con la cacería.— anuncio uno de los hombres tomando el centro del circulo que inconciente o consientemente se formó al rededor del árbol. — se escuchará el sonar del cuerno al inicio y final de la jornada anunciando el comienzo de la cacería y al anochecer el regreso de todos los participantes. Que sea una justa y satisfactoria competencia.

Miró de reojo una última vez al líder Min no sabiendo que esperaba en ese último instante en que el cuerno fue tocado anunciando el comienzo de ardua cacería que les tocaba presenciar y lograr. Tenía la gran tarea de al menos cazar un conejillo y no llegar con las manos vacías porque cazar una libre sería demasiado difícil teniendo la poca experiencia con el arco y los dedos adoloridos del entrenamiento.

Avanzó con nerviosismo y miedo de lograr su metido, de ser el asme reír de ambas manadas y de causarle problemas al líder Min.

Se sintió presionado y vigilado más que cuidado y acompañado en su travesía por la compañía del sirviente asignado desde que pargia de la manada y del par de centinelas a sus costados. Era difícil concentrarse en lo que tenía que hacer sintiéndose continuamente observado y tal vez juzgado por cada uno de sus acompañantes mismos que tampoco le tenían aprecio o respeto por ser quien era.

El camino que tomó estaba rodeado de árboles grandes con demasiado pasto y flores moradas y amarillas que le alegraron el corazón, agradeciendo a los dioses por tal oportunidad de salir fuera de la manada y se conocer paisajes que nunca ha visto, su familia al ser carpintera vivía todo su vida dentro de la manada sin poder salir fuera de ella por no ser una actividad que así lo requiera. Caso contrario a los centinelas o comerciantes de pieles y telas finas, tenían un permiso especial para salir y vender telas a otras manadas. Pocas personas podían salir tan libremente y conocer otros lugares y paisajes tan bonitos como el que sus ojos presenciaba, cientos de flores y árboles extendiéndose a sus pies bajo el cielo azul de un día de verano.

Aves sobrevolando sus cabezas, mariposas tan brillantes que no había en su manada, tal vez si lograba hacer un buen trabajo podría pedirle al alfa Min que le permitiera salir a caminar fuera de los límites de sus tierras, poder mostrarle a su familia que existían otros lugares bellos fuera de lo que conocían..

Quizás podría suceder, debía esforzarse en dar una buena impresión de lo poco que sabía y de lo que sus habilidades en la carpintería le dieron, podía hacerlo.

Un gran camino avanzó, más de una vez tuvo la oportunidad de cazar una libre pero jamás logro darle, algunos cervatillos cruzaron su camino pero terminó dejándolos ir por la falta de precisión con el arco, las flechas siendo una y otra vez lanzadas contra conejillos que solo fueron asustados por su mala puntería.

Era difícil, demasiado complicado darle a una presa en movimiento con sus escasos conocimientos de lanzamiento, los centinelas y sirvientes trataban de ayudarlo en hacer que el animalito quedará encontrado para que pudiera disparar su flecha pero en más de una ocasión termino sobre la tierra o la hiedra. 

No sabía cómo lograría terminar al final del día, sus ánimos bajaron gradualmente conforme no cazaba nada o fallaba cientos de veces, triste y furioso al mismo tiempo por no lograr su cometido.

Arto de todo y destrozado por ser débil e incapaz de cazar algo.

¿Lograría cazar algo al final del día o sería el asme reír de ambas manadas?

¿Lograría cazar algo al final del día o sería el asme reír de ambas manadas?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Omega del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora