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El dolor en su pierna disminuyó después de que fue tratada y vendaba, pero aún así no la podía mover tanto dado que la herida que recibió al caer lastimó su muslo, y al moverlo le causa dolor, un poco de incomodidad al tener que trasladarse de un lugar a otro.

Y mucho más que dolor físico por la caída y su imprudencia y la incomodidad de su falta de caminar se sentía fatal por cómo término arruinando una importante visita fuera de la manada, el dejar una mala impresión de su falta de destreza en la flecha y sus habilidades físicas al correr y cazar para alimentarse.

El cazar no era una habilidad especial de los omegas pero si de un líder que tiene que proveer para su familia y manada, hecho que no logro cumplir al terminar rodando por el barranco.

El venado fue obra de los dioses, quizás por la lastima que les dio al no lograr cazar algún otro animal, por ser demasiado lento y torpe al correr demostrando con hechos que el alfa líder se equivocó con la desición de tomarlo y emparejarse con él. 

La tristeza se apodera de su cuerpo cuando los rostros marcados en su mente se rebobinan una y otra vez; con la decepción y miedo de tener que ser guiados por alguien tan insignificante y débil como él. Todos dentro de su manada desaprobaron su union y ciertamente no los culpaba, él también estaba decepcionado de fracasar en una tarea simple y pequeña como en la que falló.

Ser un Omega débil y con falta de habilidades le podría costar el liderazgo al alfa Min.

— ¿Puedo pasar?— cubrió sus piernas con la manta a su lado, cubriendolas rápidamente ante aquella visita inesperada.

— Si, pasa.— avergonzado no se atrevió a mirar a la beta líder frente a él.

No quería ver a nadie que le recordara lo mal líder que era.

— ¿Ya estás mejor? ¿La herida está bien? — la beta, realmente, sonaba preocupada por su herida, y quería creer que realmente lo estaba aunque fuera un poco.

Quería hacerse el fuerte ante los demás pero en su interior no lo estaba, no se sentía fuerte y capaz de enfrentar las consecuencias de lo que iba a suceder una vez que tuvieran que regresar a la manada y se enteraran de lo sucedido.

— Está mejor, pronto dejara de ser incomoda. No debió molestar en venir aquí, ha sido un día largo y cansado debería ir a descansar. — corrigió la postura de su espalda contra el respaldo de la improvisada cama. De alguna manera sentía que debía verse calmado ante la presencia de alguien tan importante.

— Nos preocupó verlo llegar de esa forma, me calma saber que está mejor..— un suspiro cansado llamo su atención por parte de la beta.—  he de confesar que me sorprendió verlo llegar, a un herido y con una presa tan grande, un venado cazado por un Omega no es algo que sea todo el tiempo. Ciertamente creí que no llegaría con nada.. pero me equivoqué, calló las suposiciones por las que más de uno apostó, incluida yo.

Una sensación entre amarga y pesada se instaló en su pecho y estómago, su Omega incluido se hizo bolita en su interior al comprender las palabras de la beta. Los pensamientos de no lograr cazar algo azotaron su mente más de una vez pero jamás, alguien le dijo de frente o escucho de primera mano que no lograría traer nada. 

La sensación era diferente, fuerte y abrazadora calando en su interior por lo saber alguien demasiado débil para los demás. Alguien que sabía cuáles eran sus carencias pero que evitaba no pesar en ellas por más de diez minutos.

Las sonrisas y consejos de la beta le cayeron como agua helada al cuerpo al recordarlas.

— Haz ganado apesar de todo pronóstico, y eso te hace ser una presa difícil de conseguir. Pule tus habilidades y serás impredecible.

Aquello le tomó por sorpresa.

Aquellas palabras lo dejaron mudo, sin lograr decir palabra alguna y sin darle tiempo de procesar todo tan rápido.

Primero fue algo que no se espero le dijera y ahora otras palabras que se imaginó escuchar, le confunde, no sabe si es real o si se está burlando por sus deficiencias.

— ¿Es una b–burla? ¿Se está burlando de mí? — interrogó con un nudo en la garganta apunto de soltarse a llorar, jamás en su vida había recibido"bromas" de ese tipo, nadie en su familia le dijo palabras confusas y al mismo tiempo hirientes que le causen dolor emocional a su Omega. Suficiente tenía con todo lo que le estaba pasado como para agregarle la burla de otras personas. 

De alguien más, afuera de su manada.

— No hago, y de eso debes estar seguro. Puedo ser muy cruel con mis palabras y con las personas que no me agradan pero no miento. Las mentiras no van conmigo, soy la líder de mi manada, y por esa misma razón puedo aconsejarte que no te tomes nada personal. Las bromas, burlas, chismes, calumnias, mentiras, peleas siempre van a estar al asecho. Siempre va a haber alguien quien se sienta mejor que uno, que quiera ser superior al otro y que busque derribarte a la primer oportunidad que se le presenté. En el futuro sabrás con quién si y con quién no confiar. Es tu criterio si aceptas este consejo o no, solo que dijo que no cualquiera se tomará el tiempo de darte un consejo, más aún en el lugar en el que estás.

Algunas lágrimas bajaron de sus ojos no logrando contener las ante aquel consejo que le dio la beta líder.

Lloró en silenció después de que la mujer se retiró de la tienda en la que descansaba, dándole la libertad de llorar por los acontecimientos que azotaron su vida desde el inicio, cada momento revivido en sus memorias hasta hacerlo llorar con impotencia de no saber que era lo que debía hacer, si debía o no continuar con esa mentira.

La orden del líder era clara pero el miedo y vergüenza en su corazón eran más fuertes conforme día tras día pasaba, su cuerpo y Omega no lograría resistir un mal momento en el futuro. Era débil e inseguro con las cosas que estaba viviendo y eso le ponía mal.

Más inestable con lo que debía hacer y hoy fue prueba de ello, no era bueno en nada y la vergüenza de fracasar lo domina.

La fe y la confianza en sus acciones no eran tan altas como otros querían que lo fuera, ni siquiera podía ser el Omega fuerte que el líder alfa Min necesitaba para gobernar la manada y que los ancianos del consejo dejen de presionarlo y provocarlo.

El Omega del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora